12: Eso Me Pasa Por Conocerte, Idiota

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―Ok, niña, este es un espacio muy grande y aún así siento que me estoy sofocando con tus inseguridades. Voy a ir a tomar aire.

Trato de soltarme de su agarre, pero aprieta mi brazo como si su vida dependiera de ello. Dios, ¿Por qué no me suelta? Estas cosas solo me pasan a mí.

―Gaby... ―Al escuchar mi nombre, la chica suelta mi brazo y yo me levanto del asiento, quedando frente a frente con Luke, quien fue él que me llamó―. ¿Qué haces aquí?

―Vine a comprobar si lo que decían acerca de que eres estudiante de medicina y que eres genial era verdad. ―¿Por qué siento que miento?―. No me creía lo de genial. 

Su sonrisa vuelve a iluminarme, tal cual lo hacía antes. Sus ojos azul claro me miran sonriente al igual que las pecas que casi ni se notan por el bronceado típico de la playa. Al parecer California le ha sentado bien.

―Luke ―lo llama la pelirroja a mis espaldas, pero ni siquiera me digno a mirarla.

El chico asiente al haberla mirado de reojo y le tiende la mano, cual ella agarra para ir hasta el pasillo, golpeándome el hombro antes de salir completamente. Dios, que infantil es para estar en Stanford.

―Gabs. ―Dios acaba de apuñalarme en el corazón con eso―. Ella es Courtney... mi amiga.

No pude evitar soltar una risa al ver la cara molesta de la tal Courtney. Dios, estoy aplaudiendo por dentro. Luke todavía tiene el toque.

―Si quieres te puedo mostrar la universidad, aunque no tengo ni idea cuanto tiempo te vas a quedar...

―Está bien, Luke. Compraré comida para el camino y me iré. Es un viaje largo hasta Los Ángeles ―respondo tratando de ser amable, aguantándome la risa por dentro. Lo de Courtney literalmente me mató. Fue increíble. No lo voy a olvidar nunca.

―Pues te acompaño, tengo que comprar mi cena. Así nos ponemos al día.

Al ver la cara de enojo de Courtney no me queda otra que aceptar. Dios, es la mejor mandada a la Friendzone que he visto desde la preparatoria. Esto es increíble. 

Luke y yo salimos del auditorio y caminamos por el campus de Stanford siendo alumbrados por el ligero sol de las seis de la tarde, ambos tomando nuestra distancia. Nunca esperé que en nuestra inevitable reunión él sería más exitoso que yo. ¿Que clase de mundo es este?

―Y... ―comienzo a hablar al notar el inoportuno silencio incómodo― ¿Tú y Courtney?

―Somos amigos ―interrumpe antes de que diga algo―. A ella le gusta decir que somos algo, pero solo nos hemos besado unas veces, no es nada... ―Silencio―. ¿Y qué onda con el tal Jonathan?

Si hubiera estado tomando agua en ese momento la hubiera escupido (siempre he querido hacer eso). ¿Cómo rayos él sabe acerca de Jonathan? ¿Cómo es que todo el mundo conoce a todo el mundo y yo ni me entero?

―¿Acaso olvidaste quien es mi mejor amigo? ―Eso tiene más sentido: Justin. Lo voy a matar―. Me enteré que está en Inglaterra.

―Sí, lo sé. ―Asiento―. No sé lo que somos Jonathan y yo. Es decir, nos besamos una vez, pero el cree que no me acuerdo ya que estaba borracha y quiero que se quede así. Mika, mi compañera de cuarto, está súper enamorada de él y no quiero ser la amiga que se besa con el chico del cual su amiga está enamorada. O sea, aunque no lo creas, hasta yo tengo principios. Entonces no sé lo que somos y tampoco sé si lleguemos a ser algo.

Se me olvidó por un segundo con quien estaba hablando. Luke me mira burlonamente mientras camina sonriendo. No me preocupa mucho: Luke siempre ha sido de esas personas con buenos consejos.

―Yo que tú le digo. Es decir, a él le gustas tú, no ella. ¿Por qué arriesgar tu felicidad por algo que hay un cincuenta por ciento de probabilidades que suceda? Deben pasar muchas cosas para que a Jonathan le llegues a gustar Mika y que se olvide de ti, y quién sabe, capaz para ese tiempo Mika ya se haya rendido y tú hayas perdido tu oportunidad. Si te gusta este tal Jonathan, arriésgate. Vamos, eres Gaby Williams, la persona más valiente que conozco.

No evito sonreír. Hanna me dijo eso mismo antes de irse a Inglaterra. "Gaby, eres la persona más valiente que conozco". Al parecer debe ser verdad.

―¿Quién diría que volveríamos a hablar después de tan poco tiempo? 

La risa armoniosa de Luke abunda mis oídos. Me dedica una pequeña sonrisa y ambos entramos a la cafetería, donde pedimos nuestra comida y comenzamos a comer.

―Es la verdad, Gaby: el cuarto libro de Harry Potter es mucho mejor que el tercero.

―No es verdad: el tercer libro es mucho mejor: se presentan los merodeadores, se explica que son los animagos y hay un maldito hipogrifo. Además, es el único año en donde Harry aprendió Defensa Contra las Artes Oscuras. ¿Que hay en el cuarto libro? ―Le doy un mordisco a mi pizza antes de continuar―. ¡Harry did you put your name in the goblet of fireeeeeee! ¡Por favor! El tercer libro es mejor.

―No vas a cambia mi opinión.

―A nadie le importa tu opinión: estamos hablando de hechos concretos.

Nuevamente la risa de Luke me hace reír también. ¿Quién diría que Luke mejoraría con el tiempo? Y yo creyendo que ya era perfecto.

Luego de comer, ambos nos dirigimos al estacionamiento, donde me detengo frente al jeep azul, cual Luke acaricia sonriendo: se me olvidó que a él también le trae varios recuerdos.

―Me agradó mucho que vinieras, Gaby ―se sincera agarrando ambas de mis manos y mirándome a los ojos―. Vuelve cuando quieras.

Ambos nos quedamos un segundo mirándonos. Y ahí fue cuando ambos lo supimos.

Nuestra historia necesitaba un final. Nunca lo había tenido. Había terminado de forma muy extraña y de una forma que nadie quería. Por lo que ambos sabíamos que teníamos que terminar nuestra historia, en ese estacionamiento.

Luke se acerco a mi y beso mis labios de una forma tan dulce y delicada que se sentía como besar una nube. Fue un beso corto, de no más de tres segundos: un beso de despedida. 

Ese era nuestro cierre, no yo lanzándole pintura rosa en la cabeza a Sasha, para nada, nuestra historia terminó aquí, en el estacionamiento de la Universidad de Stanford, yo con unos jeans y una polera de Nirvana cual me pongo para ir a clases y él, con corbata y camisa. Ambos sabíamos que así se terminaba.

Ambos nos abrazamos sonriendo y nos separamos mirándonos a nuestros ojos. Necesitaba esto, necesitaba darle un cierre a lo que se mantenía abierto en mí. Esta era mi forma de dejarlo ir. 

Me subo al jeep azul viejo y lo enciendo, dedicándole una última mirada a Luke, quien me mira sonriendo, sabiendo lo que estoy pensando. Dedicándole una sonrisa igual, salgo del estacionamiento y me adentro en las calles.

Y ahí fue cuando me pegó:

—Acabo de besar a Luke... 

Enseguida abrí la ventana, pero no para vomitar, si no para sacar la cabeza aun mirando el camino y gritar.

―¡TOMA ESO COURTNEY!


Mala Reputación [Libro 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora