Capítulo 11

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Inuyasha mascullo debido nuevamente a su error de hablar de más, le tendrían que decir "Lengua larga" y no Inuyasha. Trato de acercarse a Kagome pero está lo miro mal haciendo que se detuviera con cierto temor.

Kagome con su ceño fruncido y molesta tomo asiento en la esquina de la cama aparentando tranquilidad, pero la verdad era que el dolor de pansa había vuelto y está vez un poco más fuerte que la primera vez, tomo aire mientras no dejaba su expresión molesta hacia Inuyasha.

-Cariño...-

-Necesito estar sola por favor – logró formular a causa de su dolor. Un doctor pagado, le había dicho que su dolor de pansa era debido al estrés y que tendría que tratar de calmarse.

-Por favor cariño...-

-Necesito estar sola, tranquilizarme estoy sufriendo de dolores debido al estrés, por favor, solo un momento – pidió dura mientras con disimulo presionaba su mano con fuerza en el colchón de la cama. Inuyasha asintió sintiéndose culpable y salió de la habitación dejando a la azabache sola.

Al verse sola empezó a frotar su vientre, tratando de aminorar el dolor. Respiro, exhalo varias veces como le había recomendado el doctor pagado. Al menos le hubiera dado unos calmantes pensaba amargamente Kagome maldiciendo en silencio.

-¿Te sientes mejor? – pregunto Inuyasha preocupado al verla salir de la habitación de ambos, la notaba más calmada.

-Estoy mejor – le paso de largo dirigiéndose a la cocina en busca de un vaso de agua.

-Perdóname por favor. – murmuro sincero Inuyasha siguiéndola por detrás.

-Sí, te perdono – dijo sacando la jarra de agua de la heladera, se sirvió calmada el agua en una vaso de cristal y antes de beberlo miro a Inuyasha – Tú por tú lado y yo por el mío – asintió y bebió el agua hasta la mitad del vaso.

-¿Terminas conmigo? – susurro aterrado no entendiendo lo dicho por su prometida.

-No. No quiero terminar contigo, ni ahora ni en un futuro cercano Inuyasha – medio sonrió cuando bajo su mirada, Inuyasha al escucharla pudo respirar tranquilo y aliviado, pensó que nuevamente había metido la pata – Iré a ver a Haru sí está bien y volveré a la habitación para dormir – aviso y volvió a evitar a Inuyasha en el camino, pero este no la dejo escapar y la abrazo por detrás.

-Pequeña, no quiero que me ignores, me vuelves un loco cuando te molestas conmigo – murmuro en el hombro y empezó a besarla toda la mejilla y parte de cuello haciendo que la azabache empezará a ladear su cabeza a los lados con una sonrisa– Por favor...- rogo y empezó a hacerle cosquillas con sus labios en la oreja, metiéndole la lengua en el orificio.

-¡Ay Inuyasha! – se carcajeo y se giró aún dentro de los brazos de su prometido enroscando los suyos en el cuello masculino – No me dejas estar molesta contigo ni siquiera por dos horas- blanqueo los ojos con una sonrisa.

-¿Para qué estar molestos? Cuando podemos aprovechar todos los segundos juntos – le susurro seductor mordisqueando los labios de la azabache.

-Llévame a nuestra cama amor – deseosa de tenerlo en su interior, saltó enroscando las piernas en las caderas del peli plata, chocando sus intimidades provocando un jadeo de ambos.

-A tus órdenes pequeña – en el camino se repartían besos ardientes y ya bastantes subidos de tonos.

La puerta de la habitación fue abierta torpemente y cerrada de una patada, recostó con suavidad a Kagome en la cama quedando él sobre ella. Ambos se sonreían, Kagome retiro la camiseta de Inuyasha por sobre la cabeza, dejándolo desnudo de la parte de arriba. Empezó a acariciar los músculos de su prometido, mientras que él se empeñaba en desabrocharle su camisa blanca mangas cortas, Inuyasha grito victoria en cuanto términos de desabrochar los 9 pequeños botones.

Nueva Oportunidad (ADA#3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora