FALL© - Hopeless Autumn © [TERMINADA]

Chapitre 16; ¿A Ti? Nunca

No sé si esto es bueno o es malo, pero me siento... Extraña. Es la primera vez que veo a Noah rechazando a una de sus groupies, tal vez es por el hecho de que estoy en su casa, exactamente en la habitación de al lado, o tal vez es por el simple hecho de que quiera dejar sus ligues... Pensándolo bien, es por mí, sin duda es por mí. El caso es que me siento ansiosa, quiero tenerlo enfrente, abrazarlo y besarlo hasta que se asfixie, tal vez no hasta que se asfixie, no quiero ser acusada por homicidio siendo tan joven.
La pobre chica se va casi llorando por el rechazo de Noah, incluso cuando él intentó ser lo más sutil posible. Simplemente algunas chicas no saben diferenciar entre pasar el rato y enamorarse. Aunque muchas veces los hombres no son claros, Noah siempre es claro con sus groupies «No amor, Sí sexo».

-Si, bueno - escucho la voz de Cole y enseguida despierto de mi pequeño trance.

-Perdona ¿Qué decías?

- Que a la chica le gusta otro - baja su cabeza.

No puedo creer que mi pequeño ya esté enamorado.

- No te preocupes, siempre puedes conquistarla, más si el chico es un idiota. -. Y si te hace algo te juro que la extrangulo con mis propias manos.

- Pero es que ella...

-¿Listo para irnos, cariño? - Pregunta Hanna con una cartera negra en sus manos.

- Si, mami - Dice con un tono de voz tan dulce que creo que me dieron arcadas, igual me parece de lo más tierno, tanto así que deseo apretar sus mejillas con fuerza.

-¿A donde van? - me atrevo a preguntar.

- Vamos a cenar a la casa de un compañero de Cole. Llegamos tarde, querida. En el horno está la cena.

Sin más que decir, sale del lugar. Noah baja a los pocos segundos y se sienta en el sillón del lado, ni siquiera me mira, lo único que hace es mirar fijamente la televisión. Decido imitarlo.
Mis mejillas se ruborizan cuando una escena de sexo y gemidos se hacen presentes en la sala de estar, mis ojos se van directo hacia Noah quien se revuelve incomodo en su sitio. Voltea a verme y nuestras miradas se cruzan por una décima de segundo hasta que yo aparto la mirada.

-¿Quieres cenar? - Pregunta tratando de liberar la tensión.

- Me encantaría.

Después de calentar el estofado que había dejado Hanna en el horno y de haberlo comido, Noah y yo peleamos por quién lava los trastes.
Él se apoya perezosamente en la encimera. Una sonrisa aparece en su rostro. La mente se me nubla y de la nada surge un pensamiento alucinante.

Quiero besarlo. O golpearlo. De inmediato. 

Noah arquea las cejas.
- ¿Qué pasa?

-Nada, Idiota. Tú lavas y yo seco.

Cuando ya estamos secando la loza mojada, Noah hace un movimiento rápido y nuestros cuerpos quedan separados por tan solo centímetros. Ninguno de los dos se mueve.

Doy un paso atrás.

—¿Me temes?

Bufo pongo los ojos en blanco—¿A ti? Nunca.

— Mientes.

Mi pulso se acelera un poco.

—No te tengo miedo—En este momento si lo tengo.

—Ah, ¿no?— se inclina un poco.

—No es eso, solo... —Me maldigo mentalmente.

¿Cómo voy a terminar esa frase? No voy a decirle que me aterra estar así con él. Eso le daría ventaja sobre mí, y eso jamás.