Pía|
Yo lo seguí y me comenzó a explicar todo, básicamente tenía que hacer presupuestos del hotel, saber cuánto eran los egresos e ingresos, era algo de trabajo, pero estaba dispuesta a hacerlo, ahí tenía más oportunidades y era algo en lo que podía ser competente, además Axel me dijo que en mis tiempos libres podría ayudarme a decorar mi departamento y mostrarme los lugares donde pasear y demás, de hecho las siguientes 3 semanas Axel fue de mucha ayuda, yo fui por mi maleta y cosas, el accedió a llevarme al departamento e irme ambientando, me dio algunos tips y me anotó donde podía comprar la comida, donde podía encontrar tiendas de ropa, de muebles, Axel era una buena persona, le comenzaba a tomar cariño era muy amable, pero aun así todavía no me atrevía a decirle más allá de cosas laborales, y menos de mi hijo, ya iba a cumplir casi 3 meses y por ser tan delgada se me comenzaba a notar, así que lo que pude hacer fue comprar una faja y tratar de que no fuera tan notorio. El viernes, cuando teníamos un huequito invité a Axel a cenar, fue como en forma de agradecimiento, solo que sabía que me iba a cuestionar ciertas cosas.
Desde el principio que me ayudo a acondicionarme nunca vio fotos, y esa fue su primera pregunta.
—¿Realmente quieres que te diga? —él asintió y me miró—. Por una simple razón, yo no tengo familia.
—Por dios Pía, todos tenemos familia, y tú clase y educación me dice que tú tienes una excelente familia.
Yo sonreí irónicamente.
—Discrepo un poco con tu idea, pero supongo que cada quien toma las experiencias vividas y se aleja de quien le hace daño —suspiré antes de mirarlo—, es una larga historia.
—Entonces cuéntamela para poderte comprender, porque sigo sin saber por qué estás aquí.
Le sonreí y acepté, le comencé a contar, mientras tanto cenábamos, Axel me miraba mientras le contaba como si lo que le dijera fuera una pequeña novela, pero aun así no me dijo nada hasta que terminé de contarle, pero su rostro me decía todo.
—Por eso me vine, necesitaba alejarme de todo, mi padre dio la espalda, de mi madre mejor ni hablo, y de quien pensé que iba a cobijarme y darme comprensión, me quitó trabajo, sueños del futuro e ilusiones, a ver dime ¿a que me quedaba?
—Pues no sé, realmente ¿qué clase de madre tienes que se preocupa más por el estatus social que por su propia hija?
—Pues así es mi madre, casi no me deja estudiar, me consiguió novio, bueno, para que te cuento más, parte de sus decisiones me trajeron a dónde estoy ahora.
—En eso tienes razón, pero bueno, si es así, créeme que menos que nunca hablaría para pedir referencias, y seguiré callando que estas aquí y trabajas para mí.
—Gracias, creo que eso era lo que me faltaba para tranquilizarme —dije emocionada.
Axel era demasiado bueno conmigo, me había brindado su amistad desde un principio sin cuestionarme, y después de todo lo que le conté, menos lo hizo. Sabía que en él podía contar, y por lo menos ya tenía alguien en quien apoyarme, ese día solo me pidió un favor y era que mandara un correo para decir que estaba bien, que mi hermana no tenía la culpa de preocuparse y tenía un poco de razón, me siguió insistiendo hasta que al final me convenció.
Damían|
Aquellas semanas fueron de las peores de mi vida, apenas y sabía que era de mí, salía a trabajar sin ánimos, todo lo que bosquejaba lo hacía pensando en ella, en su cuerpo, sus besos, y me ponía mal, no terminaba de bosquejar, pasaba por su oficina, la cual estaba como la última vez que estuvo ahí.
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Juego de Pasión ||COMPLETA||
RomanceEn el tranquilo vecindario de Pía, las casas parecían contar historias silenciosas de vidas aparentemente perfectas. Calles arboladas y sonrisas forzadas se deslizaban por las calles como sombras de una realidad que solo se mostraba en la superficie...