Mentiras piadosas

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Pía.

Caminamos de nuevo hasta el hotel, Dana estaba afuera y marcando, en cuanto me vio dejo el celular.

—Déjelo señor, acaba de llegar, muchas gracias por su tiempo —se dirigió hacia mi, sonaba enojada y preocupada— ¿Dónde estabas Pía? —al ver a Damián, su voz cambió—. ¿Quién es el caballero?

—Mucho gusto, me llamo Carlos.

—¿Carlos? —preguntó ella confundida.

—Sí —reaccioné a su rápida contestación—,  el Señor fue quien encontró mi argolla, y me invito a cenar.

—Entiendo —escuchar eso la tranquilizó un poco—, pero mee debiste de haber marcado, me dejaste un poco preocupada.

—Fue mi culpa, le pedí a la Señora Pía que me acompañara, conversamos un poco y se nos perdió la noción del tiempo, disculpa que te hayamos preocupado.

—Pues sí, si me preocuparon, pero bueno todo está bien al parecer, y eso es lo que importa.

—Bueno, ya que están las dos tranquilas, ¿podría invitarlas a desayunar? —Dana me miró, yo no sabía si reír o negarme— ¿Entonces qué les parece la idea?

—Claro que si Carlos —contestó rápido Dana, yo me le quedé viendo y no tuve de otra que aceptar también, sabía que si estábamos juntos no iba a pasar mucho tiempo sin que ya estuviéramos en la cama.

—Encantada Carlos, nos vemos mañana a las 9, si te parece bien.

—Me parece perfecto, que pasen buenas noches, yo me retiro a mi habitación.

Damián se despidió de las dos y después se retiró, Dana me tomó de la mano y me llevó hasta el lobby, allá nos sentamos y me pidió explicaciones porque claramente a Damián no le había creído.

—¿Él era Damián? —yo le asentí—. Dios mío ahora entiendo por qué no te resistes a él, está hecho un cuero, es un caballero, es... Ok, espera, antes de que lo alague de más, ¿A dónde fueron? ¿Dónde estuviste?

Quería decirle a lo que ella sospecha, pero solamente quedé y confirme lo que Damián.

—Realmente fuimos a cenar, hablamos y ahora que lo pienso Dana, me quedé llena de dudas, ahora sé que no sé absolutamente nada de él.

—Pero sus cuerpos ya se conocen —ella rió—, pues entonces mañana lo descubrimos, o más bien lo descubres, tienes derecho hermana.

¿Tener derecho? ¿En qué sentido? Solo logré coincidir con ella en eso, mañana le preguntaría sobre su vida, mucho hablar de mí, pero de él casi no sabía nada, o más bien, no sabía nada, ni su apellido.

Terminamos de hablar y nos fuimos a la habitación, me di un baño rápido, cuando salí Dana ya estaba durmiendo, yo me cambié y me metí en la cama formulando me muchas preguntas acerca de Damián, necesitaba urgentemente saber quién es él.


Damián.

Su hermana era guapa, pero no tanto como ella, pero no sé por qué cuando la vi, logré pensar en Christopher, hace mucho no tiene novia y no sé por qué al verla me pensé instantáneamente en él.

—¿Hola? —contesté a la llamada de Christopher—. Justamente estaba pensando en ti.

—¿En mí? Cabrón si pensaran en mí no te irías así como así ¿en dónde diablos te metiste?

—Vine a disfrutar un poco de la vida, estoy en Los Cabos, y no te pongas así si, solo estaré aquí hasta mañana en la tarde, y necesito que me cubras con Isabel.

Christopher estaba extrañado que me fuera sin avisar, por lo menos a él.

—¿Y qué haces allá? Confirmo que cada vez estas peor Damián, pero ya, ¿por qué quieres que te cubra?

Juego de Pasión ||COMPLETA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora