Mi hija

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Pía|

Desayunamos todos, Sarahí puso todas sus muñecas en el coche y nos dirigimos a la ciudad, yo tenía que regresar a trabajar y necesitaba buscar un abogado, no podía creer que todo eso me estuviera pasando, si no hubiera sido tan bruta, hubiera sido mejor no decirle.

Estaba en la luna y Christopher pidió manejar para que no hubiera complicaciones.

—¿Estás bien mami?

Miré a Sara con su cara llena de dudas y la abracé.

—Si amor, solo que mami está un poco cansada, triste.

—¿Por qué?

—Por personas que no siempre... Olvídalo estás muy pequeña para eso.

Ella me miró y se paró frente a mi como pudo.

—¿Es por mi papi? —yo la miré y Christopher freno de pronto.

—¿Por qué hablas de tu papi, mi vida?

—Porque mi tía Dana —dijo puntándola—, te dijo que mi papi Damián se iba a enojar por algo y el ya no está aquí, ¿se enojaron? —yo la miré y la tome en brazos .

—Mi amor, Damián si es tu papito, pero tu papito de verdad y él se enojó cuando yo se lo dije —ella me miró confundida.

—¿Y por qué? ¿No le gusto saber que es mi papi? A mi si me gustó la idea, así él y tú me llevarán al parque y me comprarán mi helado.

Todos sin querer nos reímos, sí todos viéramos el mundo de la manera en el que lo ven los niños, todo resultaría más fácil.

—Yo creo que tal vez el si te lo compre, pero papito no sé si... —Dana me miro.

—Papito está trabajando, pero ya verás que te comprara muchos helados. Oye princesa, ¿no tienes ganas de cantar algo o así en lo que llegamos?

Sarahí lo hizo junto con su tía y fue donde pude estar un poco tranquila, realmente no tenía ganas de tocar el tema, pero teniendo a Sarahí conmigo era imposible que no pensara en eso. Al llegar a la ciudad Dana se ofreció en quedarse conmigo hasta que me durmiera o me tranquilizara, pero no quería estar en el hotel, más bien en mi casa y fue a dónde fuimos, Dana y Christopher pidieron fuéramos antes, ellos bajarían todo del auto. Acepté su oferta y tomé a Sarahí, entramos en la casa, pero me encontré con una sorpresa.

Al abrir la puerta estaban varios letreros por el departamento que decían "Pía perdóname", "Tú y Sarahi son lo mejor de mi vida", "Te Amo".

En el último había muchas rosas y una muñeca que decía en su pecho... ¡Te amo!

—Mira mamá —Sarahí corrió por la muñeca y la abrazo, yo fui por una rosa y la olí.

—¿Quien hizo esto?

—¿Por qué? ¿No te gusto?

Damián salió de mi habitación con otra rosa en la mano, aunque quería correr a besarlo por el detalle, seguía un poco enojada.

—¿Qué haces aquí?

—Vine a pedirle perdón a la mujer que más amo en este mundo.

Seguía resistiéndome a la idea de correr a darle de besos sin antes saber porque hacía eso.

_¿Ahora piensas eso de mí? ¿Y tu actitud de ayer?

—Esa actitud de estúpido solo logró alejarme de ti de nuevo, sé que no debí decirte lo que te dije, debí de alegrarme y darte un millón de gracias por criar a esta maravillosa hija, de tener el valor de decirme que era mi hija y más aún, por ser la mujer fuerte que eres hoy.

—¿Ah sí? Y ¿qué pretendes con esto Damián? ¿Llevarme de nuevo a la cama? Porque si es así de una vez te digo que...

—Claro que no, lo que quiero es amarte, tenerme cerca de mí, fui un idiota al decirte que te quitaría a Sarahí, eso sería lo que menos haría, ¿crees que podría verte sufrir?

—Pues eso parecía —él se acercó un poco más a mí y me acarició el rostro—. Damián yo te lo dije porque esperaba que lo tomaras bien, que disfrutáramos juntos esto, sé que tuviste razón, no debí de alejarte de Sarahi, fue mi peor error.

—Y el mío decirte que te la quitaría —él la volteo a ver, Sara estaba jugando con la muñeca , sin prestarnos mucha atención—. Yo quiero disfrutar de ella, sí, pero junto contigo, no quiero estar con otra persona no que seas tú.

—Ni yo Damián, quiero disfrutar de ella con su padre, con el amor de mi vida, perdóname por haber sido tan tonta y egoísta nunca debí negarte el ser padre.

—Fue lo que creíste mejor, pero ya,  lo importante es que hoy podemos estar juntos y más aún, así lo queremos.

Después de esas palabras por fin me decidí a abrazarlo y darle un beso, Sarahí nos vio y vino rápido, estiró sus manitas y Damián la abrazó.

—¿Ya se pusieron felices? ¿Ya vas a ser mi papi?

Los dos esbozamos una sonrisa y nos miramos.

_Si mi princesa, seré tu papi y protegeré a mis dos amores.

Dana apareció por detrás y al ver que ya estábamos tranquilos entró.

—Por fin los tercos están juntos.

Sarahí pidió que la bajara y fue con su tía.

—Mira la muñeca que me dio mi papi Damián, apoco no está linda Tiushis.

—¿Tiushis? —pregunté yo, me pareció raro que le dijera así.

—Si hermanita, a la loquita de mi sobrina le pareció un buen apodo y yo no pude negarme a que me dijera un apodo mi consentida ¿verdad?

Todos reimos, Damián me dio un beso, Dana un abrazo y un simple "Disfruta tu nueva vida", y eso era precisamente lo que iba a hacer, disfrutar de la vida que ahora estaba acomodándose.

Damián|

Comenzaba a ponerme nervioso, esperaba ese momento para después proponerle a Pía lo que iba a hacer, me estaba dando un pánico, además porque creo que sería un cambio algo drástico para las dos, pero no quería perderla y simplemente quería hacerla mi mujer.

Pía preparó algo de cenar, Dana y Sarahí le ayudaban, aunque diría que mi hija solamente las hacía reír y tardar un poco más, aunque al parecer a ellas les gustaba.

—¿Y que hace mi princesa?

—Ayudo a mamá a preparar mi comida.

_Si, tu hijita me ayuda muy bien, igual que tu cuando cocinábamos.

Yo me quedé pensando.

_Mi hijita, que bien suena ¿no, princesa?

—Si papito.

Sarahí tenía un poco de la cena en la mano y se le ocurrió mancharme el cachete, yo la tomé y comencé a hacerle cosquillas, ella le pedía ayuda a su mamá pero Pía le decía que se defendiera, Sarahí lo hizo y terminé todo rojo de los cachetes porque Sarahí pensó que jalándomelos me ganaría. Al final Pía vino por mí, me tomó de las muñecas y me dio muchos besos con los cuales terminé ya no haciéndole nada a Sarahí y ella se aprovechó y corrió al comedor.

Cenamos todos tranquilos, Dana le habló a Christopher y después de un rato llegó a cenar con nosotros, comenzamos a hablar un tema sobre otro, al final Pía descubrió que su hermanita se había casado y que deseaban ya pronto tener un hijo y que por eso Dana sentía tanta simpatía por Sarahí además que era su sobrina, pero creo que era su instinto maternal más que nada.

Juego de Pasión ||COMPLETA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora