Vulcano

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17/10/18: y nos toca masturbación. :D

Me voy a inspirar un poquín en una película que vi sobre la relación entre dos poetas franceses.

Detalles de la historia: Año 1870. Hank (34) x Human!Connor (19)

~

Los sonidos de la ciudad de París quedaban de la ventana para afuera, relegados por la distractora presencia de Connor cuando este lo visitaba a su casa.

El joven de espalda clara parecía iluminado entre la ropa de cama blanca, tan etéreo en su desnudez. Sus ojos castaños no se cruzaban con los azules de Hank, cohibidos tras su sesión de intentos de hacerse el amor sin dejar marca. Ahora se iba a vestir de nuevo, por lo que Hank capturó en sus retinas los últimos momentos de Connor al descubierto. No tenían lecciones hasta dos días después, lo suficiente como para que en algún momento le venga una necesidad irrefrenable de tener a su joven amante. 

Ataviado en su chaleco de muchacho correcto también era hermoso; esta prenda fungía como envoltorio que advertía lo que no se debía tocar con lascivia y, que sin embargo, Hank tocaba.

Connor agrupó sus cuadernos y los ató en conjunto, sin una palabra de francés en ellos de las que se supone debía aprender. Ir a clases de Hank se había vuelto una burla hacia su familia, que lo creía bien instruido por el hombre bilingüe. En realidad ambos perdían el tiempo escribiendo poemas en folios amarillos y bebiendo absenta con cubos quemados de azúcar. Los labios de Connor después de consumir este cóctel sabían a amarga miel con tonos de anís.

El hombre se irguió tras de su alumno y, para despedirlo, le dio unos últimos arrumacos. Connor gimió, aferrándose al escritorio de su pareja. Una mano se refundió en el el forro interior de su chaleco y sacó un pañuelo doblado y rígido que depositó en la superficie en el segundo que oyó los cascos del caballo indicando la llegada de su carruaje. Se liberó del agarre de Hank y tomó el rostro barbudo entre sus manos.

-No me extrañes.-culminó para salir raudo del lugar, con sus ágiles piernas marcando los pasos contra la escalera común, dejando a su paso la estela de deseo que provocaba a los ojos de Hank, que se asomó a la ventana para verlo saltar dentro del carruaje. Este empezó su trayecto en medio del mercado ambulante que se desarrollaba en la calle del edificio donde vivía Hank; este solo pudo recibir de nuevo al París de la tarde, corriente y bullicioso. 

No teniendo más en qué ocuparse hasta la noche, donde los poetas se reunían en el bar, miró el pañuelo que Connor le dejó sobre la mesa. Depositó su mano sobre la gentil tela, sintiendo un crepitar salir de esta. Al extenderlo, se encontró con un papel doblado en un pequeño y grueso cuadrado. Lo desdobló y sintió el aroma que emanaba, se había contagiado del olor del propio joven. Además, también llevaba su caligrafía estilizada.

Aunque nuestras fantasías se posterguen por condenas

y en mi templo de Sodoma tú no puedas ingresar,

satisface a mi tacto recorrer tus firmes venas,

nuestras manos de las vergas serán el único altar.

Hank cerró los ojos sin terminar los versos restantes. Hablando de sus venas, sintió la sangre rellenar otra vez las de sus partes nobles. Si algo le excitaba tanto como Connor siendo su apasionado amante era Connor, pluma en la boca, dominando con maestría una composición. Pero jamás había explorado ambas facetas mezcladas; Connor haciendo uso de su talento de poeta para hablar de la práctica a la que estaban limitados de realizar en la cama.

Sí sabía Hank lo mucho que le gustaría tomar a Connor como toma cualquiera a una dama. También sabía que lo que se lo impedía era la moral del pueblo. Que si mancillaba al joven podía cargar con años de prisión a los que no quería arriesgarse. Por eso tocar las varas la una contra la otra era su juego más frecuente, pasando a las bocas en situaciones especiales. De todas formas, ambos apreciaban el poder de la auto estimulación en su relación discreta. Connor parecía querer incluso venerarla.

Que las sábanas mojadas lo sean porque lo es mi espalda

cuando ordeñas mi simiente que para tu boca es miel

o que tenga entre las manos lo que quiero entre las nalgas,

lo acaricie y lo celebre retrayéndole la piel.

Razón no le faltaba a Connor al referirse a la recurrente conducta de Hank, que se llevaba a la boca sus fluidos tras acunar el orgasmo en su mano. Porque a Hank le fascinaba ver el miembro de su chico desinflamando el placer contenido, nunca se privaba de ese espectáculo. No le importaba las exageradas veces que la lavandera le cobraba por limpiar la ropa de cama; en el momento él quería que esta sea el sudario de la pasión de Connor.

Tú desnudas mis manías, de mi fuego eres el amo,

yo tu fiera lanza atiendo con el roce de mis palmas;

siento el placer de ser el tierno amante de Vulcano

y que este con su fragua me tempere cuerpo y alma.

Nada más placentero que Connor endiosándolo, comparándolo con el dios romano del fuego. Eran tan melifluas sus palabras que le daban la sensación de estar tocando la propia esencia de Connor en esa hoja. Ya lo extrañaba y no había pasado una hora. Pañuelo en la mano izquierda, sus pantalones descendieron y Hank cubrió la punta rojiza de su pene con la parte media de la tela. Estrujó y empezó a mover en círculos, continuando su lectura.

Yo entiendo como nadie de tu miembro y geografía,

sé tocar por dicho cráter hasta hacerte erupcionar

y me siento el rey del mundo pues tu vara solo es mía,

 la empuño como un cetro si la quiero masturbar.

Hank gruñó, entornando los ojos ante el tacto de la tela sobre el presemen que empezaba a humedecerla. Podía ir más rápido mientras sentía el olor de Connor y el suyo propio fundirse en uno solo al juntarse en el pañuelo. Incluso podía pensar en cómo Connor le diría esas palabras en su oído mientras le manejaría el miembro con gracia y coquetería.

¿Y qué si uno mi cetro a este dúo tan prohibido?

los mortales no comprenden de este acto celestial,

el ver tu pene en mi mano evitando estar dormido

y abrazarte a las pasiones que en mí van a despertar.

El clímax que solo Connor sabía propiciarle se abrió paso para depositarse en el paño. Soltó un jadeo prolongado y su visión no podía enfocar los versos, cosa sin importancia, pues las partes más satisfactorias resonaban en su memoria.

Magnífica herramienta que Connor le dio para pasar mejor los días entre clase y clase.

~

Intenté innovar con versos pero el relato me salió cortísimo. No sé explayarme en el tema de la masturbación, jeje. Además la universidad ya está empezando a pesar.

Me presento tarde, pero me presento. Ojalá les guste y hasta mañana. :)


フェチ O C T - KINKTOBER 2018 [Detroit Become Human]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora