Capitulo 9

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“Decisiones”
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Yatziri se acercó con cuidado al hombre que respiraba ruidosamente, el agua casi llegaba a entrar a la cueva donde había dejado al hombre extraño. Estaba vivo pero inconsciente.
—Kael lo llamó Ockel. — murmuró ella acariciando un poco el cabello del alfa, observándolo con atención. No estaba tan caliente como antes pero su temperatura estaba sobre la normal.
—Él también es un carnívoro. Si fue sacado de su hormiguero no veo porque nosotros tendríamos que aceptarlo. — él estaba en su forma de zorro así que se acostó en la tierra suspirando, cerrando los ojos con algo de cansancio. La herida en el cuello estaba a la vista pero ya no sangraba, era una parte sin pelaje. Yatziri la observó por unos segundos con algo de tristeza.
En un mundo perfecto solo deberían marcarse las parejas que se amaban. Nadie los había obligado pero era lo mejor para ambos.
—Creo que no recuerda nada, Zahir. — murmuró mientras lo alzaba en brazos. —Debes tomar una decisión. ¿Lo matamos y lo enterramos o lo llevamos con nosotros hasta nuestro próximo destino?— preguntó con cuidado.
Sentía lástima por la hormiga y el hecho de que Kael le hubiera puesto un nombre lo hacía casi como una mascota si no fuera humano.
—La manada caminará varios días antes de llegar si es que no se vuelven semanas. Si las hormigas atacan habrá que dejarlo atrás. — el zorro movió sus orejas dando un suspiro sintiéndose demasiado cansado para dar un veredicto certero.
Había sido demasiado largo el camino y aún sentía el dolor palpitante de su herida.
— ¿Entonces? No podemos dejarlo aquí. Morirá luego de un largo dolor y eso sería inhumano. — ella lo miró con cariño tratando de reconfortarlo pero sin bajar al hombre extranjero. Una muerte rápida y sin casi dolor era mucho mejor que dejarlo ahí tirado donde seguramente moriría de hambre y sed.
—Si estás dispuesta a llevarlo en brazos hazlo, si no, mátalo. — Zahir se levantó dando el tema por terminado, caminó hacia afuera y se apuró a correr hacia el asentamiento temporal de la manada.
Él siempre había creído que había sido algo completamente inusual en la naturaleza pero Kael también era un carnívoro.
¿Qué hacías las hormigas con los que eran herbívoros en sus hormigueros?   
¿De dónde sacaban carne para consumirla?
¿Por qué trataban de matarlos?
Jadeó con fuerza sintiendo el aroma a sangre, a veces se sentía tan atraído a comer carne pero siempre había tratado de evitarlo. Dando un fuerte suspiro corrió hacia la dirección contraria, llegando luego de un rato al lugar donde se encontraban las hormigas muertas.
Casi nunca las hormigas venían a llevarse los cuerpos.
Caminó hacia uno que había sido atravesado por una flecha y mordió su pierna, lo arrastró hasta esconderse atrás de algunos árboles por si alguna hormiga estaba viva. Con fuerza empezó a desgarrar la piel para llegar a la carne y saciar un poco su hambre.
Cuando terminó de comer miró hacia los árboles notando como los que lo habían ayudado a mantener a las hormigas a raya lo observaban. Suspiró y se paró tembloroso aún lleno de sangre pero no había miedo en los rostros de sus compañeros de manada.
Traían sus cuchillos y piedras filosas, de a poco empezaron a acercarse a los cuerpos de los carnívoros fallecidos y empezaron a quitarles la piel.
Zahir empezó a enterrar los cuerpos una vez que sus compañeros terminaban de quitar la piel que necesitaban para abrigarse en el invierno.

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Yatziri respiró algo agitada llegando a la aldea, todos estaban en sus tiendas pero notó como los guardias que estaban en la entrada la observaban con seriedad mirando al hombre que traía en brazos con algo de curiosidad pero sin hacer preguntas.
Ella olía ligeramente a Zahir y con la marca en su cuello era obvio que era la nueva pareja del líder.
Entró a su tienda y dejó al alfa acostado ahí, suspiró con algo de fuerza y cerró los ojos, tendría que llevar al extranjero durante todo el viaje. Acarició su cabello con curiosidad sonriendo levemente, se inclinó sobre su oído.
—Si llegas a lastimar a alguien de la manada te mataré, no haré excepciones...— susurró aunque sabía que estaba dormido.
Traerlo era un riesgo e iba a tomarlo pero no era tonta y si llegaba a ser una amenaza iba a acabarlo sin siquiera titubear.
Por mientras Zahir se había bañado en el río para evitar que el aroma a sangre siguiera en él, tenía algunas picaduras de avispas pero no una cantidad preocupante. Había terminado por dormirse al lado de la tumba de su amigo en forma de zorro, hecho un pequeño ovillo arriba de la tierra que habían removido.
De despertó pocos minutos antes de que el sol saliera del todo, caminando hacia donde se había asentado su manada despacio. Cuando pasó a los guardias inclinó un poco su cabeza y esperó hasta estar dentro de su tienda para convertirse en humano vistiéndose minutos después.
Sentía sus ojos arder y le dolía todo el cuerpo. Aún tenía ganas de abrazarse a sí mismo y llorar pero no tenía tiempo de compadecerse a sí mismo.
Salió y empezó a desarmar la tienda, usaban paja y materiales que habían dejado en el lugar anteriormente así que debían volver a guardarlos en la cueva para lo próxima vez.
No esperó a Yatziri una vez que terminó, yendo a buscar comida para el camino acompañado por los demás recolectores que lo observaban de reojo por la marca en su cuello.
Se aseguró de dejar varias semillas sobre la tumba de Kael, enterradas, esperando que ningún insecto se las robara.
—Debemos irnos en cuanto el sol este en ese punto. — Apuntó hacia el cielo —Así que reúnan lo que piensen llevar, el viaje será como siempre. Con las mismas paradas y el mismo tiempo que lo hacía mi padre. — habló en tono serio hacia el grupo de personas que estaban ordenando la comida para almacenarla, todos asintieron y siguieron haciendo sus quehaceres.
Yadel palmeó su hombro.
—Lo haces bien. — lo alagó sonriendo parándose a su lado.
—Ellos no necesitan un líder. — Zahir cerró los ojos dando un suspiro alejándose, caminando de nuevo hacia la tumba. Tal vez podía hablarle una vez más antes de irse, sabía que volverían ahí al año siguiente y por ello había decidido enterrarlo en el lugar.
Era un sitio donde siempre iban a volver.
—Todas las manadas necesitan un líder. — dijo sabiamente el hombre antes de volver a ver hacia la aldea, suspirando con fuerza al ver a Yatziri tratando de averiguar cómo podría llevar al hombre inconsciente sin usar las manos. Se le acercó viendo con curiosidad a la hormiga desmayada.
—Tío. — ella medio sonrió dejando de tratar de atar a Ockel, alzando su vista para ver al otro alfa.
—Te has unido al líder ¿Y vas a mantener con vida a la hormiga?— la riñó sin saludarla, poniendo sus manos atrás de su espalda tocando su arco que traía colgado.
—Si alguna vez recuerda, nos ayudará. Él podría tener las respuestas. — Yatziri suspiró con fuerza. Normalmente las personas inconscientes eran llevados por dos pero ella había decidido por la vida de Ockel y se había puesto como meta llevarlo sola.
—Zahir te necesita. — susurró bajo, como que si el mencionado pudiera escucharlo. Ella suspiró y apoyó su mano en el hombro de su tío.
—Él necesita a Kael. —

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Zahir suspiró levantándose sintiendo dolor de espalda, hacía estado arrodillado e inclinado murmurando oraciones hacia su amigo.
A pesar de que no creía en un Dios, respetaba que la creencia de Kael siempre había estado en él.
Miró hacia el sol notando que casi era la hora de partir, caminó a la manada aun sintiéndose cansado, todos ya estaban reunidos en familias listos para empezar el viaje.
Llevó su vista hacia su amiga apretando los labios.
—Como ya se habrán dado cuenta hay una hormiga entre nosotros. — respiró profundo mirando los rostros serenos y serios de todos, solo los niños se removieron asustados y se escondieron un poco.
Ismael apretó el cuchillo que llevaba en el cinturón, pero sin atreverse a sacarlo.
—Él fue tirado por otras hormigas, golpeado y humillado. No recuerda nada de su vida y esperamos que pueda ser una fuente de información en algún momento.
Yatziri, mi compañera, decidió que lo mejor era dejarlo con vida pero sin embargo...— volvió su vista hacia el extranjero, tragando en seco —Si él llega a robar, sobrepasarse, acosar o  tratar de abusar de un omega o un alfa tendrá un castigo más riguroso de los que tendría alguien perteneciente en la manada.
Y si llega a abusar o a violar se lo matará.
Si llega a tratar de tocar a un niño con intenciones sexuales se le cortaran las manos dejando que muera desangrado. Cuando él despierte se le dirán las reglas y llega a incumplirlas será abandonado, castigado o asesinado según el caso. — explicó tratando de verse neutral. Sus reglas eran completamente inflexibles, no toleraban ningún abuso. Por suerte, en mucho tiempo y en muchas generaciones, nadie había hecho algo tan malo como para ser asesinado.
—Yo seré quien lo mate si llega a pasar algo así. — Yatziri se cruzó de brazos, mirando directamente hacia Zahir quien asintió antes de desviar la mirada a los demás notando que se veían algo dudosos y alertas con la noticia de que alguien ajeno a ellos los acompañaría.
Si fuera de otra manada de silvestres tal vez sería más fácil pero él era una hormiga.
—Es hora de empezar el viaje. — agarró el cesto que había llenado con comida y lo acomodó en su espalda empezando a caminar. Los que eran animales grandes hacían el viaje en forma animal para poder llevar más cosas pero los pequeños preferían caminar como humanos.

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Gracias por leer!
gardenne

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