Conociendonos

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Pía.

Estaba resintiendo el clima frío en los pies, a pesar de tener a una bomba sexual a mi lado. Solo de recordarlo me estremezco y es que su lenta respiración acompasada, sus brazos rodeando mi cuerpo y sus pies entrelazados con los míos, me pueden... Por estos instantes me siento mujer realizada, ahora que su voz ronca me dice al oído que estuve fantástica. Vuelvo a la realidad. Su dedo hace estragos en mí cuando se pone a rodear mi pezón... Busco desesperadamente su boca muero de ganas de repetir el acto sexual que tuvo lugar hace 10 minutos, para mi suerte él quiere lo mismo que yo y comienza a acariciar mi cuerpo mientras me mira intensamente. Ahora que lo pienso es condescendiente, de inmediato me doy cuenta a que labios dirige su boca y me da un espasmo estomacal y de pronto mi mente se queda en blanco.

Damián

Yo no podría opinar nada malo al respecto de esta chica, el bar, la mirada triste me sentí extremamente identificado con ella. Acercarme a su lado en la barra ha sido lo mejor que he hecho en meses después de mi mala experiencia en el amor, hoy me di cuenta de que no amar no me impide tener sexo. Escucharla gemir mientras pruebo unos jugos exquisitos me motiva a hacerla gritar, lo hace y eso me excita tanto que no, ni siquiera pienso en protección, levanto la cara a ver su desfigurado rostro impaciente por que la penetre. Lo hago, es lo más rico que he probado alguna vez en mi vida.

Pía

No hablo para evitar soltar el nombre de mi esposo, no lo amo, es solo que estoy acostumbrada a decirlo para su satisfacción, este hombre es realmente lo que quiero más ocasiones. Quiero una noche más su lado, quiero que me haga el amor todas las noches pero basta de soñar quedamos que solo sería sexo, pero es que era inevitable imaginarlo en traje mientras preparo la cena de año nuevo con mis padres. Fin, no quiero pensar en cosas imposibles. No quiero que termine jamás este sueño de hotel...

Oh dios, esto no puede terminar aguanto, aguanto. ¡Necesito un respiro!

—¿Cambiamos de posición?

—Claro —me responde.

Damián
Vamos amor conozco una forma que te encantara. Wooh no puedo creer la flexibilidad que tiene esta mujer, muero por estar a su lado todas las noches, debo calmarme ¡Debo calmarme! Estamos de frente y sus piernas rodean mi espalda... La cama esta húmeda... No hay una sensación en el mundo que se pueda comparar con lo que siento ahora, sus gritos me matan, motivan. ¡Es que ella es tan mujer!

Pía.

He tenido el orgasmo de mi vida. Es difícil encontrar un hombre capaz de hacerme gemir de esta forma. Y yo Pía hoy no puedo respirar correctamente gracias a él.

Ya es tarde y odio tener que irme de sus brazos, tengo miedo de perderle necesito volver a verlo...

Damián

—Pía necesito volver a coincidir contigo, esto ha sido lo más bueno que tenido en días —le digo esperando una respuesta que me agrade.

Sus ojos asustados pero saciados me miran alternadamente mientras la duda acerca de las mujeres en mi vida cruza su semblante, aunque muero de ganas por decirle que estoy dolido solo he estado con una mujer en mi vida, me sorprendo de pronto necesitando su apoyo y comprensión, pero no está bien, esto fue completamente físico, sin sentimientos. Entonces ¿por qué quiero cuidarla en mi regazo?

Tenía que irse, al igual que yo, aquello solo había sido un encuentro sexual, y a pesar de su prisa yo trato de hacerme el que no tiene que irse, aunque tengo un trabajo el cual aún ella desconoce.

Pía.

No puedo seguir aquí. Mi esposo estará buscándome y entre más lo veo, más me excita. Me doy un trago de nudo con espinas y sufro cada milímetro que recorre este sentimiento en mi garganta, con todo mi pesar le digo que me tengo que ir, me levanto rápido y me visto, está a punto de amanecer, y más peleas ya no quiero.

—No te preocupes por la cuenta, yo la pago —me dijo sin ningún peso de conciencia.

Damián

—Claro que no, la que provoco esto fui yo, así que como tú todavía no bajaras, pagaré yo, pero solo déjame decirte algo —ella me miro con unos ojos de deseo que no había visto en ninguna otra persona—, eres el único que me ha hecho sentir cosas que nunca, y sentir un orgasmo como ningún otro.

Yo la mire y sonreí, no había que negarlo, nos dimos satisfacción mutua.

—Y tú a mí, espero que esto se repita.

Pía.

¿Repetirlo? Tendría que pensarlo, pero ¿Estás mal Pía? ¿Pensar qué? Damián me estaba dando el placer que Sergio no me da, no puedo seguir restringiéndome cuando de seguro él hace lo mismo en sus viajes, y dios mío este hombre es todo lo que deseaba tener todas las noches.
Me termine de cambiar y bajé realmente feliz, aunque con un poco de culpa, pero la felicidad sexual que me dio Damián no se iba a manchar por nada.

Pagué el cuarto y le pedí a la recepcionista una tarjeta, quería dejarle algo, Damián todavía tenía que entregar la tarjeta de acceso así que decidí dejarle algo simbólico, le pedí una pluma y donde anotar. Al terminar pagué y le explique a la recepcionista lo que tenía que hacer, salí del lugar, me monté en mi coche y me fui a mi casa.

No sé porque la había dejado ir, o tal vez si, sabía que aquello solo había sido algo de una sola noche, además de que me tomo como otra persona, y no, no quería sacarla de su error, prefería que pensara que había sido solo algo casual por un gigoló a que supiera que yo también engañe a mi novia, y no un engaño cualquiera uno que quisiera repetir todas las noches de mi vida.

Damián.

Antes de salir me metí en la ducha, necesitaba un poco de agua fría, me bañé con toda la tranquilidad posible, salí, me puse mi ropa, tome mis cosas, la llave, y bajé.

Al dejar la llave la recepcionista me entregó una pequeña tarjeta, le di las gracias y me fui leyéndola, era de Pía, diciendo "Gracias por la maravillosa noche que me diste, nunca la olvidaré, me hiciste sentir viva de nuevo"

Al leer aquello no pude evitar sonreír, yo también había sentido aquello, y también quería repetirlo, pero ¿Para volverla a encontrar?

Juego de Pasión ||COMPLETA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora