Tragedias

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Kendall West:

Hoy era un día muy ajetreado, pero también el día más feliz de mi vida. Y si señores, hoy me caso con el amor de mi vida, ese loco que me saco de mi zona de confort para hacerme la mujer más feliz del mundo.

Me encuentro en mi habitación, con mi madre, mi suegra, la costurera y Mary. ¿Pueden creer que no me han dejado salir de la habitación?, dicen y que es una tradición que el novio no pueda ver a la novia. Me ponen nerviosa y el embarazo no me ayuda, este es mi séptimo mes y noto que mi bebé va a ser muy grande.

- No la apriete tanto, puede hacerle daño al bebé- Mi madre, mi suegra y Mary no han parado de fastidiar a la costurera.

-¿La estoy apretando señora James?- No entiendo porque me dice señora James si no me he casado aún, no es por nada pero me gusta que me digan así.

-Tranquila es que están nerviosas, siga con su trabajo- digo tranquila.

-Hija como no vamos a estar nerviosas, hoy es un día muy importante mi niña- dice mi madre tomando un abanico para echarse aire.

-Así es cariño, deberías de estar ansiosa- dice mi suegra.

-Es que lo estoy, pero la combinación de nervios y embarazo no es muy buena que digamos- digo con obviedad.

-Ella tiene razón, deberían más bien darle palabras tranquilizadoras. Hijita quieres un té- Mary siempre tan razonable.

-Te lo agradecería Mary- ella asintió y salio de la habitación.

-¿Como esta Stephen?- le pregunto a venus.

-Esta precioso hijita, y muy preocupado por ti y el embarazo- dijo enternecida.

Rio- siempre tan protector.

-Mi esposo y el son tal para cual, hasta el mismo Stephan es así.- en eso la costurera, muy elegante por cierto,se levanta.

-Ya he terminado de hacer los arreglos, quiere ver?- yo asiento y ella me ayuda a bajarme de una especie de banquito, voy al espejo de cuerpo completo.  Lo que veo me deja fascinada, pareciera que fuera una segunda piel, se notan todas mis curvas y obviamente mi embarazo.

-Me encanta, esta hermoso- le digo a la costurera a través del espejo, creo que se llama Ambar.

-Me alegro que le guste, si es así, creo que podre irme- dice con una sonrisa.

-Muchas gracias, te acompa...

-Yo la acompaño hijita, quédate aquí- mi madre se ofrece y yo asiento.

Veo cada detalle del vestido y no hay nada que no me guste, cada perla y encaje es perfecto. Sigo admirando mi vestido hasta que tocan la puerta, voy hacia ella y la entreabro.

-Hola cariño- ahí veo al hombre con el que voy a pasar toda mi vida.

-Amorcito no podemos vernos- digo viendo a los lados pendiente de que no venga nadie.

-Igual estoy con esta bata- y es verdad lleva una bata que lo cubre todo, lo que si veo es como lo peinaron, quedo hermoso con su copete hacia atrás, parece uno de esos actores de antes.

-Yo ya tengo puesto el vestido, no te imaginas como me queda- digo picara, el abre sus ojos y empuja la puerta para abrirla, pero yo no lo dejo- Hey no puedes verme

-Quiero ver como te queda, si te queda muy pegado no te lo pones- dice aún tratando de empujarla.

-Ay Stephen estoy embarazada por Dios- digo tratando de cerrar la puerta.

-Y crees que por eso no van a verte?, no señorita- el se queda en silencio un rato, yo entrecierro los ojo y pego mi oreja de la puerta.

-Muñe te pusiste la ropa interior de encaje que te compre?- yo sonrió maliciosa.

Mía yo tuyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora