Te Cuidaré - Yoonjin/Sujin

32.- Tenemos que hablar

Ya era mediodía y Yoongi por fin abría sus ojos observando con detención la habitación en la cual se encontraba hasta que cayó en cuenta de donde se encontraba y todo lo sucedido la noche anterior provocando que se formara una sonrisa en su rostro.

Se sonrojaba al recordar lo nervioso que estaba cuando llegó el momento de acostarse y tener que compartir cama con Jin. Si bien muchas veces habían estado tirados sobre la cama esta ocasión había sido algo mucho más íntimo y cercano ya que nunca antes habían dormido juntos abrazados compartiendo besos hasta caer inconscientes producto del sueño.

Yoongi comenzó a sentirse extraño al no escuchar a Seokjin al interior de la habitación, algo desganado se levantó y fue en busca del castaño recorriendo cada una rincón del lugar sin poder encontrarlo. Preocupado decidió llamarlo a su celular pero lo que nunca esperó que Jongin respondiera el llamado.

—¿Por qué respondes tu el teléfono de Jin? ¿Dónde está él? —Preguntó alterado el pelinegro.

—Seokjin no puede responder ahora. Estamos en el hospital.

—Voy para allá de inmediato y apenas llegué no dudaré en romper tu cara. Más te vale que Jin esté bien.

Dicho eso el pelinegro cortó la llamada y comenzó a vestirse con prisa para salir corriendo por los pasillos del hotel y tomar rápidamente el ascensor.

Su corazón estaba agitado y respiraba con dificultad, no se explicaba como Jin había terminado en el hospital y en compañía de Jongin.

—Te llamó tu novio —Dijo el moreno cuando Jin llegó a su lado luego de hablar con el doctor —Creo que me matará si no le explicas por qué estamos acá. Por la forma que te defiende no hay duda alguna que ese chico te quiere.

—Con la prisa que vinimos hasta acá no tuve tiempo en avisarle. Yoongi no te hará daño al ver que yo estoy bien así que puedes estar tranquilo. Estás a salvo esta vez.

—Es bueno escuchar eso— Sonrió el moreno con alivio —¿Hay noticias sobre tu madre?

—Sí. El médico que me dijo que tuvieron que hacerle una limpieza de estómago para eliminar todos los rastros de las pastillas que consumió. Ahora está descansando y cuando despierte podré verla.

Aquella mañana Jin había despertado temprano para pedir servicio a la habitación para así darle una sorpresa al pelinegro que aún dormía plácidamente.

Sus planes cambiaron de un momento a otro cuando golpearon la puerta de la habitación y al abrirla se encontró con Jongin pidiendo una oportunidad para hablar en privado.

Algo desconfiado Jin aceptó y juntos fueron a charlar al lobby del hotel Park. Al principio se instaló un silencio abrumador entre ambos chicos que ni siquiera eran capaces de mirarse de frente.

—Imagino que ya leíste la carta que envié con Taehyung por lo cual ya sabrás un poco sobre lo que quiero hablar contigo.

—¿Qué carta?— Preguntó el castaño con el ceño fruncido —No sé la existencia de aquella carta que supuestamente debí leer. Taehyung no me ha dado nada.

—Aaay Dios Tae —Exclamó Jongin mientras tomaba su cabeza con ambas manos —Tae es tan despistado sabía que no debía confiar en él. Entonces comenzaré por contarte sobre el contenido de aquella carta.

El moreno tomó una gran bocanada de aire para comenzar con su relato pero fue interrumpido por el sonido del celular de Jin que indicaba que tenía una llamada entrante. El castaño miró con extrañeza el número en la pantalla y contestó.

—Señora Choi —Era extraño que la empleada de la casa de su madre lo llamara tan temprano por la mañana— ¿Pasa algo?

—Joven Jin su madre— La mujer apenas podía hablar debido al llanto que la embargaba —Su madre fue llevada de urgencia al hospital. Ella tomó un frasco de pastillas. Joven Jin ella está mal ... muy mal.