Capítulo 54

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CAPÍTULO 54

    ―No me puedo creer que hayas participado en el secuestro de Nick ―musitó Jughead.

    ―Técnicamente, él secuestró primero a Archie.

    Me apreté un poco más contra el pecho de Jug. Aunque teníamos las cortinas cerradas las primeras luces del día insistían en iluminar la habitación. Estábamos apurando los últimos minutos antes de tener que enfrentarnos al nuevo día. La verdad, la cama me resultaba de lo más cómoda.

    ―Yo no puedo creer que Chic no sea el verdadero hermano de Betty ―comenté.

    ―Yo sí. Nunca me dio buena espina. ―Dirigió su mirada al despertador de la mesilla y suspiró―. Deberíamos plantearnos eso de levantarnos.

    Bufé exasperada, pero tenía razón. Muy a mi pesar, salí de la cama y rebusqué en la parte del armario que ahora compartía con Jug. Revolví la ropa desordenada ―tenía que empezar a organizarla― en busca de algo que me gustara para hoy. Al final me decanté por unos vaqueros y la sudadera azul que rezaba "Andrews para alcalde". Me la había regalado Archie para apoyar a su padre.

    Mis ojos repararon en el gorro que tiempo atrás me había regalado Jug, así que lo tomé en mis manos y me giré hacia el chico. Este aún seguía en la cama, mirando su móvil.

    ―¿Debería ponerme esto?

    Una sonrisa creció en su rostro. Se decidió a erguirse y se unió a mí. Tan solo vestía los calzoncillos con los que había dormido. Mi mirada, rebelde, se deslizó lentamente por su cuerpo semidesnudo. Cuando volví a unir nuestros ojos su sonrisa se había ensanchado.

    ―Por supuesto.

    Agarró el gorro y lo acomodó sobre mi cabello. Elevé las comisuras de mi boca.

    ―Oye, ¿no puedes ir así a clase? ―inquirí yo.

    Jughead se tiró sobre mí para hacerme cosquillas. Me quejé con chillidos, pero las risas me pudieron. Él me tomó entre sus brazos y me tiró sobre el colchón, donde me presionó sus labios contra los míos. Lo aparté de broma.

    ―Ugh, lávate los dientes.

    ―¿Ah sí? ―Enarcó una ceja y se puso en pie con los brazos en jarra―. Pues ahora no tendrás más besos en todo el día.

    Llegamos tarde a clase por culpa de nuestra pelea de cosquillas, besos y, eventualmente, almohadas. Jughead se había asegurado de que no me olvidaba del gorro para que así pudiéramos lucir el mismo complemente. A eso respondí que era un cursi y me gané un almohadazo.

    Una vez en el instituto, vi los carteles con la cara de Hermione Lodge. Había muchos que hablaban a favor de su campaña, en cambio, casi no encontré ninguno sobre Fred Andrews. También había chapas o parches colgando de las mochilas de varios alumnos. Me dio mucha pena, porque estaba claro que los votantes de la señora Lodge no veían la realidad: Hiram estaba detrás de todo esto. Quería hacerse con el pueblo y, una vez que su mujer fuera alcaldesa, tendría Riverdale a sus pies.

    Me encargué de que la sudadera se viera bien. Era lo menos que podía hacer por el padre de Archie.

    Jug y yo nos detuvimos en la sala donde trabajaba para el Azul y Oro. Betty, siempre tan puntual, ya estaba allí. La saludamos desde el umbral de la puerta. A continuación, besé la mejilla de Jughead, dispuesta a marcharme hacia mis clases.

    ―Espera, Blaze ―soltó la rubia con una mano extendida―. ¿Puedo hablar contigo? A solas.

    Un anonadado Jughead asintió tras procesarlo unos segundos. Betty y yo éramos amigas, pero la cosa se ponía incómoda si estaba Jug de por medio. Quizá Betty ya lo había superado, algo que dudaba debido a las miradas que le echaba de vez en cuando.

BLOODY LOVE ; JUGHEAD JONES [2] ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora