Mala Reputación [Libro 2]

25: Hanna Green

HANNA POV

Ella narra como quinientas veces en mi historia, tenia que infiltrarme en la suya.

Gaby y yo llegamos a mi habitación en Cambridge. Estaba solitaria, sin nadie alrededor. Todos afuera por vacaciones y nosotras aquí, sacando una bolsa de tres litros de malteada de vainilla y vertiéndola en la licuadora.

—Ok, según lo que dice en mi cuaderno mental de recetas de alcohol —pronuncia Gaby como si en un show de cocina, sacando las botellas de vodka—. Hay que ponerle todo esto... bueno no todo: son cuatro para la mezcla y las otras dos para tomarlas como acompañante cuando te tomes la malteada.

—¿Estas segura que lleva tanto alcohol, rubia? —le pregunto mirando las botellas—. ¿Como es que tu hígado sigue funcionando correctamente?

Gaby alza una ceja hacia mi dirección mientras vierte una botella de vodka en la licuadora.

—No lo se. Es una buena pregunta, Hobbit. —Gaby sigue poniendo a siguiente botella, pero está la deja por la mitad—. Creo que esto será suficiente por si queremos hacer más y necesitamos más vodka. Ahora, —Le pone el helado—, lo licuamos y queda.

—Es bastante fácil hacerlo, ¿como es que eres a la única que le queda? —le pregunto al ver como abre un pequeño espacio en la tapa y vierte un líquido proveniente de una pequeña botellita de vidrio, sin etiqueta alguna—. ¿Que es eso?

—Mi ingrediente secreto —comenta—. Es lo que le da el toque a la Gaby Atómica. La única persona que tendrá esta receta es mi primogénito, nadie más. Es preciada.

Gaby me sirve en un vaso la mezcla, poniéndole una bola de helado encima y una bombilla de papel. Agarro el vaso y pruebo un pequeño sorbo.

Con solo lo poco que trague, puedo sentir lo dulce del helado y la malteada, luego de eso le Vodka arde mi garganta y luego, el sabor de la Gaby Atómica, ese que te limpia toda la garganta quedando con ganas de más. Está buenísimo.

—Creo que tú bebida me acaba de provocar un orgasmo... —comento. El alcohol ya me está haciendo efecto. Es impresionante.

—Extrañaba esto —comienza hablar Gaby mientras baila al ritmo de la música (plot twist: no hay música, solo somos nosotras dos bailando borrachas al ritmo de la música imaginaria)—. Tú, yo, borrachas. Gaby Atómica. No disfrutaría esto si tú no vivieras a quinientos mil millones de millones de años luz de mi.

Me río, aunque fue un chiste muy malo. Gaby de rie también y ambas nos tiramos en la cama. Ahí es cuando empezamos a hacer tonteras por culpa de la Estupida Gaby Atómica.

—A ver a ver, llama a Jace Tatuaje —le digo entre risas bebiendo de mi segundo vaso de Gaby Atómica. La rubia comienza a reírse también y, haciendo un movimiento raro de brazos, saca su celular, marcando un número.

El tono suena tres veces hasta que se escucha una voz masculina y sexy al otro lado de la línea.

—¿Gabs? ¿Como va todo? —pregunta tiernamente el novio de mi mejor amiga.

GABY POV

Dios, la voz de Jace realmente me está calentando en este momento. Me hace recordar lo bueno que es en la cama, debería decírselo. Dios, Gaby, ¿cuanto tomaste?

—Dios Jace —mi voz sale con un hipo entremedio, y una risa se me escapa, haciendo notar que estoy borracha—, con solo escuchar tu voz, haces que me moje entera. Estoy demasiado caliente, deberías venir a Cambridge a calmar mis ganas. —Otro hipo junto a otra risa.

15. Avergonzarme borracha frente a mi crush.

—Gaby... estas claramente borracha. ¿Estás sola? —Dios, este chico no sigue los juegos. ¡Que estoy caliente, hermano! ¡Que me des... sexo telefónico!—. ¿Que quieres que te de qué? —Ups. Estaba pensando en voz alta.

Antes que pueda decirle otra cosa, Hanna agarra mi teléfono luego de tragar una cantidad grande de Gaby Atómica. Se aclara la garganta y se pone el microfono junto a la boca.

—Hermano, mi amiga quiere que muevas su culo y te vengas para Inglaterra. Una chica tiene sus necesidades.

Cuando creí que iba a decir algo, Hanna me pasa nuevamente mi celular y va a la mesa a servirse más malteada. Tratando de recuperar equilibrio, agarro el teléfono y alzo las cejas entrecerrando los ojos.

—Gaby, se supone que debería estar en una cena familiar y no creo que pueda ir a Cambridge de la noche a la mañana.

—Si me amaras, vinieras.

¡Ja! No puedes competir contra eso.

—Encontrare la manera de ir. —Ahora que estoy sobria y recuerdo esto, mierda—. Te extraño, Gabs.

—Todos, soy un encanto.

Y le cuelgo. Hanna aparece con la licuadora entera y me sirve más Gaby Atómica en mi vaso, casi rebalsándolo.

Comienzo a beber, pero de la nada comienza a arder gravemente el estómago. Apresurada, corro al baño y vomito en el inodoro, echando mi pelo hacia atrás. Hanna aparece y me amarra el pelo, mientras que yo termino de vomitar.

Así es como pasaré mi primera noche en Inglaterra... genial.

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Amanecí en la mañana cubierta en las sábanas celestes de Hanna, con un inmenso dolor de cabeza, con un calambre en el brazo izquierdo y una bota restante. ¿Que rayos pasó?

Lo que me despertó no fueron los insoportables rayos del sol entrando por la fina ventana de mi mejor amiga, si no los golpes excesivos en la puerta principal en la habitación.

Voy a fingir que estoy soñando, que en verdad no hay absolutamente nadie ahí que está desesperado (al parecer) por entras y simplemente me voy a quedar en esta cómoda cama durmiendo pacíficamente.

Los ruidos en la puerta nuevamente.

¿A quien engaño? De seguro es Hanna o Justin diciendo que se le olvidaron sus llaves.

De mala gana, me paro sujetando mi cabeza. El dolor me hace sentir que la gravedad tiene un más potente efecto en mi, por lo que lucho para mantenerme en equilibrio con una sola bota de diferente altura y mi pérdida remota del equilibrio.

Abro de mal humor la puerta azul de la habitación, dejando ver a mi novio Jace parado en la puerta con dos maletas y el mismo poleron que usaba cuando lo conocí. Tiene su mirada de chico bueno y me mira con una sonrisa, mientras que presume la pulsera que te dan en el aeropuerto que te dicen "Bienvenido a Inglaterra".

—Oh mierda.

Estupida Gaby del pasado.