Insertar objetos

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—Makoto, tengo un regalo para ti —en cuanto el castaño había entrado al departamento, Sousuke había salido a su encuentro tendiéndole una bolsa de papel negra y elegante. Algo sorprendido, dejó sus cosas donde estaba y recibió el paquete para abrirlo.

Allí dentro se encontró con un frasco de lubricante nuevo -sabor cereza-, y un paquete que contenía un vibrador bala y un dildo. Tomó las cosas y las observó en completo silencio mientras las tenía en su mano, elevó la mirada hacia un emocionado Sousuke que no dejaba de mirarlo con cierto brillo en los ojos, y luego de contar hasta diez para calmarse, le arrojó las cosas a la cara.

—¿Qué crees que haces, Yamazaki Sousuke?

—¿No te gustó? —el moreno se veía realmente anonadado por la reacción del otro, esperaba que le diera vergüenza y se resistiera un poco, incluso soñó con que pudiera darle curiosidad, pero no eso.

—¡Claro que no! No seas idiota, ¿por qué debería usar juguetes cuando te tengo a ti?

—Oh, Mako... —Sousuke se acercó para abrazarlo, pero fue rechazado con un manotazo.

—No me toques, creo que es mejor que te vayas.

Aquellas palabras le afectaron enormemente al moreno, quien bajó sus hombros en derrota y hasta su tono de voz cambió.

—Makoto, si no te gusta, si te sientes ofendido...

—No quiero hablar ahora, prefiero tranquilizarme y hablar luego, ¿vale? Ahora solo, vete.

—Makoto, te amo —Yamazaki sabía que tenía razón, si estaba molesto era mejor a esperar a que la situación se enfriara, pero no por eso se iría sin decir esas palabras. Tomó sus cosas y se encaminó hacia la salida.

—También te amo, te llamo luego —respondió Makoto.

Cuando la puerta se hubo cerrado tras Sousuke, el castaño pudo soltar todo el aire que guardaba. Había sobreactuado, lo sabía, no era común que exagerara las cosas de esa forma, Sousuke no había hecho nada incorrecto, incluso era normal que a esa altura de su relación probaran cosas distintas y el moreno se había encargado de todo lo necesario para eso. Definitivamente tendría que llamarlo para disculparse.

Entró más en la sala y recogió las cosas que había tirado, el lubricante no le parecía un mal regalo y podían darle un buen uso, incluso la bala vibradora tenía un bonito color, solo que le aterraba un poco el tema de la vibración. El dildo, silicona con forma de pene era lo que más le aterraba, a pesar de ser de un menor tamaño del de Sousuke.

Entró en la habitación y antes de darse un baño, decidió abrir los regalos. Le sacó las pilas al control remoto de la tv y las colocó dentro del vibrador, se acomodó en la cama con las piernas abiertas y poniendo suficiente lubricante en el objeto, lo introdujo en interior. Estaba prendido y vibraba a una velocidad baja, lo cual no evitó que el castaño de más de metro ochenta soltara un suspiro; no era tan malo después de todo. Aventurándose un poco más, subió la intensidad de la vibración y se quedó mirando al consolador.

Contaba ya con una erección y antes de comenzar a tocarse e irse, creyó que no sería malo tratar de probar el otro juguete. Su ano se encontraba ya bastante estimulado por las vibraciones y el lubricante, además de que estaba acostumbrado a recibir a Sousuke, por lo que no sería un mayor problema hacer entrar aquella cosa de silicona. Le colocó más lubricante, llenando la habitación del olor a cereza y luego de sacar el vibrador, procedió a insertarse el dildo, profiriendo un gemido.

La sensación le cegó por un segundo, no se parecía en nada a cuando lo hacía con el moreno, pero se imaginó que era Yamazaki quien lo hacía y soltó un:

—Sousuke...

—Makoto, lo siento, olvidé mis... —el moreno había entado en la habitación en el momento justo en que Makoto había jadeado su nombre y comenzaba a mover el consolador dentro de sí, sorprendiendo a ambos. —Vaya, empezaste la fiesta sin mí.

Sin pensarlo dos veces, Sousuke comenzó a desabrocharse la camisa y caminar hacia la cama. 

Kinktober SouMako 2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora