Capítulo 27

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CAPÍTULO 27


    La Navidad había llegado a Riverdale en todo su esplendor: luces tintineantes, cascabeles allá por donde pasaras, árboles decorados que relucían como estrellas... Era una época mágica, hogareña y familiar. Por desgracia, para mí no tenía nada de cálida. Tras haberlo meditado concienzudamente había decidido regresar con mi familia, tragándome así mi orgullo. No podía cargar a los Andrews con mi presencia y de todas formas Archie estaba dolido por mis acciones. No tenía muchos más amigos a los que acudir. Sabía que, de habérselo preguntado a Kevin, habría accedido. Sin embargo, no podía ir vagabundeando de casa en casa. Era hora de volver a la tortura.

    Mamá había aceptado mi regreso con una única condición: pasar desapercibida. Eso significaba no rechistar, permitir que me mangoneara y llorar en silencio donde nadie pudiera escucharme. Un precioso ambiente para pasar la mejor época del año.

    Cheryl me había acogido con cariño, pero yo prefería mantener cierta distancia entre nosotras. Sabía que la discusión con Jughead no había sido su culpa; yo me había liado con Archie y lo había estropeado todo. Aun así, ver a mi hermana cerca me ponía de los nervios.

    Los copos de nieve caían como bailarinas con una elaborada coreografía. Sus vestidos blancos cubrían toda la pista de baile conformada por las calles de Riverdale. Hacía frío, pero no demasiado. Las chimeneas funcionaban casi con gusto, llenando los hogares de calor y cariño o, al menos, eso intentaban.

    Bajé las escaleras para toparme con mi familia preparada en la mesa del comedor. Cheryl se encontraba de pie, hablando con nuestra madre, mientras que Nana Rose aguardaba para empezar la comida.

    ―Va a ser una Navidad dura, Cheryl ―explicaba mamá―. La verdad es que no tenemos dinero.

    Me coloqué hombro con hombro con mi hermana.

    ―¿Habrá regalos?

    Mi madre me observó furiosa, como si el simple hecho de que yo hablara le hiciese daño.

    ―No nos lo podemos permitir ―respondió con un tono gélido―. Y ahora, a la mesa.

    Como siempre, tan amable y gentil. Cheryl y yo intercambiamos una mirada de tristeza, quizá pensando en la última Navidad que habíamos pasado con Jason, en cómo habíamos preparado tortitas con una montaña de nata y nos habíamos esmerado con nuestros presentes. Así pues, ese vínculo entre mi hermana y yo volvió a florecer. Tome su mano y asentí, conocedora de su sufrimiento.

    ―Muy bien, Veronica, este es para ti ―dijo Kevin entregándole un sobre a Ronnie

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    ―Muy bien, Veronica, este es para ti ―dijo Kevin entregándole un sobre a Ronnie.

    La tensión se palpaba en el ambiente, pero intentábamos esforzarnos para que esta preciosa época navideña nos uniera a todos de nuevo. Al fin y al cabo, las Navidades eran para estar en familia y nosotros lo éramos, hubiera peleas o no. De todas formas, ¿qué familias no discutían de vez en cuando?

BLOODY LOVE ; JUGHEAD JONES [2] ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora