"Te quisimos tanto como se podía querer a un niño de raza"
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.Ya habían pasado dos semanas desde el funeral, sabía que en algún momento debía pasar. Los padres no era para siempre.
Se sentó en la silla bastante cansado, había logrado su primer trabajo como médico luego de años de estudiar pero realmente era muy pesado. Él siempre había sido de ayudar pero al estudiar y trabajar en este último año se había aislado de sus padres, su última llamada con ellos había sido dos meses antes de que fallecieran.
No había pensado que algún día podría despertar y no tener a quien llamar, que esa voz dulce de la mujer que lo crío no lo regañaría más por no dar signos de existencia y que no volvería a escuchar a su padre regañarlo por ser tan descortés con ellos.
Había renunciado a su trabajo tres días después de la noticia.
Lo ahorrado para comprarse un nuevo departamento tuvo que ser usado en parte para el funeral y también para los abogados. Todos los amigos desconocidos de su padre y madre le habían dado sus condolencias, recordándole porque se había ido a otra ciudad para estudiar y trabajar.
No había querido que su éxito fuera solo por quien era su padre.
No quería que la gente lo viera y dijera "Él llegó aquí por ser hijo del ministro de la ciudad A-1, la más grande de todo el país".
Todas esas personas eran felinos, del más alto estatus en el gobierno y los que más plata manejaban.
No había querido tocado la herencia aún ya que sentía que todos esperaban que se pusiera a estudiar leyes y se hiciera un lugar en la política ya que su forma animal era una de las consideradas más aptas y fuertes para ello.
Pero ya era hora.
Solo debía hacerse los exámenes de sangre para "confirmar" que era hijo de sus padres. La parte de los abogados estaba listo y solo debía firmar.
¿Que haría después?
Tal vez buscar un nuevo trabajo, la medicina no era para él. A pesar de que fue un carrera que lo apasionó todos los turnos le hacían mella, que el hospital pasara por una mala racha y que tuviera que dar más avisos de que alguien falleció de los que daba como buenas noticias.
Su padre había tenido razón.
El no toleraría realmente todo ese dolor de la gente, era demasiado empatico.
Buscó rápidamente en la carpeta el sobre que había venido junto con el documento legal de la herencia, el nombre de su madre estaba escrito en frente y no quería saber que había sido lo último que ella le había escrito sin saberlo.
Dejó con cuidado el sobre sobre su escritorio y se levantó, leyó dos veces más el documento y volvió a guardarlo.
Sentía como que si la atmósfera estuviera a punto de asfixiarlo ¿Estaba bien recibir ese dinero? Sabía que le pertenecía legalmente pero no debía ponerse contento. Ese dinero tenía la muerte de sus padres escrito por todos lados.
-Tiene programada una cita con el médico para extracción de sangre en media hora. Por favor, según los cálculos, si no empieza a preparase ya no podrá llegar a tiempo.- la voz robotica lo hizo guardar el documento rápidamente y agarrar la carta. Hacía varios meses que se había comprado el último reloj que te recordaba tus obligaciones pero como no era de estar en casa por su profesión aún le daba escalofríos.
¿Por qué no lo apagaba?
Tal vez tampoco sentía que le molestaba tanto como para hacerlo.
El reloj y los documentos eran una de las pocas cosas que se había traído al hotel de la ciudad donde sus padres vivieron, no había tenido el valor de entrar a la casa donde creció.
Una hora después se encontraba dentro del consultorio esperando que regresaran con los resultados, solo debían tardar diez minutos pero por alguna extraña razón ya lo habían dejado más de veinte minutos ahí dentro.
Volvió a sacar la carta acariciando esta con cuidado, respiró profundo se recordó que él era un tigre. Tenía que enfrentar una vez lo que iba a decirle su madre antes de lo que ocurrió.
Abrió la carta con cuidado, a su madre siempre le habían encantado esa costumbre primitiva de usar el papel para enviar mensajes en vez de los múltiples aparatos electrónicos que podían servir para ello.
"Mi querido hijo:
Hay algo que me perturba desde que te fuiste. Tu no eres como tu padre o como yo, decidiste por ti mismo irte y alejarte aunque podrías haber sido alguien muy poderoso.
Yo iba a llevarme esto a la tumba pero no puedo, desde que te fuiste a estudiar a otro ciudad siento que lo sabes y por eso no nos quieres ver más.
Si lo sabes, perdoname por favor.
Te quisimos tanto como se puede querer a un niño de raza, tu animal es un tigre y a pesar de que seas un omega eso nunca sería impedimento si quisieras llegar al poder. Yo te protegí y me asusté cuando enfermabas, te grité cuando te trepaste a los árboles y estuve ahí para curar tus heridas. También recuerda que fui yo quien te abrazó en tu primera transformación y trató de que tu primer celo fuera lo más seguro posible.
Pero una madre sabe cuando le dan un cachorro que no es el suyo.
¿Pero como decirle no a un bebé que era de la misma raza que mi esposo? ¿Cómo negarme a estar orgullosa porque mi hijo había nacido siendo un niño que en su forma animal sería un felino?
¿Cómo decirle al doctor que se equivocó cuando tu llorabas en mis brazos, tan vulnerable?
Tal vez mi bebé había muerto y el destino hizo que por una equivocación llegaras a mis brazos.
Fuí egoísta y avariciosa pero durante todos estos años aprendí a amarte y a verte más que solo un elemento del cual podía regodearme de las demás omegas.
Por eso te pido perdón.
Viajaremos a verte y te entregaré la carta, si no lo sabías ahora lo sabes.
Recuerda mi bebé, yo soy tu madre.
Y eso no cambiará nunca.
Con amor, mamá."
Se quedó en blanco al leerlo, una fuerte opresión en el pecho no lo dejaba pensar con claridad pero lo primero que pudo pensar una vez que la bruma se disipó era que no iba a recibir la herencia en el caso de ser adoptado.
Casi se dio una bofetada mentalmente.
Había tratado de convencerse que el dinero no le importaba, que no quería tener la herencia porque estaba "manchada de la sangre de sus padres" pero ahora que esta podría no ser de él sentía cierto pánico.
Se sentía una horrible persona por ello.
Porque eso quería decir que era como su padre, que al parecer, era adoptivo.
Se levantó apresurado y estaba por salir de la habitación que de pronto se había sentido demasiado asfixiante pero justo antes de tocar el pomo de la puerta entró el médico con los resultados.
Mile contuvo la respiración y miró a los ojos al hombre de su profesión, él lo miraba a través de su lentes con expresión seria mientras que el más joven tenía instintos de escapar.
Su aroma se volvió más fuerte pero no afectaron al omega quien le sonrió luego de unos segundos.
-Ya tienes la prueba de sangre para firmar los papeles- dijo en tono neutro a pesar de que sonreía antes de dejarle la pequeña carpeta de resultados en las manos e irse.
Mile la abrió con temor mirando como todo estaba rellenado con "positivo", lo cual lo hizo sentirse más mareado aún.
¿Por qué su madre le iba a decir que era adoptado si no lo era? Miró la jeringa sin usar y la agarró guardándosela en el bolsillo.
Él mismo se haría el análisis en el hospital donde había trabajado, en la ciudad donde vivía actualmente.
¿Pero por qué el hospital mentiría sobre si era hijo o no de sus padres?
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.Zahir alzó sus orejas escondido entre la maleza del bosque, respirando profundo tratando de mantenerse tranquilo.
Los autos de las hormigas de la ciudad se veían pasar por el camino, ninguno se desviaba a los bosques para su suerte.
Aún tenía una decisión que tomar.
Parecía que las hormigas habían desistido en atacarlos por un tiempo pero sabía que tal vez su ausencia quería decir que planeaban algo grande ¿Quemar el bosque? ¿Entrar sin ser descubiertos?
Se tensó completamente al ver un auto detenerse, gruñó suavemente manteniendo su arma humana cerca de él mientras observaba que pasaba.
Dos personas salieron del transporte y sacaron a un hombre, estaba con las manos atadas tras su espalda y su rostro se veía golpeado. Lo tiraron contra un árbol que había cerca del camino y lo patearon.
Zahir no se movió, tratando de adivinar si estaban tirando a un cuerpo o a una persona viva.
Cuando los hombres siguieron su camino se acercó aún agachado hacia donde habían dejado al cuerpo atado, el aroma a alfa lo hizo mover las orejas con desagrado.
Carnívoro, sin duda.
Pensó por un momento en dejarlo ahí pero luego suspiró y se acercó, su rostro estaba amorotoneado y su cabello estaba cortado de mala manera, sus brazos y torso descubierto también tenía algunos golpes pero respiraba.
Sobreviviría.
Mordió la cuerda y lo soltó, la hormiga sabría como volver a su hormiguero.
Salió corriendo por si era una trampa pero no sintió que el alfa se moviera.
Tal vez moriría, pero él ya lo había soltado.
Las hormigas eran peligrosas. No podía hacer más que eso. Tal vez si se moría podría servirle de alimento.
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Lee-Chan18
Kimiwo-chan
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Carnívoro
DiversosLuego de la guerra, solo existen los omegas y alfas que tiene una forma animal además de la humana. Todos carnivoros. Los animales reales se han extinto y solo han quedado los insectos. Pero aún así en la mesa de cada familia se sirve carne. ¿Es r...