Sus labios eran atacados brutalmente al mismo ritmo que las embestidas en su cuerpo. Makoto no podía dejar de gemir y de arañar la espalda arriba de él, cuando los movimientos se hicieron más rápidos y erráticos imposibilitando que los besos siguieran. Sudor perlado de los dos cuerpos se fue mezclando, sabores almizcleros y dulces crearon la esencia propia de la unión desenfrenada y llena de pasión que se daba arriba de la ya deshecha cama con las ropas esparcidas por todo el suelo.
Las piernas del castaño se enroscaban en la estrecha cadera, disfrutando de los movimientos del más alto que sabía cómo hacerlo con maestría. Si bien todavía no llegaba a aprender todos los lugares y las formas que a Makoto le gustaban, iba entendiendo sobre la marcha qué cosas no y cuales sí, por lo que Tachibana sentía que llegaría pronto al clímax en brazos de su amante. Mientras gemía con tonos más agudos que antes, sus ojos se encontraron con la mirada cargada de deseo de Sousuke.
Una mano se deslizó por su erección y comenzó a bombearla a la vez que una de sus piernas era desenredada de la cintura y elevada hasta que descansara por sobre el hombre, permitiendo mayor acceso a su entrada y que las penetraciones llegaran a su punto G. No faltó mucho para que se corriera mientras gritaba y mordía el hueco del hombro de su pareja. Pero si Makoto pensó que eso iba a terminar ahí, estaba completamente equivocado.
Apenas liberado del peso encima suyo fue arrastrado hasta quedar apoyado en cuatro y ser vuelto a penetrar por detrás, lanzando un lastimero gemido; todo su cuerpo estaba el doble de sensible y sentía que los brazos no aguantarían mucho más su peso, cuando estaba a punto de caer manteniendo elevadas sus caderas, escuchó la voz de Sousuke.
—¿Qué pasa Makoto? No puedo creer que te hayas cansado tan rápido.
Una risita resonó por toda la estancia a la vez que los castaños cabellos eran sujetados por finos y delicados dedos que jalaron hasta atrás y la espalda chocó con el pecho bien tonificado.
—No pensé que tuvieras tan poca resistencia, Makoto~~ —La cabellera castaña se apoyó en los delgados hombros y sonrió ante la mirada violácea.
—Kisumi, eres bastante cruel, ¿lo sabías?
Shigino sonrió de vuelta y movió sus caderas una vez más, haciendo que Tachibana cerrara los ojos y abriera la boca, momento preciso en que el chico con cabellera rosa aprovechó para insertar su lengua en la cavidad bucal y se tragaba los gemidos de Makoto.
Sousuke no dejaba de mirar la erótica escena y de entretenerse viendo como su pareja temblaba en los brazos de otro, él mismo tenía una erección que comenzaba a rozar la tela del pantalón. Ver a Makoto entregarse libremente a otro hombre mientras estaba ahí era algo realmente estimulante, además siempre que el castaño estaba a punto de liberarse, buscaba su mirada; lo que henchía el pecho de Sousuke como forma de orgullo masculino, las miradas de Makoto eran siempre como si estuviera diciéndole: "estoy pensando en ti" mientras otro hombre lo hacía correrse.
Tachibana a su vez no podía comprender porque era tan excitante que un tercero lo poseyera frente a su novio, al principio encontraba vergonzoso llegar al clímax en manos de otro, pero luego fue descubriendo que no era tan malo y que luego de esas sesiones el sexo con Yamazaki era realmente increíble; incluso se sentía como el protagonista de una porno al ser observado en semejante situación. Fuese cual fuese la razón por la que se sentía así, tenía que reconocer que la experiencia estaba lejos de ser mala o desagradable y que había ayudado en su relación sexual con Sousuke.
Además, debía reconocer y agradar que Kisumi siempre se lo hacía a la perfección, dejando su cuerpo agotado y saciado como nunca otro lo hiciera.
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-Huye-.
