5: Mi Madre es mi Tumor Cerebral

90 6 7
                                    

La clase de bioquímica se había convertido en una fiesta. La doctora Forbes se encontraba feliz ese día, por lo que nos dejó hacer el proyecto más difícil del semestre, cuál valía por dos notas, en parejas.

Jonathan asumió que íbamos a ser juntos, por lo que se sentó en el asiento de Mika antes de que ella pudiera sentarse luego de ir al baño.

—¿Vamos a ser juntos? Me encanta la bioquímica y tengo muchas ideas. Podríamos empezar con—

—Alto ahí —lo interrumpo dejando cae mi enrulada cabellera rubia y mirándolo confundida—, según el gráfico de Mika acerca de cada estudiante, Sean es el primero de la clase de bioquímica, por lo que seré con él y no contigo.

—Vamos, Gaby —reclama Riendo mientras que yo me levanto del asiento—. No vas a sobrevivir sin mi.

—Lo llevo haciendo toda mi vida.

Me termino de ir subiendo las escaleras rápidamente hacia donde está Sean, sentado solitariamente en el último puesto. Me siento junto a él haciendo que me mire extrañado.

—¡Odio a tu amiguito! —reclamó abriendo libros de bioquímica, aunque me sobresalto al ver que Sean, al decir aquellas palabras, se miró la entrepierna confundido—. ¡No ese amiguito! ¡Hablo de Jonathan!

Sean levanta la mirada suspirando aliviado, provocando que realmente cuestione la supuesta "inteligencia superior" del ser humano.

El ensayo de bioquímica era acerca de las moléculas que se encuentran en la sangre sin oxígeno. Los desechos y eso, cosa que em, pues, no me agrada.

Sean era muy bueno en ello, se notaba, aunque me seguía riendo del incidente del amiguito. Este tipo está mal, pero por suerte yo soy excelente en todo. Dios yo misma lo dije y yo misma lo mal pensé.

Luego de que la clase de bioquímica terminara dando inicio al tiempo de almuerzo y descanso, Mika me agarró del brazo arrastrándome a la cafetería, donde ambas nos pusimos en la fila para comprar el almuerzo.

Cuando tuvimos nuestras bandejas nos fuimos a sentar a una de las mesas cuadradas. Yo ya me había puesto mis audífonos, pero Mika me los arrebató haciendo un sonido chillón con su boca sin separar los labios, provocando que la mirara bastante raro.

―Te tengo que agradecer por abandonar a Jonathan y dejarme ser su, ya sabes, compañera de bioquímica.

Asiento con la cabeza tensando los labios mientras muerdo el pedazo de carne que había cortado con el tenedor y el cuchillo. Mika sigue sonriendo, la sonrisa no puede abandonar su rostro. No sabía que un idiota como él pudiera provocar un sentimiento tan fuerte en ella. Es como si estuviera hipnotizada, o tuviera un tumor en el cerebro... o simplemente fuera idiota.

Voto por la última opción.

La cafetería de la universidad es mucho más diferente a la cafetería de mi pequeña preparatoria en Bellton High. Ni siquiera utilizábamos ese lugar, íbamos nada más al patio a comer el McDonald contrabandeado por Hanna y yo y lo compartíamos entre todas.

No hablo mucho de mi casa ya que realmente lo único que hice es escapar lo más rápido que pude de ahí. Me sentía presionada en ese lugar.

Mi madrastra y mis dos hermanastras no son de mi agrado. Nunca pude conectar con la esposa de mi papá como lo hacía con mamá.

Gabriella Katherine Frederick Evans. Me sé su nombre de memoria ya que estuve cinco meses escribiéndolo continuamente en mi cuaderno para que no se me llegase a olvidar por nada del mundo.

Yo tenía 15 años cuando falleció. Estaba en todos los deportes de la escuela; era bonita, lista y tenía todo lo que conseguía por decirse así. Hanna tampoco era lo que es ahora, usaba negro siempre, tenía mechas de colores en el pelo creo y estaba pasando por una etapa emocional dura. Anne siempre fue igual: hablando de gatos y cubos rubik.

Mala Reputación [Libro 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora