11: Stanford

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―Era mucho mejor antes que llegaras, Corey ―reclama Jace bajando su mirada al suelo y luego levantándola para mirar a Jonathan, quien lo mira medio confuso.

Jace 1 - Jonathan 0. ¿Dónde están mis palomitas?

―No te preguntaba a ti, Samuels ―responde Jonathan medio molesto. Al nota que lo miro confundida tratando de mantener el equilibrio por los libros, me ayuda agarrando algunos, aunque yo intento evitarlo―. Déjame ayudarte, Gabs. ―Mis ojos se abren inmediatamente.

"Es para mi proyecto, Gabs" "¡Deja de moverte, Gabs!" "Ey... te amo Gabs" "Gabs..."

―¿Estás bien, Gaby? ―me pregunta Jace al ver que me quedo estática. Al notar esto, me muevo rápidamente, agarrando mis libros, agradeciéndole y yéndome de ahí.

Es como un virus: no podía salir de mi cabeza. ¿Que puedo hacer yo? Nada. Luke había sido lo más significativo que había tenido en mi vida. Él era una persona increíble, en quien podía confiar y esta siempre para él. Era como... el amor de mi vida.

¿Qué clase de tonterías esto diciendo? Luke simplemente era un idiota del cual me enamoré y luego me rompió el corazón. Simple como eso. No debí haber confiado en él y me dejé llevar, punto final.

Soy la primera en llegar al salón de la Doctora Forbes. Era la penúltima clase para terminar el trabajo de bioquímica, y ya me quería librar de ello. 

Me llega una notificación de Instagram a mi teléfono, cual me hace instantáneamente mirarlo: es de la cuenta de Luke. Se me había olvidado que tenía activada las notificaciones para que cada vez que subiera una foto me avisara.

Es una foto de él mirando a otro lado, sin nada especial: solo él. 

―¿Lista para terminar el trabajo, compañera? ―escucho la voz de Sean al sentarse junto a mi, peo mi vista sigue estando completamente en la fotografía de Luke.

―Sean ―lo llamo medio molesta alzando la vista para mirarlo―. ¿Cuándo lo vas a entender? Tú eres el humano de esta historia, Jonathan vendría siendo com un hombre lobo oculto, yo sería un vampiro obviamente y Mika sería la tipa que se ingenia todo y tiene superpoderes ocultos que nadie sabe cuales son. ―Me mira confundido, por lo que ruedo los ojos y respiro profundo―. En todas las series de monstruos hay un tipo que siempre se queda humano no importa lo que pase: Stiles de Teen Wolf, Matt de The Vampire Diaries, Simon de ShadowHunters... 

―¿Pero Simon no terminaba siendo...?

―No me interrumpas, Sean ―le interrumpo yo―. Lo importante es que tú no eres nadi...

―¿Ese es Luke Martinez?

Me detengo yo misma al ver como Sean me interrumpe señalando mi celular, donde continua la foto de Luke puesta. ¿Qué? ¿Cómo el humano conoce a Luke?

―Dios... es uno de los estudiantes de medicina de Stanford mas geniales de todos. ―¿Luke estudia medicina? ¿Luke es genial?―. Hizo un vivo ayer desde el laboratorio de Stanford y estuvo genial. En su primer año de carrera logró estudiar a fondo los tejidos humanos y logró replicarlos en una impresora 3D. Dijo que si seguía trabajando en ello, lograría reemplazar el trasplante de piel en unos tres años. Sigue en la página de Stanford, déjame mostrártelo.

Sean se apresura a sacar su laptop llena de stickers de bandas y música de su mochila y ponerla en el escritorio, encendiéndola de inmediato. Curiosa, lo observo ponerle play al primer video que aparece en la página de Stanford.

Hola a todos, mi nombre es Luke Martínez, ―Escuchar su voz, de alguna forma a otra, hizo que las lágrimas amenazaran con salir de mis ojos. No he escuchado su voz desde hace tres meses. Se nota más maduro, barba sin afeitar se deja mostrar en su rostro y la camiseta bajo la bata deja ver sus músculos. Está cambiado― soy estudiante de medicina en la Universidad de Stanford en Palo Alto, California. Hoy les mostraré mi estudio acerca de tejidos celulares en la piel

Antes que el video siguiera, le pongo pausa y miro a Sean esperanzada.

―Increíble, ¿no? Esta noche hará una conferencia en Stanford mostrando su proyecto.

―¿Cuanto me demoraría en ir hasta allá en auto? ―le pregunto. Sean me mira confundido y lo busca en el GPS de su celular.

―Cinco horas como máximo, ¿por qué?

Lo que voy a hacer es muy alocado. Sin contestarle, agarro mi mochila y mi celular y salgo corriendo, siendo seguida por Sean quien comienza a gritar mi nombre al alejarme.

Luego de comprarme un café en la cafetería, me subo al jeep azul, girando la llave apresurada. Esto es una locura. ¿Por qué hago esto? Esto es una locura, no puedo hacerlo.

El único problema era que ya había arrancado el auto y entrado a la autopista.

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Luego de conducir cinco horas comiendo únicamente la mitad de un sandwich y bebiendo una taza extra grande de café llego agotada a Stanford, justo a tiempo para la conferencia. 

Agarro uno de los pases de la mesa de entrada y entro a la gran sala de conferencias, cual está oscura y con una luz apuntando al escenario en el centro. Me siento en la esquina de la última fila junto a una chica pelirroja, de mi edad, quien ve impaciente su reloj. Genial, esto está retrasado.

Luego de unos minutos, el público comienza a aplaudir: y enseguida veo porqué.

Luke entra por el telón saludando con la mano al público, parándose detrás del mesón con el micrófono. Al verlo sujetando, la gente deja de aplaudir y abunda un silencio en la habitación.

―Buenas tardes doctores, profesores, alumnos. Mi nombre es Luke Martinez, soy graduado de la preparatoria de Bellton High, en Texas, y estoy cursando mi primer año de medicina en la Universidad de Stanford, California.

Este chico está obsesionado conmigo. Tuvo que estudiar en el mismo estado que yo. No es que yo haya sido la que haya conducido cinco horas para verlo: él es el psicópata, yo no. Debería conseguirse una vida. Aunque, ¿quién lo culpa? Soy un encanto.

El discurso de Luke fue muy interesante, aunque yo solo esperé a las preguntas al final. Hay fue cuando los impulsos me ganaron.

Levanté la mano.

―La chica del fondo ―me nombró señalándome. Al ver como todos se volteaban a verme, me levanté de mi asiento, siendo alumbrada por el reflector. Enseguida, al reconocerme, vi como los ojos de Luke se expandían en forma de sorpresa. Lo escucho toser y luego niega con la cabeza disimuladamente: cree que no soy yo―. Perdone... se parece a alguien que conozco... ―dice sonriendo incómodo―. ¿Su nombre... señorita?

―Mi nombre es Gabriella Williams. ―Nuevamente, su mirada de sorpresa―. Soy estudiante de Medicina en la Universidad de California en Los Ángeles, o la UCLA, como quiera decirle. En fin, estoy haciendo un proyecto del ADN, quería preguntarle: ¿Las células futuramente impresas en la impresora presentaran el ADN del destinatario? Y si no lo hacen, ¿cómo el destinatario aceptará en invasor?

Se quedó mudo. Claro que podía contestar la pregunta: es Luke, siempre ha sido muy precavido. Lo único que no vino venir es que yo la haría.

―Bueno, Gabriella ―comienza apretando el pedestal de vidrio―, la "tinta" por decirse así con la que imprimiremos el tejido tendrá, sí, pequeñas partes de las moléculas de ADN del destinatario que se obtendrán de fragmentos de su piel original, cual será retirada previamente. 

Asiento complacida, sentándome nuevamente en mi asiento y dejando que, el ahora nervioso Luke, siguiera contestando preguntas. 

Al terminar, me paré para irme, pero siento como la pelirroja a mi lado me detiene impidiendo que me fuera.

―¿Dijiste que te llamabas Gabriella Williams? ―Asiento―. Ok... ahora la que te va a hacer una pregunta soy yo: ¿Cómo tuviste las agallas para venir aquí? Luke ahora está conmigo. Yo que tú vuelvo a Los Ángeles. 





Mala Reputación [Libro 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora