La Cosecha de Vencedores

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La falta de colaboración no les dura mucho a ninguno de los dos, ambos comienzan a actuar como profesionales dándose cuenta que es por su propio bien. Al principio debo buscarlos y explicarles de la importancia de mirar los videos de los anteriores Juegos del Hambre, pero pronto empiezan a tomar interés en ellos, o por lo menos Katniss lo hace.

-Es extraño que no hayamos conocido a otros vencedores en persona ¿verdad?- Pregunta una noche mientras observamos una de las grabaciones- Es decir, en el tour de la victoria organizaban millones de eventos oficiales porque nunca los vimos-reflexiona mientras turna su mirada hacia mi y Haymitch

-No creo que hubiera sido conveniente para el presidente mostrar que te estabas haciendo de amigos dulzura- responde Haymitch entre dientes- De hecho es lo último que el querría, que te exhibieras por ahí con antiguos vencedores en distritos conflictivos.-Katniss se limita a asentir con la cabeza y guarda silencio

Tomo notas de todo lo que puedo: estrategia, masa muscular, armas, habilidades, los errores que cometieron y las coincidencias que los salvaron. Katniss y yo tenemos una gran ventaja que es nuestra juventud, seremos más rápidos y hábiles que algunos que a causa de la edad estarán desgastados. Haymitch resulta de mucha ayuda ya que ofrece información sobre la personalidad de los vencedores, lo que podría resultar favorecedor en momentos decisivos. Realmente puedo afirmar con toda seguridad que estamos conociendo en detalles a nuestros potenciales enemigos. Aunque ninguno de ellos es mi enemigo, son personas que deben llevar la misma ira por dentro que Katniss y yo. El Capitolio nos había asegurado que una vez que ganáramos los juegos no volveríamos a padecer el mismo destino, y sin embargo aquí estamos estudiando a los vencedores que podrían ser elegidos en la cosecha.

Oficialmente los tributos no deben entrenar antes de ingresar a la arena pero lo hacemos de todas formas: corremos, levantamos cosas pesadas, lanzamos cuchillos, le enseño a Katniss como luchar cuerpo a cuerpo y ella nos enseña a escalar árboles. No nos ocultamos al hacer todo esto, nadie intenta de detenernos la mayoría de las personas están tan indignados como nuestras propias familias y los agentes de paz se mantienen a raya.

A medida que pasan los dias me doy cuenta que si le permitiera a Haymitch ingresar en la arena no duraría más de dos días, su cuerpo se encuentra muy golpeado por una vida de vicios, y la desintoxicación le está jugando una mala pasada. A pesar de todo esto no puedo tenerle lastima, solo pienso que debo actuar con cautela por si el decide actuar como doble agente, prometerme algo a mi pero seguir su propio plan con Katniss.

La familia de Katniss resulta de extremada ayuda, su madre nos pone en una dieta especial para ganar peso y Prim trata nuestros adoloridos músculos. Incluso Gale y Madge nos brindan colaboración. La hija del alcalde le roba los periódicos provenientes del capitolio  y nos lo trae a nosotros, podemos observar que tanto se inclina la balanza a nuestro favor a través de las predicciones publicadas. Afortunadamente aparecemos entre los favoritos. Gale, a pesar de parecer completamente disgustado con mi presencia y la de Haymitch, aparece cada Domingo para enseñarnos todo lo que sabe sobre trampas. A pesar de nuestra rivalidad Gale y yo logramos encontrar un punto en común para poder conversar de manera civilizada y sin hostilidades, ese común denominador es la protección de Katniss. No me caben dudas de que sabe que es lo que pienso hacer.

Todos los días pienso en que estarán planeando Haymitch y Katniss, estoy convencido de que solo me están dejando pensar que estoy al mando mientras traman algo a mis espaldas. Al principio crei que tan solo era mi paranoia, pero muchas veces los vi intercambiar miradas e incluso murmurarse cosas a las apresuradas cuando creían que no los escuchaba. Aun tengo fe en que mi mentor cumpla su palabra, y salde su deuda conmigo, pero no puedo confiar en el completamente, no puedo. Una noche cuando Katniss decide acompañar a Gale hasta la ciudad, yo me quedo en su casa con la excusa de que necesito que Prim masajea un tobillo adolorido con sus hierbas.

-Peeta ¿Cuál tobillo es? Debes ponerlo sobre el banquillo- me llama la atención la pequeña

-En realidad no estoy adolorido Prim- le susurro- Necesito tu ayuda- le digo intentando de buscar confirmación en sus ojos

-¿Dime que es lo que necesitas?- me pregunta un poco asustada

-Necesito unas fotos, tuya y de tu madre y si es posible necesito también una fotografía de Gale.- le explico

-¿De Gale? ¿Para que quieres una fotografía de él?- pregunta ella nuevamente

-Las necesito para llevarlas al Capitolio, para que tu hermana recuerde por lo que estará peleando. Esas fotos le dará fuerzas cuando…- la boca se me seca con tan solo pensarlo, e intento recapacitar por un momento no debería decirle estas cosas a Prim, pero realmente necesito esas fotografías- cuando yo ya no este junto a ella para recordárselo.

Los azules ojos de Prim me miran por un momento, poniéndose vidriosos a causa de lágrimas contenidas. Su tristeza por mi futura muerte me enternece.

-Está bien- responde- cuenta conmigo.

-Prim no es necesario que te diga que esto tiene que ser nuestro secreto ¿verdad?- ella sacude su cabeza de manera negativa. Me levanto del sillón en donde me encontraba pero antes miro a la pequeña nuevamente, le doy un beso en la frente y murmuro “gracias” antes de partir.

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La humedad esta en el aire el día de la cosecha y el calor en el ambiente hace que la piel se me ponga sudorosa y pegajosa bajo mi ropa. Mi padre me regalo un pañuelo que pertenecía a mi abuelo el cual llevo a penas visible en el bolsillo delantero de mi chaqueta como un talismán. La población del distrito doce debe asistir de manera obligatoria como siempre, a pesar de que la selección de tributos se ve muy reducida este año. Esperan un levantamiento o alguna manifestación rebelde, lo puedo deducir por la plaza abarrotada de agentes de paz con armas en sus manos  apuntando y dispuestos a disparar.

Effie Trinket, brillando por sus buenos modales y la brillante peluca dorada que usa este año, se toma su tiempo para sacar la única papeleta en el contenedor de cosecha de las chicas. Ese único pedazo de papel que posee el nombre de Katniss debe ser sacado de todas maneras de ese recipiente porque es protocolo. Tal vez esperan que las cámaras graben alguna reacción en ella, algún ataque de histeria o gritos de pánico, pero no ella nunca les daría ese gusto.

-Y ahora es momento de elegir el tributo masculino del distrito doce- anuncia Effie mientras sus dedos bailan en aquella urna de cristal.

-Haymitch Abernathy- al pasar tan solo una milésima de segundo  doy un paso hacia adelante y sin dar tiempo a nada mas anuncio

-Me ofrezco como voluntario- miro hacia un punto fijo en el horizonte para evitar encontrar los ojos de mi padre o los de Delly, la culpa por abandonarlos pensando solo en lo que yo quiero es menor si no los veo en este mimo momento.

-¡Bueno, no es esto maravilloso!- exclama Effie- El equipo vencedor de los 74 Juegos del Hambre se repite una vez mas en este tercer vasallaje.

En el interior del Edificio de Justicia nos damos con la agradable sorpresa que es el Agente de Paz en Jefe Thread quien con una sonrisa burlona determina

-Nuevo procedimiento- y nos conducen por una puerta trasera a un coche y nos llevan a la estación de tren. No hay cámaras, ni gente para despedirnos, esta vez el circo se empieza a mostrar por lo que realmente es, un matadero. Haymitch y Effie aparecen escoltados por guardias y sin ceremonia alguna somos arrojados al interior del tren. No puedo evitar que asi es mas fácil, las ultimas semanas vividas con mi padre fueron todo lo que podía esperar de una despedida. Compartimos momentos horneando en la panadería, paseando por la pequeña ciudad, hablamos de su futuro nieto (el sobrino al que nunca conoceré) y anoche me despidió con una sonrisa una palmada en la espalda mientras me decía que era “un buen muchacho”. Sinceramente prefiero esto a las lagrimas en una habitación en el edificio de justicia. Pero a pesar de que es lo que yo prefiero, me gustaría poder cambiarlo solo para remediar la mirada triste y ausente de Katniss que se inunda de tristeza mientras observa a través de la ventana.

En Llamas: Punto de Vista de Peeta MellarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora