Capítulo 21

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-Kikyo...

-No sé si lo hiciste para ayudarme o no sé... Pero gracias.

Agradeció Kikyo después de largos minutos de haberse desahogado, Sasuke le había hecho compañía todo aquel tiempo. El beso él lo hizo por ella y por él mismo, necesitaba desde hace tiempo saber que se sentía tocar aquellos labios de la mujer que le gustaba y... ¡Oh dios, quería volver a hacerlo!

-Tú ya sabes que me gustas Kikyo – ella no tenía ni idea y su expresión a Sasuke le dejo en claro – Bueno... ahora ya lo sabes – con nerviosismo se rasco su nuca.

-Sasuke, yo por ti...

Él la interrumpió.

-Solo somos amigos, lo sé. Solo quiero dejar en claro que me gustas y te besé... porque era una oportunidad que seguramente no volvería a tener, por eso lo hice.

Kikyo evito su mirada penetrante y suspiro mientras se agarraba de la banca de madera en la que ambos descansaban, en las que minutos atrás Bankotsu también estuvo presente en el lugar.

-Sé que lo amas, pero yo... mientras siga queriéndote esperaré por ti.

°°°

-Haru... todos los profesores lo conocemos como un niño simpático, amable sociable y participa en todo siempre con una sonrisa es por esa razón que ahora nos preocupa.

Kagome e Inuyasha habían asistido a la escuela en el llamado de atención del pequeño Taisho. Ahora frente a su maestra se encontraban dialogando y escuchando con atención.

-Sí, por eso es que estamos aquí, queremos saber el motivo de su llamado de atención... en mi opinión se equivocó de niño – respondió Inuyasha y se calló en cuanto Kagome le dio un codazo.

-Ignórelo, por favor siga – interrumpió Kagome.

-Respondiendo a su duda señor Taisho, no, no me equivoque de niño. Haru últimamente estuvo demostrando comportamiento extraño al habitual, ignora a los profesores, a sus compañeros de clase, en el receso prefiere quedarse sentado en el curso o en un rincón del patio cuando siempre ha jugado con sus compañeritos y... bueno, ayer el motivo de nuestra preocupación fue que respondió a la profesora de música, el motivo fue que no estaba participando cuando él siempre lo hace y la profesora intento de involucrarlo en las actividades pero al parecer eso a Haru le molesto e hizo lo que anteriormente dije –Inuyasha y Kagome se miraron entre sí, preocupados – Debo de preguntar... ¿En el hogar hay algún problema?

-No lo hay, estamos bien. Juntos... enserio nada – con duda Inuyasha respondió y Kagome también se quedó pensativa. Tal vez ella sabía el por qué y creía que Inuyasha también.

-Esté es un dibujo de Haru que realizo en artística. ¿Están viviendo separados? – el dibujo en el que la maestra le había entregado había dibujado dos casas, una en donde está él e Inuyasha y en la otra casa Kagome embarazada.

-Somos nosotros... - preocupada Kagome susurro mirando el dibujo – Yo soy la culpable...

-No – Inuyasha la cortó antes de que pudiera decir algo más y le tomo la mano – Mi mujer debido a su embarazó riesgoso se mudó a la casa de sus padres, pero allí... siempre estamos juntos. No tenemos problemas.

-Entiendo. Aun así, a pesar de no estar solo durmiendo o despertando juntos aquello puede ser interpretado de otra manera por el niño, está situación al parecer a Haru afecta más de lo que ustedes creen.

-Lo solucionaremos, por favor... solo tenga paciencia con nuestro hijo – hablo Kagome poniéndose de pie junto con Inuyasha – Muchas gracias por el tiempo.

°°°

-Es mi culpa, solo pensé en mí y en los bebés ¡En ningún momento pensé lo que pensaría o como se sentiría Haru! Inuyasha es mí culpa.

-No lo es cariño, si alguien tiene la culpa ese soy yo y mi mal humor, sino fuera por eso, aún seguirías segura en casa – Inuyasha la abrazaba mientras se apoyaba en la puerta del auto.

-Tengo que volver, tenemos que estar los tres juntos.

-Eso pensé, pero no en el hotel.

-¿Qué? ¿Entonces dónde?

-En la casa de tus padres, me mudaré allí – sonrió con orgullo, pero aquella sonrisa era la de querer fastidiar a Naomi.

-Mi madre te odiará aún más.

°°°

-No, no y no. A penas soportó verlo cuando viene después del trabajo.

-Lo siento querida suegra pero deberá de soportarme más horas de las que usted aguanta – con los brazos cruzados y apoyado completamente en el espaldar de la silla hablaba.

-Sí no lo permites mamá, entonces deberé yo de mudarme a casa de Izayoi.

-Kagome...

-Suegra, esto es por Haru y por nosotros mismos. No podemos seguir durmiendo en casas separadas. No quiero llevarla al hotel porque Kagome se quedaría sola en cuanto Haru y yo no estemos y eso no me tranquiliza para nada. Por eso la solución es que nos permita...

-Te permita – interrumpió Kagome, porque Naomi Higurashi al único que no permitía dormir en su casa era a su querido yerno Inuyasha.

-Me permita – miro de reojo a su mujer – Vivir aquí hasta que mis bebés...

-Nuestros – volvió a interrumpir Kagome.

-Hasta que nuestros bebés nazcan. Oh bueno, simplemente hay otra solución y es irnos los tres a casa de mis padres. Así que... ¿Qué dice suegra? – con una sonrisa irritante miro a Naomi.

-Trae tus cosas – a regañadientes respondió la matriarca Higurashi.

°°°

-¡Mamá, papá! ¡Vinieron los dos!

Haru saltó de alegría en cuanto vio a las dos personas importantes en su vida a la espera de él fuera de la escuela. Inuyasha había faltado al trabajo dejando a cargo a Sesshomaru y él en compañía de Kagome, realizaría su pequeña mudanza.

-¡Vamos a casa campeón! – exclamo Inuyasha levantándolo en brazos y con observación está vez, vio en el rostro de su hijo una pizca de tristeza.

-Sí papá – Haru otra vez entristecía por irse a casa sin su mamá.

Sin decirle nada al pequeño, subieron al auto e Inuyasha empezó a conducir a casa de los Higurashi, los tres bajaron y ambos notaron el bajoneo de ánimo del pequeño Taisho.

-¿Sabes hijo? – lo llamó Kagome al estar dentro de la casa – Tú habitación temporal está al lado de la del tío Sota – con una sonrisa anunció Kagome.

-¿Qué? – confundido y con sorpresa exclamo papá.

-Campeón, viviremos aquí hasta que tus hermanas nazcan – siguió Inuyasha.

-¿Los tres? ¿Los tres juntos? – al borde de la alegría pregunto Haru.

-Aja... - asintió sonriente Kagome – Estaremos los tres juntos.

-¡Sí, sí, sí! – Haru corrió a los brazos de sus dos padres y con lágrimas sin derramar expresaba lo feliz que se encontraba.

Kagome e Inuyasha se dieron un beso, ahora si estaban haciendo lo correcto como padres. 

°°°

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Nueva Oportunidad (ADA#3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora