Sus bocas no dejaban de besarse, dejando marcas en toda la piel disponible de momento; las manos recorriendo desesperadas el cuerpo del otro, tratando de deshacerse de las ropas molestas que impedían algo más. Apenas entraron al departamento y la puerta cerró tras de ellos, se abalanzaron por sobre el otro; desde que salieron del restaurant y durante todo el camino a casa el calor fue abrasador, la temperatura de sus cuerpos iba en aumento y el flujo sanguíneo se hacía más veloz.
De seguro que algo tenía que ver su amigo, Rin, quién les había invitado a comer en un lugar un tanto recóndito y había sido él el que pidiese los platos y hasta las bebidas para ellos. Un mensaje llegó al celular de Sousuke y este apenas le prestó atención entre medio de gruñidos y jadeos:
"De nada. Espero que tengas una buena noche. Rin"
Así que tenía razón, pensó Sousuke mientras sumaba dos más dos en su cabeza. Ya le había parecido raro cuando pidió el jugo de granada, jengibre, agua de coco y miel; todo eso era afrodisiaco por si solo y si le agregaba los platos con mariscos... maldito Rin, les había dado una bomba de lujuria. Solo esperaba que no les hubiese agregado algún fármaco, las competencias estaban cerca y tenía que estar limpio.
—Sou... Sousuke —Makoto gimoteó con los ojos llorosos mientras se pasaba su propia mano por el pecho y comenzaba a frotarse él mismo su pezón—. Estoy caliente —terminó por confesar.
—El maldito de Rin nos llenó de afrodisiacos —gruñó el moreno mientras trataba de juntar fuerza de voluntad para alejarse de Tachibana, hacerlo en ese estado de necesidad era prácticamente violación, pensó.
—Eso significa que... ¿tendremos una divertida noche sin dormir? —Makoto se acercó y mordió el cuello de Sousuke de forma en que al día siguiente tuviera una marca. Si el castaño lo decía, no había forma de que Sou pudiera resistirse.
Capituló su mente y se concentró en aliviar el ardor que su cuerpo tenía. La ropa ya había desaparecido y ambos falos se encontraban erectos, mucho más que en cualquier ocasión anterior, efectivamente el flujo de sangre era mayor y la sensibilidad en la piel se hacía notar con cada roce que era acompañado como reacción de un gemido.
Apenas llegaron a la habitación, Sousuke arrojó a Makoto encima de la cama y fue de inmediato hacia el cajón del velador a buscar lo que necesitaba. Debido a la lujuria que ambos sentían no había mayor necesidad de preparar la entrada del castaño, pero de todas formas Sousuke sacó un envase metalizado y lo abrió para colocar la funda de látex en su miembro. Tachibana ronroneó mientras abría las piernas y con los dedos de una mano se abría a sí mismo para darle la bienvenida a Sousuke, quien se estaba asegurando de ponerse el condón hasta el final.
—Sousuke, apúrate. Te necesito —el azabache cumplió los requisitos de su novio y ambos jadearon de éxtasis, hasta que una risa apenas audible brotó del pecho de Makoto—. No sé tu, pero yo creo que los condones que tenemos no alcanzaran.
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Hi! Por si acaso, cambié la lista del kinktober y creo que esta les gustará mucho más :3
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