Capítulo 8

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CAPÍTULO 8

    La noche anterior observaba atónita la pantalla del móvil de Cheryl. Archie aparecía en el medio, con los brazos en jarra dando su discurso y rodeado de varios chicos sin camiseta que llevaban una máscara roja. Todo aquello era un tanto loco como para ser verdad.

     ―Este es un mensaje para al cobarde que se hace llamar Capucha Negra ―decía él con una seriedad aterradora―. Piensas que puedes atacarnos desde las sombras, pero Riverdale es mucho más fuerte que tú; no tenemos miedo. Solo eres uno y nosotros una legión. Somos el Círculo Rojo. Vamos a por ti. Te encontraremos, te cazaremos y acabaremos contigo.

    Al principio me había costado creerlo por su gran surrealismo. Era casi imposible que al bueno de Archie se le ocurriera montar un grupo ―con apariencia de secta― que tuviera la intención de perseguir a Capucha Negra. Esa era la labor de los policías, no nuestra. Un adolescente no debería estar preocupándose por la seguridad del pueblo, sino estudiando para sus exámenes, entrenando con sus compañeros del equipo o trabajando en su música. Entendía su frustración con el cuerpo de policía, puesto que apenas habían hecho algo durante la investigación del asesinato de Jason. Sin embargo, aquella no era razón para tomarse las cosas por su propia cuenta.

    Esa noche Cheryl me había puesto el vídeo para demostrarme la inestabilidad de Archie y por qué Veronica no se lo merecía. Mi hermana había tratado de explicarme sus motivos tras el beso, pero había terminando lanzando una crítica sobre el pelirrojo.

    ―Sé que te gusta Ronnie y por eso mismo deberías dejarle su espacio ―le había aconsejado en un intento de que parara de echar pestes sobre mi amigo―. Yo quiero lo mejor para ti, Cher, pero no puedes pisotear a los demás para conseguirlo.

    Luego me había mordido el labio recordando lo bien que me había sentido al tener el control. Ser Cheryl era, en cierto punto, satisfactorio. Incluso lograba entender por qué dañar a alguien que te había herido previamente era algo gratificante. Sin embargo, estar en la cima conllevaba una gran soledad. En el momento de la gran disputa había deseado con todas mis fuerzas que Jughead probara una pizca del dolor que yo había experimentado. Y vaya si había sido placentero.

    Tras el éxito había venido la culpa que, como siempre, me reconcomía y se adueñaba de mis pensamientos más oscuros. No era digna de darle discursos a Cheryl cuando mis propias acciones ponían en duda la veracidad de mis palabras. De todas formas ella había tomado mi mano para infundirme valor porque deducía que yo también lo necesitaba.

    ―Lo sé y pienso arreglar esto ―admitió con pena ―. Me dejé llevar y besé a Veronica. Sé que ella no siente lo mismo, por eso hoy hablaré con Archie e intentaré que vuelvan a estar juntos.

    La sinceridad de Cheryl me había llegado al alma. Podía percibir su infinita tristeza y, sobre todo, como quería sobreponerse para que las cosas le fueran bien a Ronnie. Me imaginé que así era el amor, un sacrificio constante que derivaba en tragedia.

    A la mañana del día siguiente me levanté con un objetivo fijo. Ya había avisado a mi hermana de que no iríamos juntas a clase porque haría una pequeña parada. La parada en cuestión era para tener una charla con Archie, ya fuera sobre el Círculo Rojo o la conversación que Cheryl quería mantener con él. Tan solo buscaba que nadie saliera herido de todo aquello, lo cual sabía que era imposible.

    Llamé a su puerta y no tuve que esperar mucho para ser recibida por un Archie de aspecto enfadado. Al verme no tardó en suavizar su expresión e invitarme a pasar. Saludé de forma educada al señor Andrews para luego dirigirme a la habitación del chico. Él cerró la puerta una vez que estuvimos dentro.

BLOODY LOVE ; JUGHEAD JONES [2] ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora