17: Tengo que Decirte Algo

66 4 5
                                    

El examen estaba fácil. Bueno, me había costado un poco debido al terrible dolor de cabeza y que cada cierto minuto voltea a ver a Jonathan.

Se notaba contento.

Y yo no era el motivo por lo que era.

Jessie si asistió al examen. Con unos lentes enormes y dos tazas de café, pero por lo menos asistió.

—Tengo unos increíbles planes para este noche —me insistía Jessie mientras ambas caminábamos por los pasillos con unos vasos de café extra grandes y escondiéndonos detrás de los lentes de sol—. Una amiga va a hacer una pequeña reunión para parejas y, puedes traer a Jace.

—¿Por que llevaría a mi novio falso a una junta con gente real? —le pregunto bebiendo un sorbo de café.

—Porque Jonathan y Milka de Chis Ahoy estarán ahí.

—Odio el Milka de Chips Ahoy.

—Lo sé. —Jessie toma de su café y me mira—. Así le puedes presumir a todos tu nuevo "novio".

—¿Y tú con quien iras? —le pregunto subiendo las escaleras al salón de la profesora Forbes.

Al entrar, miro directamente a Sean, quien se encuentra peleando con la engrapadora, tratando de corchetear nuestro trabajo de bioquímica.

—Con él. —Abro los ojos y la miro sorprendida. ¿Con Sean? —Pregúntale si iría conmigo.

Maraca yo no voy a hacer tu trabajo, hazlo tú.

Antes de que me niegue rotundamente, Jessie se aleja yendo a su asiento. Esta chica es increíble. Es como tratar conmigo misma: es insoportable, sarcástica y no se preocupa por mi estabilidad psicológica. ¿Como es que tengo amigos?

Me siento junto a Sean y veo a la distancia a Jessie poniendo cara de perrito y juntando sus manos, como si me estuviera rogando. Ruedo los ojos y miro a Sean.

El castaño me mira alzando una ceja mientras que yo sonrío falsamente. Al verlo mirarme, dejo el café en el escritorio aún mirándolo y busco en mi mente las palabras correctas.

—¿Conoces a mi compañera de habitación Jessie? —le pregunto poniendo una mano en su hombro.

—¿Te refieres a tu gemela malvada y borracha?

—La misma.

—Sí, ¿Por qué? —me pregunta para volver a mirar mi mano tocando su musculoso hombro. El Humano hace ejercicio.

—Bueno hay esta fiesta de parejas... —Al ver a donde va esto, comienza a negar y mirar hacia adelante—. Por favor, Sean. Necesita alguien con quien ir. Sam, si va, ira con Tyler, y yo iré con...

—¿Con quien irás, Gaby? —interroga viéndome a los ojos. Sus ojos color miel me miran expectantes.

—Iré con Jace —contesto. Sean niega con la cabeza y vuelve a su trabajo de engrapar las hojas. Agarro su mano y enseguida se queda quieto—. ¿Podrías por favor ir con Jessie? ¿Por mi? —Sean suspira rendido.

—Está bien.

—Ya era hora, amigo. —Sean me mira por unos segundos y luego me dedica una pequeña sonrisa, cual respondo con otra.

« • • • • • »

—¿En serio le rompiste la nariz a una chica de tu colegio? —me pregunta Sam mientras hacemos la fila del almuerzo. Se me había olvidado por completo que toda mi ficha personal era pública—. ¿Y fuiste arrestada dos veces?

—No fui arrestada, fui detenida. Hay una gran diferencia —corrijo agarrando una de las hamburguesas servidas—. Y sí, le rompí la nariz. Pero se lo merecía, ojo.

Sam se ríe y me pasa uno de los postres de la mesa, cual agradezco con gusto. Ambos nos vamos a sentar, pero en nuestra mesa de siempre está sentado Jace leyendo y comiendo de su ensalada.

—Si no te sientas con él no va a parecer que son pareja —me susurra Sam antes de sentarse frente al chico del tatuaje.

Sin ver otra salida, me siento junto a Jace y comienzo a ponerle tomate a mi hamburguesa.

—Uh, postre de cookies and cream —comenta ansioso Jace alzando su cuchara a punto de agarrar un pedazo de mi postre, pero rápidamente la agarro y se la meto dentro de su café—. ¿Que rayos fue eso?

—Es mi postre —argumento sacando mi celular y comenzando a jugar.

—¿Acaso vives pegada al celular?

—¿Algún problema?

Mientras esta pequeña discusión de pareja falsa pasaba, Sam no paraba de ahogar risas, aunque no le salía para nada disimulado.

En eso llegó Jessie sentándose juntos Sam y al frente de Jace, agarrando una de las papas de mi amigo y comiéndoselas. Subió las piernas a la mesa y comenzó a ver el celular. Es como yo cuando estaba en la preparatoria. Seguro porque tiene dieciséis y pues, eso.

—Hola, Jess —la saluda Jace.

—Cállate estoy ocupada.

—Trata mejor a tus mayores —se burla el chico provocando que sonría un poco. Jessie lo mira por sobre sus lentes oscuros no muy contenta.

—Perdóname, fósil, es que con esos dientes postizos no se te entiende.

Eso provoca que yo me ría, haciendo que Jace me mire mal, pero eso solo hace que sea más chistoso.

Pero todo se desvanece cuando Sean, Mika y Jonathan se sientan. Jace, como por acto natural, pasa su brazo por mis hombros y comienza a acariciar las puntas de mi pelo ruliento, enroscando un rulo en su dedo. No se siente tan mal, aunque no me guste que me toquen el pelo. Esta como en su sangre esto de conquistar.

—Jace, nunca te pregunté por qué te tatuaste ese dragón —inserta tema de conversación la Milka de Chips Ahoy. Jace exhala ruidosamente y me atrae más a él.

—Pues, mi abuelo me hacía tallar este dragón en madera todos los días —comenzó a contar—. Costaba mucho ya que para hacer las escamas se necesitaba mucha precisión y concentración. Después me dijo que todo ese trabajo agotador se había vuelto algo hermoso: ese dragón tallado. Me lo tatué cuando murió.

—Wow... ¿en serio? —pregunta Mika.

—No, simplemente me gustó y ya, no todos los tatuajes tienen significados —confiesa volviendo a acariciar mi cabello, aunque yo me estaba riendo alocadamente en mi cabeza. De reojo, veo a Jonathan rodando los ojos.

—Dios, Mika, ¿te puedes alejar de mi? Arruinas mi aura —le reclama Jessie aún viendo su celular.

Si, también arruina mi aura. Mika y Jonathan jamás habían pasado tanto tiempo juntos. Era insoportable verlos juntos. Y Jace lo notó.

—Bueno, Gaby y yo nos vamos —informó parándose y agarrando sus cosas. Confundida, me paro también—. Creo que mi aura también se infectó.

Ambos caminamos fuera de la cafetería tomados de la mano hablando acerca de lo incómodo que había sido eso, pero en la puerta se detuvo, atrayéndome hacia él y mirándome a los ojos.

—Sé que ambos disfrutamos ver a Jonathan sufrir y todo eso. —Río—. Pero, ¿hasta cuándo vamos a seguir fingiendo, Gaby?

Y esa era una buena pregunta. Jace era un buen chico, apuesto y amable. Él se merecía algo más que una novia falsa.

Mala Reputación [Libro 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora