34: Vida Miserable

62 3 4
                                    

Nunca había sentido que una fiesta temática podía ser divertida. La típica fiesta a orillas de la playa, con la luna iluminando junto a las velas y las luces de colores de los altavoces, la gente bebiendo y conversando, mientras que otros bailan junto a la música electrónica. Pequeñas fiestas que a uno le otorga ese pequeño momento de satisfacción y alegría.

Bueno, esta fiesta es como una de ellas. No puedo decir que es fantástica ya que no está Justin Timberlake cantando o algo, pero, las cosas a su tiempo claro está.

―¡Viniste! ―No tenía nada mejor que hacer, de hecho. Jonathan me sonríe. Dios, por qué acepté esta relación―. Ven, te tengo que mostrar algo.

Jonathan me arrastra a la orilla de la playa, señalando un punto rojo a lo lejos en el horizonte, el cual brilla por completo. ¿Qué rayos es eso?

Antes de que pudiera hacer mi duda en voz alta, fuegos artificiales comienzan a iluminarse en el cielo, proviniendo de la alejada luz roja, que debo suponer era un barco. ¿Fuegos artificiales?

―Mi primo tiene un amigo que conoce un tipo que es novio de una tipa que vende fuego artificiales y los organiza para eventos especiales y le pedí si nos podía hacer el favor. Salió bastante caro, pero por lo menos todo lo paga Mika... creo. Feliz año nuevo sumamente atrasado ya que es nueve de enero.

Me rio ante su mal chiste y, sin dudas ni arrepentimiento, Jonathan besa mis labios. Bienvenida al resto de tu cursi vida, Gaby.

10 Años Después

―¡Gabs! ¡Gaby! ¡GABRIELLA WILLIAMS!

Los gritos de mi mejor amigo me despiertan de golpe, provocando que me caiga de la litera y estalle mi nariz contra el piso de la habitación.

―¿Que pasa? ―le pregunto luego de incorporarme y verlo a él, parado en el maco de la puerta sosteniendo mi bata y mi celular, como si estuviera muy apurado―. Mierda, voy tarde.

―Extremadamente tarde ―me regaña Sean pasándome mi bata y comenzando a caminar por los pasillos. Lo sigo de mal humor mientras que amarro mi pelo en una cola baja y guardo mi celular en uno de mis bolsillos―. La Doctora Cooper ha sido increíblemente amigable contigo ya que por alguna razón eres su favorita, pero no puedes faltar a la cirugía más importante del año. Eres una residente de cuarto año, no eres nada.

Gracias, Sean, por ser tan comprensivo y carismático desde la universidad. No lo puedo creer.

―Creo que hoy me perdonará.

La Doctora Cooper es la encargada de cirugía pediátrica en el hospital de Long Beach, donde tomo mi residencia, claro está. Ella me adora, realmente: dice que tengo un talento excepcional en niños, aunque sabe claramente que estoy en trauma siempre quiere que este con ella, cosa que es estúpido, pero lo tolero.

―¡Gaby Williams! Feliz Cumpleaños. 13 de Abril, como olvidarlo. ―Sean me mira con la boca abierta mientras que yo me burlo internamente de él. Si, hoy es mi cumpleaños y estoy segura de que la Doctora Cooper me consiguió un puesto especial en la cirugía―. Tú y el Doctor Brown ―dice señalando a Sena, quien se apellida Crowell, pero ella solo aprende los nombres de los talentos, como yo―, me asistirán en la cirugía de hoy. Los veo en el quirófano tres.

La doctora se va con una sonrisa a ver unos pacientes. Hacerme amiga de ella había conseguido que estuviera en las mejores cirugías. Sin duda, soy asombrosa.

―¿Por qué no me dijiste que era tu cumpleaños? ¿Cuántos cumples? ¿29?

―Si el chico lindo de la cafetería pregunta, cumplo 26. ¡Y eres mi mejor amigo! Se supone que debes recordarte de estas cosas.

Mala Reputación [Libro 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora