Capítulo 17

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Pasaron tres meses desde que se enteraron sobre los pequeños gemelitos que Kagome llevaba en su vientre. Ahora ambos, después de dejar a Haru al cuidado de la madre del peli plata se dirigían al hospital en donde tendrían la cita con el ultra sonido y si es posible sabrían ya el sexo de los pequeños.

Ahora Kagome lucía una gran pancita tierna de casi cinco meses. Había sido muy precavida ella unto con Inuyasha al saber que el embarazo era riesgoso, Haru la cuidaba igual o más de precavido que su padre. Kagome ya había dejado de trabajar en la empresa y solo permanecía en el hotel, o en casa de su madre o Izayoi o también, a veces salía a caminar junto con Haru al parque.

-¿Lista cariño? - pregunto Inuyasha ayudando a bajar a su azabache del interior del coche. Ya habían llegado al hospital.

-Yo te lo tendría que preguntar a ti. ¿Te desmayarás de nuevo? - con su ceño fruncido le pregunto Kagome sosteniendo con una mano la de Inuyasha y con la otra su panza.

-Oye... solo paso esa vez...- avergonzado desvió su mirada.

-Y la de tres meses y posiblemente ahora también.

-La anterior fue porque ¡Fue increíble escuchar el latido del corazón de mis dos hijos!

-Impresionante ¿Pero no podías mantenerte de pie y despierto? - reprochaba Kagome a medida que caminaban hacia el interior del hospital - Y agregando más problemas para ti ¿Por qué hoy te quedaste callado cuando te pregunte "¿Me veo gorda?" ¿Por qué te quedaste callado?

-Sí te respondí cariño...

-¡Pero no en el momento! Además...

-Solo son las hormonas, solo son las hormonas, solo son las hormonas - repitió en un murmuro su mantra de todos los días mientras Kagome seguía reprochándole hasta del ¿Por qué la mosca volaba?

°°°

-¿Quieren saber el sexo de los bebés? - pregunto la doctora a cargo.

-Queremos que sea sorpresa - dijo Inuyasha.

-¿Queremos que sea sorpresa? No, no, no. Nada de eso, ya me lleve la sorpresa al saber que estoy embarazada de gemelos, quiero saber que son - bufo Kagome.

-Nenas.

-¡Awww! ¿Escuchaste Inu? ¡Nenas, serán mujercitas! - lagrimeo Kagome, cambiando su estado feroz a sentimental.

-Hermosas cariño, perfectas.

Después de volver a recibir las indicaciones para seguir con el cuidado del embarazo se retiraron. Kagome al caminar no dejaba de mirar la ecografía en sus manos, sus dos bebes parecían dos pequeños aliens.

-Hay que pensar nombres. Estuve pensando en Kristen, Serena oh, oh ¡Shuri! - Inuyasha en pura curiosidad del momento giro su cabeza y abrió sus ojos junto con su ceño fruncido. A varios metros de ellos se distinguían las figuras de su amigo Bankotsu y de Kikyo, besándose y abrazándose - ¿Qué piensas?

-¿Qué? - desvió su mirada y miro de nuevo a su mujer quien no se había percatado de lo que él había visto.

-Inuyasha.

-Lo siento. Vi una mosca.

-Solo tú te distraes con una mosca. Te decía posibles nombres - e Inuyasha pensó, que lo mejor no era mencionárselo a su azabache para no alterarla. ¿Por qué aquello la debía de alterar no? Su ex novio y ahora amigo más confiable con Kikyo ¿Debería de afectarle?

°°°

-No saques conclusiones precipitadas Inuyasha - aconsejo Miroku sentado frente a Inuyasha en su gran oficina.

-¿Qué no saque conclusiones precipitadas? - repitió con burla - ¡Miroku se estaban besando! ¡Besando! Dime que es lo que no tengo pensar. Seguramente Kikyo lo está manipulando, lo usa para poder acercarse a Haru.

-Inuyasha, pregúntaselo directamente. No estés inventándote historias en tu mente.

-¡Bien! - mascullo. Saco su teléfono y escribió un mensaje directo a su amigo -¿Algo más?

-Cuando hables con él, mantén la mente en blanco - aconsejo Miroku.

°°°

De: Inuyasha.

Necesito hablar contigo inmediatamente. Ven a la empresa.

Bankotsu frunció su ceño al leer el mensaje completo que había recibido de parte de su amigo.

-¿Pasa algo? - pregunto Kikyo. El horario de ambos había terminado y ahora se disponían a marcharse.

-Te acercó a tu departamento y luego me voy a atender unos pendientes - Kikyo asintió y subió al coche de Bankotsu. El viaje no duro más de cinco minutos en un silencio y solo acompañados por canciones de una estación de radio.

-¿Está todo bien? - pregunto Kikyo antes de bajarse del coche con su semblante preocupado.

-Vendré en cuanto termine. No te preocupes hermosa - Bankotsu se inclinó y le dio un beso fugaz de despedida.

°°°

-Hey perro ¿Por qué tanta prisa? - Bankotsu se adentró a la oficina de su amigo y cerro de una patada la puerta. Inuyasha estaba sentado en la silla detrás de su escritorio con una mirada neutral, seria.

-Está tarde fui al hospital con Kagome a su cita con el médico...

-¡Uau! ¿Ya saben que son los bebes? - Bankotsu con ingenuidad tomo asiento frente a él.

-Y cuando salí... te vi - Inuyasha lo miro fulminante y Bankotsu con aquella mirada matadora, entendió.

-Inuyasha...

-Te vi con Kikyo...

-Amigo, déjame.

-¿Amigo? ¡¿Te estabas besando con ella?!

-Solo cálmate y hablemos de con tranquilidad - Bankotsu le hizo señas con sus manos, en un intento fallido de calmarlo.

-¿Qué me calme? ¡Me estás fallando... estás fallando a Kagome! Como puedes estar con ella, con esa... con esa zorra oportunista.

-¡Cállate! ¡No hables así de ella porque si no, la próxima te romperé la boca! - amenazo Bankotsu poniéndose de pie, quedando de frente a frente con el peli plata.

-¿Qué? - confundido Inuyasha murmuro - Ya vez lo que te hizo ¡Te lavo el cerebro, te engatusó y te metió cosas erróneas en la cabeza! ¡Ella es una zo...!-Inuyasha no pudo terminar la frase. Bankotsu le había atinado un poderoso derechazo en su quijada.

-Cuando te calmes y tengas tu mente en frío, hablaremos estúpido - y Bankotsu azotando la puerta se marchó.

-Maldito.

°°°

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¡Nos leemos!

Nueva Oportunidad (ADA#3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora