フェチ O C T - KINKTOBER 2018 [Detroit Become Human]

New path

Hoy, 12 de octubre, enfrento el reto de hacer un texto de temática furry.

Obviamente, será un furry muy ligero, muy antropomorfo, porque quiero que se defina bien la diferencia entre furry y zoofilia. xd

Detalles: Nines es un príncipe humano (18) y Gavin es un cambiador a leopardo de las nieves (20).

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Connor partió hacia el norte en pleno invierno ruso, con una escolta de guardias ariscos. Su perfil firme y orgulloso fue lo último que Nines vería de su hermano mayor. La escolta regresó sin él, solo para conducir a fuerzas al adolescente de ojos grises a la recámara de la torre más alta.

Las cosas de Connor aún seguían ahí. Nines, viéndose atrapado tras la puerta de roble, se distrajo con estas. Su hermano tenía muchos libros, ropa más pequeña de la que se tendría a los 18 años y algunos manuscritos. No tuvo prisa en explorar; teniendo en cuenta que la esposa de segundas nupcias de su padre mantuvo a Connor desde los 16 recluido en esa torre, Nines solo podía esperar el mismo destino para él.

Coincidentemente, él también estaba en sus 16. No sería hasta en dos años que se desharían de él, bajando hacia el norte por el cauce del río Argut. El bosque dictaría su sentencia de muerte, pudo suponer.

Por eso en dicha tarde de invierno, dos años después, Nines dejó el castillo sin doblegar la cabeza, con un par de libros y unas mudas de camisa en el morral que ocultaba bajo su capa. El objetivo de la esposa del gobernador se iba a cumplir: solo la descendencia de ellos dos sería heredera del trono. Su padre siempre había sido un hombre muy débil y voluble ante los caprichos de sus parejas.

Tras kilómetros de camino, Nines por fin pudo ver a corto trecho el inhóspito bosque que siempre le aparecía en la ventana del aposento. Sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal; desde ese momento él era dado por muerto, ojalá se pudiese encontrar con los restos de su hermano para perecer a su lado. Los guardias le ordenaron bajar del caballo y entregarse a las tinieblas del bosque. El joven no encontró opción más lógica que obedecer. Seguiría a su hermano en ese, su último sendero.

Cuando el trote de los caballos fue sofocándose por la lejanía, Nines ya atravesaba los árboles de la entrada. Oía ya en las partes más frondosas a las aves rondando por sus nidos, que seguro se lo comerían cuando cayese muerto de inanición. La idea lo desesperó un instante, pero no mucho, pues eso estuvo meditando en sus dos años de retiro.

Buscando qué tan lejos podría encontrar los huesos de su hermano, Nines sintió que lo seguían. Su destino también podía caer en garras de bestias salvajes, ya no le importaba así que solo aceleró el paso para seguir su búsqueda.

-El cráneo de Connor sigue dentro de su piel joven, señor.-le llegó una voz grave a sus espaldas. Nines se sobresaltó en serio, hace mucho que no oía oraciones tan largas, no se esperaba volver a oír habla humana y mucho menos oír noticias de su hermano.

Giró para encontrarse con unos ojos rebeldes en un joven de piel levemente tostada, cabello castaño y ojos grises cual los de él mismo. Parecía un par de centímetros inferior a él, pero fornido de hombros como él nunca llegaría a estarlo. Su ropa era sencilla y marrón, muy delgada como para protegerlo del frío que no parecía tener. Los ojos de Nines cuestionaban mucho y el sujeto lo notó.

-Mi nombre es Gavin, soy un vigilante de la manada del esposo de tu hermano.-dijo sin darle tiempo a Nines para procesar tanta información-Llevo desde inicios de año esperándote. Connor sabía que este año tocaba tu venida, ahora debo escoltarte hacia él.

El que fue príncipe decidió seguirlo, era lo más seguro que tenía en ese bosque extraño.

Nines no se atrevió a hablar hasta que no fue medianoche, mientras Gavin apilaba leña sobre lo que sería una hoguera para cocer la carne que cazó para él.