21: Te Escojo a Ti

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—Bueno... fue una salida a la playa interesante —comenta Jessie cerrando sus mano y viendo la carretera—. Ahora tienes que enfrentar a Jace y Jonathan.

—Jess, no estoy de humor —la detengo antes que empiece con el drama. Realmente no estoy de humor.

La carretera estaba despejada. Habíamos estado conduciendo toda la noche, parando para comer algo y luego para seguir. Eran alrededor de las cinco de la madrugada y salimos de Jennistown a las dos de la tarde por lo que ahí se estuvieran cumpliendo más o menos las quince horas. Claramente si mis matemáticas no me fallan.

—¡Pues tienes que enfrentarlo! De buen humor, o de mal humor, Gabriella Williams. —La miro con odio por unos segundos y luego vuelvo a fijar mi vista en la carretera molesta—. Hagamos una lista de pros y contras.

Jessie se inclina hacia atrás y saca mi bolso de cuadernos de la parte trasera, sacando una hoja y unos lápices de colores. ¿Esta chica no se cansa? No ha dormido nada en las quince horas. Hasta yo tuve que parar el auto para dormir quince minutos.

—Pros y Contras de salir con Jace. Comenzamos con los pros. —Jessie me mira esperando a que diga algo. Al saber que no se va a rendir, comienzo a hablar.

—Es lindo, tiene un tatuaje. —La pelirroja escribe mientras hablo—. Tiene buen humor. Es atento, considerado. Me vuelve loca... pero en el buen sentido. —Puedo ver de reojo con Jessie sonríe al escucharme—. Es dulce... es muy bueno en la cama. —La pelirroja ríe mientras escribe lo último que le dije destacándolo y todo con mis destacadores fluorescentes de colores—. Me entiende de una forma que... casi nadie lo hace, ¿sabes? Es mi cómplice en mis aventuras y... en el poco tiempo que lo conozco, ha arriesgado más por mi de lo que cualquiera lo haya hecho.

La pelirroja me mira con una mirada cómplice mientras que se amarra su extensa cabellera en una cola. Ok, tal vez me volví un poco cursi, pero las cosas que dije sobre Jace son verdad: él es increíble.

—De acuerdo: contras —me pide jugando con el lápiz azul. Ambas de mis manos se tensan en el volante mientras que veo el gran letrero "Bienvenido a Los Ángeles" a mi derecha—. Debe haber algo.

—No tiene una agenda flexible. —Jessie comienza a escribir—. Nunca tiene tiempo; siempre anda de fiesta en fiesta o estudiando. Casi nunca se toma las cosas en serio y dios, a veces se vuelve insoportable.

Me quedo callada por unos segundos, mirando el camino. Ni siquiera pensaba que eso de Jace era malo, Jessie y yo sabíamos que me iba a acostumbrar y que realmente lo admiraba por concentrarse en sus estudios tanto.

—¿Algo más? Eso no suena tan grave...

—Solo hay una cosa más... —Jessie me mira intrigada, sentándose como indio en el asiento del Jeep—. No me hace sentir las hormigas en las tripas.

—¿Mariposas en el estómago?

—Eso —asiento—. No me hace sentir ese dragón feroz y hambriento en la garganta cada vez que lo veo con otra. No me hace sonreír involuntariamente cuando camina. No pienso en el las veinticuatro horas, los siete días de la semana.

—En simples palabras, Gaby-Chips —me interrumpe la pelirroja mirándome profundamente, como si estuviera leyendo mis pensamientos—. No es Jonathan —resume la chica aún mirándome, pero yo decido ignorarla mirando la autopista—. Y créeme, el chico es increíblemente perfecto en cada centímetro de su cuerpo, específicamente en ya sabes donde. —Suelto una risa.

»Yo creo que deberías darte una oportunidad con él. Jonathan tuvo la oportunidad contigo y las desperdicio saliendo con Mika. Gaby, vuelve a la realidad —dice moviendo su mano en forma de saludo. La miro por unos instantes mientras que mis labios tiemblan, antes de volver a fijar mi vista en el camino—: Jonathan no quiere nada contigo. Si lo quisiera, créeme que ya estuvieran saliendo. No aprovechó ninguna de las quinientas mil que tuvo para salir contigo: le pidió una cita a Mika, defendió a Mika, no enfrentó a Jace, se hizo novio de Mika. Él es tan egoísta que al ver que tu eres increíblemente feliz con Jace, hace lo posible para que estés con él. No pierdas tu tiempo en alguien posesivo; te lo digo como tu amiga.

El discurso de Jessie rebota en mi mente como pelota saltarina. Fue un buen discurso, ahora la duda caía en mi: ¿la escucho o me hago la loca y voy tras el ahora soltero Jonathan? ¿O continuo con Jace?

Fork. La respuesta es muy obvia.

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Camino por el pasillo del edificio de hombres. Muchos se caminan con sus bolsos y maletas. Algunos comienzan las vacaciones de invierno ahora, mientras que los de medicina comienzan la próxima semana. Veo a Sam pasar a mi lado, despidiéndose de mi.

Pero mi rumbo estaba claro.

—¿A donde vas? —me pregunta Sam al verme tan decidida.

—Ya elegí.

Él me mira confundido. Le sonrío confiada y sigo mi camino, guiada por donde me habían dicho que estaba su habitación.

¿Me aceptará? ¿Se quedará conmigo?

Claro que se quedará contigo: ¡ERES GABY WILLIAMS!

Gracias, voz de Hanna imaginaria que vive en mi pequeña y súper inteligente cabeza.

Subo las escaleras de dos en dos, más rápido que en toda mi vida. El simple hecho de que haya decidido una decisión realmente imposible me motivaba aún más a seguir.

¿Estas segura, Gaby? —Jessie me preguntó al decirle quién escogí.

—Más segura no puedo estar.

La puerta de la habitación queda en mi pleno campo visual, y sin dudarlo ni temblar, golpeo la puerta dos veces.

Es ahora o nunca.

Unos segundos más tarde, la puerta se abre dejándolo ver a él, en su camiseta de dormir y con el pelo descolocado. Al verlo, sonrío. Decidí bien.

—Gaby... son las siete de la mañana un domingo —me reclama con la voz ronca. Agarra una toalla blanca en su mano y me dedica una mirada confundida—. Me voy a bañar... ¿que haces aquí?

—Te escojo a ti.

Él me mira confundido, sin entender lo que estoy diciendo.

—¿De que rayos hablas?

—Que te escojo a ti.

Sin pensarlo, planto mis labios en los suyos, su característico aroma llega a mi haciéndome disfrutar aún más. Sus labios saben igual que la última vez que lo besé y su cabello esta igual de despeinado que aquel día. Mi piel se estremece al sentir el contacto de sus manos en mi cintura.

Al separarme, ambos juntamos nuestras frentes, quedándonos parados ambos calmando nuestras respiraciones.

—Que bonito "buenos días" de tu parte, Gaby.

Lo escogí a él...

Mala Reputación [Libro 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora