Ella tan linda,dulce,tímida.
El tan agresivo, arrogante, posesivo.
Tan diferentes. Quien creería que estos dos polos opuestos estarían juntos, casados y con una familia, pues créelo, a través de esta historia conocerás a estos dos bellos personajes...
-¿¡Tienes un hijo!?- pregunta sorprendido Sean viendo a mi bebé.
-Si, se llama Joseph- digo viendo con ternura a mi hijo dormido.
-Estoy muy sorprendido- dice recostándose en el espaldar del asiento rascando su cabeza.
-¿Qué te sorprende?, que sea una mujer joven y hermosa con marido e hijos- dice Stephen sonriendo arrogante.
-Es que bueno, nunca llegue a pensar que estuviera casada y menos con un hijo- desde hace rato estoy viendo los nudillos blancos de la fuerza que ejerce Stephen en el volante.
-¿Y que?, pensabas que si estaba sola iba a ser tuya, no me hagas reír- nunca había visto a Stephen con una mirada tan... siniestra.
-¡Stephen ya!- quiero que pare.
-¡Me la querías robar para tocarla maldito infeliz!- del grito que echo hizo que despertara Joseph.
-Ya cariño- lo saco del portabebé y lo acuno en mi pecho para que deje de llorar.
-¡Déjeme aquí por favor!- exclamo Sean asustado, en eso Stephen pega un frenazo que hace que mi cabeza haga un movimiento brusco.
El sale rápidamente cerrando la puerta de un golpe y saliendo corriendo, en eso Stephen acelera.
-Eres un maldito loco Stephen, no debiste tratarlo así- digo llorando por el gran susto que lleve.
-Eres mía, ese engendro te veía como solo yo debo verte, maldición- aún tiene esa mirada siniestra que me asusta.
-Stephen me estas asustando, bájale a la velocidad por favor- el voltea a verme y veo en sus ojos arrepentimiento y dolor. El desacelera y apago el auto estacionándose en un camino de tierra a un lado de la autopista, se baja y se aleja. Yo suspiro y me bajo con mi bebé en brazos y me acerco a el.
-Perdóname mi amor, perdóname, perdónenme los dos. Los expuse a mucho peligro, es que aveces sabes que no puedo controlar mi ira y-y- yo me acerco y lo abrazo recostándome en su pecho.
-Lo se mi vida, pero es que no puedes reaccionar así todo el tiempo, yo tengo derecho a tener amigos- con una mano acaricio su mejilla y el cierra los ojos apretándolos.
-Sabes que esto viene de familia, pero en serio no quiero que por mi actitud te vallas de mi vida, no lo soportaría- limpio sus lagrimas.
-Lo resolveremos juntos mi vida- el sujeta mi cuello y me jala hacía el para darme un rico beso y luego en mi frente, después le da un beso en la frente a nuestro hijo.
-Perdón por asustarte, no soporto ver que me tienes miedo.
-No importa ya, pero quiero que le des disculpa a Sean- el voltea y me ve con los ojos abiertos y el ceño fruncido.
-¿¡Estas loca mujer!?- yo echo una carcajada.
-Oh claro que no, si quieres mi perdón debes hacerlo- digo moviendo mis parpados.
-Es en serio?- voltea y me ve con fastidio.
-Si corazoncito, ahora vamonos que quiero bañarme y comer- digo dirigiéndome al auto con el siguiéndome.
-Kendall no me hagas hacerlo, me vería como un marica- me dice nervioso.
-Ah no, no se, tu eres el que dice que haría cualquier cosa por mi- digo ya metida en el auto.
-No me manipules Kendall, y veremos si le pido disculpas al engendro ese- yo sonrio orgullosa por mi marido y el igual.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
