Crush. >> Min Yoongi 《Yoongi y Tu.》 EDITANDO

Capítulo uno.

Viernes, 4:30pm

Me senté en el mueble al frente de la ventana, mirando hacia la calle. Tenía la esperanza de que él pasara por la calle, andando en su skate, su típica gorra hacia atrás, con algunos mechones de su cabello sobre su frente y la goma de mascar que nunca falta.

Pero no apareció....

Habían pasado dos semanas desde su graduación, y ya extrañaba verlo pasar por la calle después de terminar la jornada de clases. Ya era una costumbre verlo siempre, pero ya no es así. Debe estar muy ocupado disfrutando sus vacaciones.

Espera, ¿es él?, no es él.

Espera. ¡Si es él!.

Salte de emoción al verlo pasar al frente de mi casa. Un gorro gris, ropa ancha, auriculares, goma de mascar, actitud relajada, a paso lento, con la skate en su mano. Nada ha cambiado.

Mi corazón empezó a latir a mil, junto a un cosquilleo en mi vientre. Ese rubio me iba a volver loca.

Apoyé mi codo en el marco de la ventana, y hundí mi mejilla en mi puño, con una sonrisa de idiota al verlo pasar.

No duró ni un minuto y ya había desaparecido de mi vista. Maldito árbol. Mi semblante cambio drásticamente. Apreté mis labios formando una línea. Suspiré y baje del sofá al frente de la ventana.

Con un semblante algo triste y deprimido, me senté en el medio la cama, enrollando mis piernas estilo mariposa.

Esa es mi triste realidad, si caminara más lento de lo habitual tal vez duraría más viéndolo.

Cogí mi guitarra que yacía encima de mi cama, y la posicione en mi regazo, para comenzar a tocar algunos acordes y a tararear una canción que tenía pegada desde hace semanas, y dirigí mi mirada hacia la ventana. Si tan solo él supiera de mi existencia.

- ¿Cuándo vas a dejar de pensar en él?.

Frené en seco volteando a mirar hacia el umbral de la puerta, en donde yacía mi pelinegra mejor amiga cruzada de brazos, observándome con una media sonrisa.

- Cuando tú dejes de entrar a mi casa sin avisar; Osea nunca.

Le di una rápida mirada, crop top, pantalones bota ancha, lo normal en ella. Regresé mi mirada a mi guitarra y volví a lo que estaba haciendo anteriormente.

- ¿Tienes planes? - caminó hasta mi cama y se tiró boca arriba.

- Muchos. Tengo ideas para una nueva canción. - contesté con desinterés.

- Vamos por un helado, por favoooorrrrr.

Giré a verla, esa grande sonrisa convencía a cualquiera, yo incluida.

- Te odio, Lalisa.

...

Apenas abrí la puerta, una pequeña corriente de brisa acarició mi rostro, llevando mechones de cabello hacia atrás. El cielo estaba pintando con un hermoso tono naranja por el atardecer.

Me acerqué hasta Lisa, la cual estaba sentada en la acerca, mi vista viajó a los dos skate en la acera.

No, gracias.

- Iré caminando. - me di la vuelta para coger rumbo a la heladería.

- Oh, vamos. - la escuché quejarse. - Eres una experta en el skate.

Frené y me di la vuelta para verla de pie con los brazos en jarra.

- No quiero. Además, mirame los brazos, los tengo destruidos por las caídas.