Stephen y Joseph

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Stephen James:

Después de dejar a Kendall en el instituto me monte en el auto y me dirijo a la casa, no sin antes dejarle unos guardaespaldas sin que ella se diera cuenta. Y bueno, ahorita comienza mi aventura, espero que mi hijo me haga la tarea fácil porque como saben no tengo mucha paciencia, esa es mi mujer que sabe conllevar la situación.

Aparque el auto en mi estacionamiento y me dirijo a la casa.

-¡Ya llegue!- en eso sale Mary de la cocina con Joseph.

-Menos mal que llego mi niño- dice Mary agitada entregándome a Joseph- Adiós, ahí en la cocina deje hecho el tetero del bebé- dice para después salir apurada de la casa.

-Bueno por lo menos dejo tu tetero- digo mirándolo, con si me fuera a entender- Vamos a dártelo- me dirijo a la cocina donde efectivamente se encontraba el tetero en el mesón. Le quito su chupón y agarro el tetero para dirigirlo a su boca- Vamos hijo, come- no quería resivirme el tetero, lo que hacía era mover su cara de un lado a otro con desagrado- Joseph, Joseph...- en ese momento se puso a llorar- No por favor. Ya, ya esta bien cariño, ya- le decía tiernamente mientras lo mecía en mis brazos. Poco a poco iba sezando su llanto hasta que se calmo por completo- Tal vez queras jugar, si- dije mientras el aspiraba su naricita por haber llorado- Vamos.

Me dirijo a su salita de juegos única y exclusivamente para el, donde tenía toda clases de juegos. Lo senté en la alfombra mientras yo me sentaba al frente de el.

-Ey pequeño mira- digo mostrandole un peluche de un león y un llaverito de juguete- Vamos a jugar con el señor Tomo y sus amigos- el lo que hacía era verme fijamente con su manita en la boca- Vamos bebé, vamos a jugar ¿si?. Se que te encanta estar con mami, pero mami esta estudiando y en las tardes no puede estar contigo- al parecer mi hijo me entiende cuando le conviene, porque cuando le mencione su madre empezó a hacer pucheros y se le aguaron los ojitos- No, no, no es mentira hijo, no llores, no llores...- fue en vano porque empezó a llorar de nuevo.

Hice lo mismo que lo anterior, empece a meserlo y decirle palabras tranquilizadoras. Kendall me dijo que un baño es relajante para un bebé, así que lo haré para ver si duerme. Subí a la habitación y deje a Joseph en la cama no sin antes poner almohadas a su alrededor, me adentre al baño para poner a llevar su pequeña bañerita azul. Cuando se lleno la medí para verificar su temperatura y estaba perfecta, ni tan fría ni tan caliente, su panela de jabón y jabón líquido que utiliza Kendall para echarla en el agua.

-Listo campeón, a bañarse- digo volviendo a la habitación donde encuentro a Joseph metiéndose sus piesitos en la boca. Ingreso con el al baño y lo acuesto en un mesón para quitarle su interiso azul con imágenes de ositos, para luego quitarle su pañal. Lo cargo y lo meto en al bañerita- Ey campeón, ¿Prefieres el patito o al gatito?- digo enseñándole dos muñecos de hule en forma de pato y gato. El se queda viendo los dos descifrando cual escojer, al final se extiende hasta mi y con sus dos manitas agarra los dos muñecos y los mete con el al agua- Campeón no lo metas a tu boca- absolutamente todo lo que le pongas al frente a Joseph se lo va meter en la boca, hasta a su madre, si no me creen pues les cuento que esta pulgita que esta conmigo es tan territorial con su madre que la muerde y babea para marcarla como suya, y así es con sus juguetes y con todo lo que le guste. Lo termine de enjabonar y agarre un poco de agua para sacárselo, hasta que suena mu celular, lo saco de mi bolsillo y veo en la pantalla que es Nervi.

Comienzo de llamada.

* Querido Stephen, amigo, hermano ¿Qué onda?.

-No estoy para chistes Nervi, ¿Qué pasa?.

*Oh por Dios, no me digas que Kendall no te dio anoche?- escucho su risa.

-Callate maricón, y no es eso fijate, Kendall empezó de nuevo el instituto y estoy cuidando de mi hijo.

Mía yo tuyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora