Prólogo

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-Hace casi quinientos años estalló la tercera guerra mundial. Muchos convenios se rompieron y millones de personas murieron, lo único que logró que la guerra parara fueron las olas de epidemias que siguieron después.
La medicina trató de dar respuestas a todo pero los medicamentos se tenían que hacer cada vez más fuertes, tanto que después de cincuenta años empezaron a nacer personas con anomalías beneficiosas.
Eran inmunes a muchas enfermedades y su forma de curarse era más rápida, la única falla que tenían era que nacían con orejas de animales.
Uno cada mil niños fue llamado "Alfa" por tener esas características al nacer.- miró hacia el mapa que proyectaba en la pared, estaba dividido en pequeños países y nombraba solo algunos.
Tenía la sensación que ninguno de los que estaban atrás de él estaban escuchándolo y apretó los puños al escuchar pequeñas risas. Respiró profundo y continuó.
Después de todo era el profesor.
-Cuando los años fueron pasando, los niños que nacían con estás características aumentaron.
Para el siglo XXIV cinco de cada veinte niños nacía con esa característica y dos de esos cinco pequeños tenían una forma completamente animal además de la humana.
Fue a mediados de ese siglo cuando aparecieron los "Alfas B", los cuales tenían las mismas características que los "Alfas A" pero con algunas diferencias. La más importante era que aunque fueran hombres o mujeres tenían un periodo cada mes donde entraban a una especie de "celo" donde eran capaces de concebir.
Por mucho tiempo no se supo como los hombres "Alfas B" eran capaces de embarazarse sin tener una vagina, pero eso se los explicaran en la clase de biología.- apretó los labios al escuchar las pequeñas risitas ante la parte femenina que había nombrado.
¡Eran alumnos de tercer año de la secundaria! ¡Algo más maduros tenían que ser!
-En el siglo XXV un niño de cada mil niños nacía sin ser "Alfa A" o "Alfa B" y fue a mediados de ese siglo donde los "Alfas B" fueron llamados "omegas"-
La sensación de que nadie lo escuchaba le taladraba la mente. Él no era un profesor, su tío lo había sido por mucho tiempo y al burlarse de su profesión aprovechó sus estudios en historia para meterlo a dar clases por unos meses como su suplente.
¿Cuanto había pagado para darle esa lección?
No estaba muy seguro, pero el director de la escuela seguramente estaba de lo más feliz con el soborno.
-A principios del siguiente siglo un niño de cada un millón nacía siendo un humano completo. Y a mediados de ese siglo ya no se tiene registro de que haya nacido un niño sin ser alfa u omega.
Fue en el año dos mil quinientos noventa y ocho cuando la cuarta guerra mundial empezó.
Terminó diez años después, lo cual hizo que los alfas u omegas herbívoros se extinguieran, quedando solo los que tenían animales carnívoros.
Además, que los países dejaron de llamarse como tal y se volvieron uno solo de nuevo, con ciudades independientes.-
Alguien levantó la mano y tuvo que mirar a esa persona fijamente. Esperaba que no pidiera permiso para ir al baño o le tiraba la tiza.
-¿Fue en esos años donde los animales que no tenían forma humana se extinguieron?- preguntó con voz alto tímida, casi temblando en su asiento. Era chica aplicada pero omega.
-Los animales se extinguieron en los años donde el ser humano común se extinguió.-
-Pero... ¿Entonces de donde sacamos la carne para comer?-
Miró hacia ella frunciendo el ceño levemente.
-Se encontraron formas de clonar, supongo. Los animales silvestres ya no existen pero los que son de nuestro consumo se siguen creando por medio de tecnologías avanzadas.-
-¿Por qué hay tantos secreto en esa industria?- murmuró con suavidad. Apretó los labios sin saber que responder.
Él estaba dando clases de historia, no de que pasaba con lo alimentos. Ni siquiera le importaba de donde venía la carne o porque había tantas cosas ocultas en el campo donde se criaba al ganado. Suponía que lo de clonar no era para cualquiera.
Iba a responder que preguntara a la profesora de biología cuando el timbre tocó. Ni siquiera tuvo que despedirse, los estudiantes salieron amontonados.
Suspiró pensando que había sido demasiado, le diría a su tío que tenía razón y que ser profesor era duro.
Caminó hacia afuera y se quitó la corbata mientras salía de la institución, utilizando una pequeña puerta del servicio para ir hacia el callejón. Prefería salir por ahí así podía fumar.
Los escuchó cuando se acercaron pero no les prestó atención hasta que sintió el tirón y el fuerte golpe de su cabeza contra la pared antes de que todo se desvaneciera.

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¡Hola! Bueno. Esto es lo que sucedió en el futuro cambiado para los que leyeron Perdidos en el pasado.
Actualizare esta historia una o dos veces por semana.
Espero que les guste ♥

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