35: CAPITULO FINAL

62 2 6
                                    

Las cosas pasan. A veces cuando no las esperamos; cuando no las vemos venir. El punto es —específicamente y sin sonar grosera— es que la mierda pasa. No lo podemos controlar.

Decisiones que nos parecen buenas en ese momento, pero que en realidad hubiera sido más sabio que un mono las hubiera tomado por ti que tú en ese instante. De seguro el hubiera tomado la opción correcta, no como tú, pedazo de estiércol de vaca. Si, te hablo a ti, Gaby Williams.

¿¡En que estabas pensando!? ¿Acostarte con Sean, Gaby? No, eso no se hace. Es como acostarte con Snoop: está mal y sientes culpa luego.

Dos días después, sigo sin superar el hecho de que yo, una respetada doctora, haya hecho una travesura tan inmadura e infantil como esa.

—Hey Gaby-Chips —me llama emocionada Jessie sacando una de las fichas y mirándome con una sonrisa—, llegó una sorpresa de ti desde Nueva York.

—Tuve sexo con Snoopy. —Jessie se queda callada con la boca abierta luego de yo haberle susurrado la travesura que hice—. Tu silencio me hace sentir mucho mejor, ¿sabes? Ni siquiera quería tu... ¿Jonathan?

El rubio está sentado en la sala de espera mirando su celular. Mueve su pierna, tal como lo hacía cuando estaba en la universidad. No ha cambiado mucho: de dejo crecer un poco de barba, no tanta, ahora tiene el pelo más corto y ahora usa ropa de marca, no como lo que usaba antes.

—Esa es tu sorpresa de Nueva York. —Ahora soy yo la que abre los malditos ojos. No puedo creer como el universo hace esto para poder reírse de mi sufrimiento—. ¿Por que rayos tuviste sexo con Sean? —me interroga mi amiga susurrado y tapándome de Jonathan con la ficha.

—¡No lo se! Él estaba ahí, yo estaba ahí teniendo una vida miserable como siempre, comenzó a decir cosas lindas, bromeamos y en un abrir y cerrar de ojos estábamos ambos desnudos.

—Demasiada información. —Ruedo los ojos—. Entonces, ¿es bueno o no? ¿Grande o ña?

—¡No voy a discutir esto contigo ahora, Jessie Hastings! —La pelirroja alza las cejas—. Grande.

—Lo sabía.

Jessie es demasiado desubicada con respecto a estos asuntos. Nunca sabe que aconsejar. Su consejo de siempre es: "haz la mierda que se te antoje y acuéstate con alguien en el camino, siempre lograrás el éxito". Ridículo para una doctora; un mantra para cualquier seguidor mediocre.

—¿Cómo se te ocurre llamar a ya sabes quien?

—¡Yo no lo llamé! Vino aquí con un cirujano para una cirugía y me reconoció y le dije que también estabas tú aquí.

—¿Gaby?

Mierda ya me reconoció. Jonathan se acerca a mi con una sonrisa mientras que Jessie se despide de mi y se va por el pasillo. Gracias por el abandono, "amiga".

—¡Jonathan! Hola... —Jonathan sonríe—. Tantos años que no te veo.

—Cuatro años nada más.

—¿Cuatro solamente? Se sintió como una eternidad. Supe que estás trabajando con la Doctora Forbes.

—Sí, luego de un año que no graduáramos volvió a trabajar como doctora. Pero cuéntame de ti, ¿cómo has estado?

Horrible. Me paro a la seis de la mañana a escuchar las peleas de Sean y Jessie todo el tiempo, le doy de comer al perro y luego lloro internamente.

¡Excelente! Muy bien. Cirugías todo el tiempo, vivo con Jessie y Sean. Estoy perfecta —digo sonriendo. Eso sonó realmente falso. Si se cree eso, realmente es muy idiota.

—Gaby, estuvimos juntos por seis años, sé que me estás mintiendo.

Mierda.

—¿Sabes? Tengo cirugía ahora. Te veo luego.

Y así es como me voy. No fue una salida deseada, pero por lo menos me alejé de todo el drama de Jonathan. Hace cuatro años que no lo veo y realmente me hubiera gustado verlo hace dos días atrás así no estaría evitando a Sean. Siempre trato de salir antes que él de la casa y tomo el autobús en vez de que Jessie nos lleve a todos en su auto. De seguro piensa que estoy muerta, he hecho un gran trabajo evitándolo.

Pero aparentemente no soy muy buena evitando a Jonathan, ya que logró alcanzarme y pararse frente a mi. Él siempre ha sido insistente; cuando quería que fuera su novia, con lo de Jace: siempre estaba ahí.

—Vamos Gaby, solo quiero hablar.

Ambos entramos al almacén de materiales y medicamentos. No podía hacer esto ahora, no era lo mío.

—Dime —le ordeno a Jonathan cruzada de brazos.

—Gaby, sabes que te amo mucho. —Mierda—. Y nunca voy a dejar de hacerlo, así soy.

La mierda pasa, ¿saben? Esas dos malditas palabras hacen que cometas mierda. ¿Por que Gaby Williams no puede meterse las hormonas por donde le duela y dejar de cometer errores? Porque gente como Jonathan llega del otro lado del país a decirte esto. Son egoístas.

« TRES SEMANAS DESPUÉS »

Nueva York es medio caluroso en esta época del año, pero ahora estaba haciendo un frío terrible. Parecía como si supiera lo que iba a pasar.

La entrada al edificio de Jonathan estaba cubierta de nieve, por lo que tuve que tener cuidado al subir por las escaleras. Todo actuaban normal, caminaban normal, nadie sabía lo que estaba por pasar.

Toco el timbre. Departamento 223. Jessie me dio esta dirección hace un tiempo por si me arrepentía de haber roto con él y quería volver. Nunca creyó que realmente la usaría.

La puerta de abre dejándolo ver a él con un abrigo negro. Su pelo rubio se asomaba por la gorra azul de la UCLA y podía ver perfectamente sus ojos azules.

—¿Gaby? ¿Que haces aquí?

¿Que hago aquí? Ni yo lo se. Porque no es tuyo, Jonathan, lo sé. Lo que sé, es que prefiero mil veces que lo sea.

—Estoy embarazada, Jonathan. Es tuyo.

20. Enamorarme de un completo inútil.

Mala Reputación [Libro 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora