Capítulo 6

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-La hermosa Kikyo ha vuelto ¡Tanto días sin verte querida!

-Hola Don Pancho – saludo con una sonrisa la azabache.

-Oh y traes a alguien – curioseo el hombre mirando con curiosidad al moreno, que en ocasiones había visto comprar una pocas veces en su carro – Mucho gusto joven – saludo a Bankotsu quien asintió con la cabeza y saludo con la mano – ¿Lo mismo de siempre querida?

-Sí, pero está vez dos por favor – el vejete asintió y se volteó a preparar el pedido.

-¿Cuál es lo "mismo de siempre"? – pregunto Bankotsu en cuanto caminaron hasta la fila de entregas.

-Es una hamburguesa completa, con dos carnes, papas y refresco – dijo en cuanto se detuvieron detrás de un grupo de chicas – Además – susurro en su oído– Nos agregará papas extra y ensalada solo por ser yo – Bankotsu se carcajeo por el secreto tan confidencial.

-¿Qué tienes tú que no tenga yo? – pregunto Bankotsu con una ceja arqueada.

-Pues yo tengo, hermosura, simpatía y lo más importante... antigüedad – Bankotsu en silencio le sonreía, cada día conocía más a Kikyo y eso le gustaba y a la vez asustaba.

-¡Tú pedido querida! – Bankotsu y Kikyo se dirigieron hasta el vejete, quien estaba dentro del carro, les entrego una bolsa con la comida muy bien envuelta, Kikyo y Bankotsu sacaron sus carteras pero Don Pancho los detuvo – No, no, está vez invito yo – le guiño un guiño a ambos, Kikyo frunció su ceño y Bankotsu contento de no gastar dinero en sabrosa comida le cogió la bolsa al vejete simpático.

-Gracias Don Pancho – agradeció Bankotsu bastante distraído para notar la picardía en sus ojos, Kikyo fue quien le reprocho con la mirada y se marchó detrás de Bankotsu, al parecer comerían en unas de las mesas del Central Park.

-Tal vez considere almorzar contigo el resto de mi vida – exclamo Bankotsu no pensando en sus palabras. Kikyo sintió su vientre ser removido, sus extremidades cosquillaban.

-Pero no siempre es así, creo que solo porque no vengo de hace un par de días no me cobró, después es todo normal – intento contrariar la decisión del moreno.

-Bueno, igual, quiero papas y ensalada extras – Kikyo sonrió apenas mientras tomaban asiento – Pensé que está clase de comida a ti no te gustaría – confesó Bankotsu repartiendo las hamburguesas y porciones correctas para cada uno.

-Pensaste en que comería en restaurantes caros y apenas dejaba propina ¿Cierto? – pregunto y sin dejarlo responder agrego – También pensaste en que soy una perra sin corazón como para ser tan amable y simpática con otras personas ¿A que sí?

-Estás poniendo palabras en mi boca, yo no diría eso...-

-Pero lo pensaste, no mientas – dio un bocado a su hamburguesa, mastico y trago para volver a decir – Toda persona que me haya conocido en mi adolescencia creería eso, hasta mis antiguas "amigas" lo creen – murmuro melancólica, tratando de disfrazar su tristeza por aquellos sentimientos siguió comiendo, papas y ensaladas.

-No te mentiré. Sí, a penas te vi el primer día aquí en el hospital pensé: "La perra sin corazón trabaja aquí" pero, conociéndote y observándote en silencio y ver como tratabas a los niños y demás personas, todo pensamiento negativo sobre ti, se esfumo – dijo con sinceridad. Kikyo lo miro al escucharlo ¿La observaba en silencio? ¿Todos los días o solo cuando se acordaba que ella existía? – Sí me gustaría saber por qué tú cambio...-

Nueva Oportunidad (ADA#3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora