Juego de Pasión ||COMPLETA||

Por favor mamá

Damián|

Sarahí iba y venía por el hotel muy tranquila, yo tenía una pequeña libreta en la cual iba anotando los detalles; deseábamos una boda sencilla en la que la familia fuera parte de ella, claro al civil, ya que Pía no se podía casar a la iglesia, pero aun así quería una boda linda, pero en mi cabeza seguía rondando la idea de hacer una boda sorpresa para Pía, en el que nada más tuviera la preocupación de maquillarse y cambiarse, Dana me secundó la idea y cuando Christopher y Axel lo supieron me ayudaron, Dana dijo sería un pretexto perfecto para que sus padres llegaran y así pudieran hablar con ella; al principio pensé que podía ser mala idea, pero después de que Dana me explicara el motivo por el cual sus padres la querían ver comencé a planear todo para que aquello fuera lo más rápido posible, algunos cuantos amigos, la casa de Axel como recepción sería el lugar perfecto para que Pía no se enterara de nuestros planes.

Pía|

Me quedé pensando en lo que me dijo Micaela. Simplemente quería hacer feliz a Damián, pero ¿era porque yo quería? ¿Porque lo amaba? Algunas cosas todavía rondaban por mi cabeza, observaba el anillo que me había dado Damián, me lo quitaba y ponía consecutivamente, había algo que me daba un poco de miedo.

—Pía, ¿Podrías?

Charles entró a mi oficina y me vio observando fijamente el anillo, se acercó a mí y me preguntó;

—¿Lo amas?

—Creo que ha sido la pregunta más consecutiva que me han hecho hoy —dije son una media sonrisa—. Ahora viendo todo lo que ha pasado, me he dado cuenta que lo amo, que quiero compartir mi vida con él y como diría Sarahí, darle muchos hijos y hermanitos a ella.

—¿Sabes algo Pía? Como la mujer que eres te hacía un poco eso, pero ahora que sé que tienes las cosas claras, me alegro demasiado por ti, ya es tiempo que pienses en ti, en tú felicidad, que aunque seas madre pienses en ti. Damián es la persona que por lo que veo te hace sentir plena, feliz y nuestra a una Pía complemente diferente, te has cerrado por años, te has concentrado solo en una sola, pero sobre todo has evitado a esa misma persona. Amar es algo bello y tú lo tienes, no dejes que se vaya de tu vida solo por miedo, de eso se trata la vida.

Me levanté y le di un fuerte abrazo a Charles, pude compartir mucho con él, siempre me preguntó por el motivo por el cual no deseaba publicidad, al final le conté groso modo, el conoce mi historia, conoce a esta Pía y sabe que aunque tengo dudas, mi alegría es evidente. Estoy dispuesta a no solo dar amor, sino a recibirlo.

Damián|

Esa tarde logré averiguar algunas cosas con Dana y Axel de la boda civil, como de lo que íbamos a ocupar para la recepción, Dana estaba buscando en internet algún vestido para Pía, pero dijo que después de tantos años ya no sabía que le gustaba, así que irían con el pretexto de que le iba a comprar un vestido a Sarahí y sin que ella se diera cuenta le preguntaría por un vestido para ella misma y me avisaría para después de que saliéramos de alguna tienda lo fuera a comprar, hasta ahí, algunas cosas ya iban cuadrando y esto tomando buen rumbo. Cada cosa que pensaba o planeaba me tenía cada vez más emocionado.

Pía|

A lo largo de toda una semana planes y más planes se iban haciendo sobre qué pasaría con Damián y conmigo, este diciéndome que él ya no se separaría de mí y que iba a trasladar su oficina matriz hacía New York, yo le decía que no hiciera ese tipo de sacrificios, pero el asunto era que me demostraba que no era un sacrificio, si no lo contrario, disfrutaba estar cerca de nosotras, Sarahí cada día estaba más emocionada de tener a su papito cerca e insistía cada vez más en un hermanito o un primito de parte de Dana, seguía tan insistente que un día terminé hablando con ella de que se tenía que esperar, que había cosas que hacer y que por ahora un hermanito no era posible, al final terminó diciendo que no le quedaba otra que esperarse, pero que aun así ella lo deseaba pronto, aunque ella es mi adoración, mi motivo de vivir, mi todo, muchas de las veces si me sacaba un poco de onda sus preguntas, sé que están rodeadas de inocencia, pero a veces las respuestas no llegan a ser tan buenas.

Después de nuestra "platica" Dana dijo que quería que saliéramos, así distraeríamos a Sarahí un poco y yo estaría un tiempo con ella, idea que me gustaba, además ella le compraría su regalo de cumpleaños a Sarahí cosa que a ella le encantaba. Nos dirigimos a un centro comercial, Dana le dijo a Sarahí que ella le iba a comprar un regalo, pero que quería que fuera algo de ropa o zapatos, Sarahí se emocionó y en cuanto nos acercamos a una tienda corrió hacía ella.

—Creo que ya la tenemos demasiado consentida.

—Déjala hermana, es una niña y muy buena, un regalo de cumpleaños solo es de vez en cuando, además, no le hace mal.

—Lo sé, pero bueno, creo que por ahora es mejor que vayamos por ella.

Fuimos por ella, no se separó de mi vista ni un segundo, Sarahí estaba esperándonos en un aparador.

—Mira mami, este vestido está muy bonito y mira, también hay uno muy grandote para ti.

—Pero mi vida, venimos a comprar un vestido para ti, no para mí.

—Pero así nos veremos igualitas y bien lindas en mi cumpleaños.

—Pero ¿blanco? ¿Yo usando algo blanco? No es boda, es cumpleaños.

—Ay Pía, por favor, es un vestido, la niña esta ilusionada de ver a su mami vestida igual que ella.

Ante la cara de las dos no tuve otra cosa más que entrar y probármelo, estaba deseando que no hubiera de mi talla o tuviera algo que no me convenciera a comprarlo, pero fue todo lo contrario, al probármelo me terminó de encantar, Sarahí y Dana no dejaban de echarme piropos, pero yo seguía pensando si para su cumpleaños lo podría utilizar. En lo que me convencía Sarahí se probó el suyo, se veía tan linda, tal angelical, que al final terminé accediendo a comprar aquel vestido.

Damián|

Dana me marco para decirme que Pía ya había comprado el vestido, y yo en toda aquella semana me había encargado de arreglar papeles para que la boda se hiciera en Estados Unidos, además los padres de Pía no tardaban en llegar, aunque hubiéramos querido que llegaran el mismo día del enlace, nos sirvió aquello para tener un pretexto para la boda y que Pía no sospechara nada.