Capítulo 5

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-Buenos días pequeña – Kagome sonrió estirándose aún con los ojos cerrados, el calor corporal de Inuyasha la llamo, por lo que se acurruco en su torso desnudo.

-Buenos días – sonrió cuando recibió un casto beso en los labios de su peli plata.

-Vamos a desayunar y luego a prepararnos para ir a casa de mis padres – bajo las sabanas, enredo una de sus piernas con las de Inuyasha.

-¿Qué hora es? – acarició el torso en círculos.

-Las 11:00 de la mañana pequeña – masajeaba la cabellera azabache con reflejos dorados de Kagome, haciéndola sentir relajada.

-Ya es algo tarde...-murmuro suavemente.

-Sí, es tarde, pero los fines de semanas, en mi casa se come después del mediodía.

-¿Aún comen tarde?

-Sí, ya se hizo una tradición.

-Está bien, vamos a desayunar y luego a cambiarnos – se sentó en la cama, haciendo caer las sabanas de su cuerpo exterior, dejando sus pechos desnudos frente el rostro de su novio, quien como cuando salían en su adolescencia, lo miraban con perversión - ¡No me mires así, que me da vergüenza! – reprocho Kagome.

-¿Vergüenza? ¡Pero si ya te los vi, ya los tuve completamente a mi disposición!

-¡Cállate! – le tiro la almohada en su rostro.

-¡Ay, Kagome! – desde el piso exclamo.

°°°

-Sakasagami con el doctor Sueldo en obstetra– la enfermera en jefe leía su carpeta, con la repartición de enfermeras que estarían a disposición de los doctores. – Gutiérrez con Sarapia en Ginecología, Álvarez con Figueroa en cuidados maternos, Miko con Takeda – los suspiros de algunas enfermeras aún libres y con la esperanza de ayudar al apuesto doctor Bankotsu Takeda se esfumo al escuchar el apellido de Kikyo junto con el apuesto doctor.

Kikyo cerró sus ojos dando gracias sarcásticamente por su buena suerte. ¿Con Bankotsu? ¿El mejor amigo del papá de su hijo? ¡Dios la quería torturar por sus malas acciones del pasado!

-Eso es todo, su puesto quedará hasta alguna queja de incompetencia del doctor, sí no es así, esperarán al año siguiente para la nueva reincorporación – Todas las enfermeras y enfermeros se fueron dispersando con una carpeta en manos. Kikyo se dirigió rápidamente a la enfermera en jefe.

-Disculpe superiora – la robusta y vieja enfermera añera en su puesto, giro para verla con una ceja arqueada.

-Que solicita señorita Miko – no fue una pregunta fue una orden.

-Yo, quería solicitar cambiar mi asignación con el doctor Takeda.

-¿Solicitar cambiar su asignación? – repitió casi indignada - ¿Usted cree que está en jardín de niños o en casa de sus padres para poder "pedir cambiar" lo que a usted no le gusta? ¡Esto es una orden de su superior Miko, y no puede usted cambiar su asignación cuando quiera! ¡Aquí solo obedece lo que se le pide, sin protestar! ¿Entendido?

-Entendido señora superiora – murmuro avergonzada Kikyo con su cabeza inclinada hacia abajo – Lamento haberla molestado con mis palabras.

-No pasa nada, solo haga su trabajo – dijo con un poco de arrepentimiento en su voz por las recientes palabras duras que había lanzado. La superiora se retiró dejando a Kikyo sola en la sala de juntas de enfermería.

Nueva Oportunidad (ADA#3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora