Capítulo 39

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MARATÓN 1/4

CAPÍTULO 39

    ―¿Sois los chicos que buscan una cabeza?

    ―Si tan solo viviéramos en un pueblo en el que la respuesta fuera "no"... ―Jughead, como siempre, era fiel a su carácter sarcástico.

    Jughead, Betty y yo nos encontrábamos con el chatarrero de Riverdale, quien había llamado a la rubia avisando de que la cabeza de Pickens había sido encontrada. Continuábamos con nuestros trajes de gala para la confirmación de Ronnie, ya que no habíamos tenido tiempo de cambiarnos. La única diferencia era que Jughead se había puesto su chaqueta de cuero. Había además una tensión electrizante en el ambiente, eso era indudable. Sin embargo, la curiosidad del misterio sobrepasaba a cualquier otra emoción.

    ―¿Entonces la tiene? ―inquirí con nerviosismo.

    El hombre, cuyo rostro era de color gris ceniciento, asintió y nos tendió una bolsa oscura. Noté una punzada en el estómago. Mientras realizábamos la búsqueda del asesino de Jason nos habíamos encontrado con una bolsa semejante. No pude frenar el déjà vu y la sensación de mareo que lo acompañó.

    ―Estaba guardada en un congelador ―nos informó el chatarrero.

    Mi corazón se detuvo por un segundo y casi sentí la bilis ascender por mi garganta. Los últimos días no me había encontrado demasiado bien, sobre todo tras la vuelta de Penny. Esta situación no hacía más que empeorarlo.

    Jughead dio un paso al frente y abrió la cremallera. Sobraron las palabras para anunciar que, efectivamente, se trataba de la cabeza de la estatua.

    ―¿No sabe quién pudo haberla dejado aquí? ¿Ha visto a alguien sospechoso?

    El señor pareció meditarlo. Jug me echó una ojeada para comprobar que me encontraba bien, a lo que yo solo asentí.

    ―Hace unos días vino un hombre al que nunca había visto ―soltó el chatarrero.

    ―¿Sabes su nombre? ¿Podrías describirlo? ―preguntó Betty sacando su lado más detectivesco.

    A decir verdad, Betty y Jughead hacían buena pareja. Ambos eran fans de los misterios al estilo de Agatha Christie. Juntos formaban un gran dúo para resolver crímenes. Yo, en cambio, era la tercera en discordia. Estaba aquí casi porque había sido arrastrada.

    Pero Jughead te quiere a ti, pensé. ¿Me quería a mí en serio?

    ―Bueno... ―El hombre empequeñeció los ojos―. Llevaba una de esas chaquetas.

   Señaló la chaqueta de los Serpientes y yo guardé el aliento. Así que el sheriff Keller había tenido razón al apuntar a los Serpientes como posibles culpables.

    ―¿Por casualidad era un hombre alto? ―quiso saber Jughead, quien al parecer ya sabía la respuesta antes de que esta saliera de los labios del chatarrero.

    ―Sí, mucho.

    Jug y Betty compartieron una mirada que no supe descifrar. Incluso tenían un lenguaje no verbal al que no podía acceder. Apreté la mandíbula y traté de inspirar hondo.

    ―Tall Boy ―me explicó Jughead al verme perdida.

    Nuestro siguiente movimiento fue dirigirnos al Whyte Wyrm para que todos los Serpientes descubrieran las mentiras y enredos de Tall Boy. Por el camino, Jug llamó a su padre y le puso al tanto de lo sucedido. Hubo un breve lapso de tiempo en el que Betty y yo estuvimos solas. Siendo sinceras, no me apetecía hablar con ella, aunque sentía que era algo que debía hacer.

BLOODY LOVE ; JUGHEAD JONES [2] ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora