Damián|
Después de un rato de hablar, Pía comenzó a explicarles un poco más de su vida, su trabajo, de Sarahí, se quedaron básicamente enamorados de ella, ¿y quién no? Si todos la adorábamos, es nuestra princesa y justamente hablando de ella, y cuando sus abuelos preguntaron, llegó con sus tíos corrió conmigo y Pía y nos presumió los dulces que sus tíos le habían comprado, fue con sus abuelitos y les invitó después corrió a su habitación, ya que quería mostrarle a sus abuelos sus fotos de bebé y de sus clases de ballet.
—Realmente muy consentida, pero amorosa, de eso no cabe la menor duda —dijo su madre saliendo de la recámara de Sara—. Antes de que algo más suceda ¿aceptas venir?
—No se Ma, Sarahí se duerme temprano, y nunca la eh dejado con niñera...
—Pero eso no importa, el lugar en el que estaremos tendrá una habitación y estará más que cuidada, no lo dudes.
—Amor —le hable yo—, es una ocasión especial y no vamos a llegar a las tantas horas, y pues si pasa...
—Si pasa —me interrumpió Dana—, creo que más de uno vamos a querer cuidar a esa hermosa. Hermana, disfrútalo, es una ocasión especial y todavía quedan varios días.
—Bueno, si consigo alguien que pueda estar cuidándola y yo esté tranquila, podré pensarlo.
Ya que medio había decidido, así que no pude presionarla, se vería algo obvio de mi parte cuando el supuesto es lo están preparando sus padres, tenía algunos días para terminarla de convencer, pero esos, iban a ser precisamente los que más trabajo me iban a costar, pagar el lugar, el hospedaje, rosas, comida, etc., me tenía que desaparecer un tanto de ella, sin que sospechara o me viera evidente, pero ya tenía unos cuantos cómplices para ayudarme en eso.
Pía|
Después de todos aquellos días, pensaba que todo iba a estar bien, Damián sabía cómo cuidarnos, amarnos, pero sobre todo hacernos felices, comenzaba a disfrutar aquello, pero algo..., había algo que me hacía dudar, sentirme rara, como si algo fuera a pasar y todos supieran, todos, excepto yo.
—¡¡¡Mami!!! —llegó Sarahí acompañada de su tía a la oficina, Dana me había dicho que iría por ella a sus clases de ballet, y Sarahí no se negó.
—¿Cómo está mi princesa bailarina?
—Muy bien mami, la maestra le dijo a mi tiushis que soy la mejor, ¿verdad tiushis? —ella asintió muy sonriente.
—No lo dudo princesa. ¿Te gustó que tu tía Dana fuera por ti?
—Si, mucho, y también me compró mi helado.
—Tu helado, claro, como olvidar algo así.
Dana sonrió y Sarahi comenzó a jugar con mi cabello, esa era señal que quería algo.
—Entonces, ¿vamos a ir con mis abuelitos Mami?
—No lo sé mi amor, tu papi me ha tratado de convencer, pero...
—Por día Mami, me dijeron que me tienen una sorpresa, y yo quiero mi sorpresa.
—Tramposa —dije haciéndole cosquillas—, eso no se hace, tu deberías ir por ver a tus abuelitos, estar con ellos, no por una sorpresa.
—Por Dios Pía, es una niña, no pidas que vaya querer hablar con sus abuelos como niña grande.
—Bueno, en eso si te daré la razón, pero insisto, no quiero dejarla encargada, y con tu tío Axel no —dije tocándole la nariz—, es su día libre.
—Pía, ya sabes que todos podemos turnarnos y estar un rato con Sara, a ninguno nos molesta, además, es una cena, y ¿CCees que esta niña se va a quedar dormida a las 9 o 10?
—Puede que tengas razón. Bueno, está bien, vamos, pero me tengo que regresar temprano, tampoco la quiero trasnochar.
Las dos pusieron cara de felicidad, solo que Sarahí festejo de más.
—Claro, ya verás que regresaremos temprano y si no, te aseguro que tendrá justificación.
Su respuesta me había dejado pensando un poco, pero con su alegría secundando la de Sarahí, no quise preguntar nada y mejor les seguí la corriente.
Ya en la noche, mientras cenábamos, algo me hizo sentir mal, no sabía que era, pero después de comerme un poco la comida, sentí un asco horrible, corrí al baño y vomite sin más, Sarahí y Damián fueron a ver que me pasaba, pero ni yo sabía.
—Mami, ¿estás bien? —preguntó con una carita de preocupada.
—Sí mi amor, algo me cayó mal de la comida. Amor, ¿le pusiste pimienta negra a tu pollo? —dije preguntándole a Damián. Él me miro y me asintió.
—Perdón, se me pasó, no quise...
—No te preocupes, suele pasar, pero mejor ustedes terminen de cenar, yo los alcanzo en un ratito.
Ellos me hicieron caso y yo me comencé a lavar los dientes, el asco todavía no se iba, y necesitaba quitármelo. Entré a la recámara y saqué una blusa para cambiarme, me había ensuciado un poco, jalé una camiseta de una pila, cuando tumbe una libreta, la tomé era mi libretita de periodo, cada cuando y todo eso, la abrí y chequé, en la mañana había estado pensando en eso, y era lo que no se si temía o sospechaba pero en cuanto la abrí sentí un poco de escalofrió; tenía poco más de 2 semanas de retraso.
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Juego de Pasión ||COMPLETA||
RomanceEn el tranquilo vecindario de Pía, las casas parecían contar historias silenciosas de vidas aparentemente perfectas. Calles arboladas y sonrisas forzadas se deslizaban por las calles como sombras de una realidad que solo se mostraba en la superficie...