Capítulo 14

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CAPÍTULO 14

MINI MARATÓN [2/2]

Me levanté con un terrible dolor de cabeza. Instantáneamente, me llevé una mano a la sien para masajearla, aunque fue inútil. Los primeros rayos del día se colaban por la ventana, alumbrando la habitación que en un principio no reconocí. Bostecé y estiré mis articulaciones. Luego me puse en pie y analicé el dormitorio con los ojos entrecerrados. Mi cerebro tardó en asociar el cuarto con Jughead, pero cuando lo hizo me vinieron detalles brumosos de la noche anterior. Apenas conectaba los hechos ocurridos en la fiesta de Nick. Veía retazos de lo que había sido: la discusión de Betty y Ronnie, el jingle jangle, mi llamada a Jughead... El resto parecía haberse esfumado por completo.

Salí de la habitación en dirección a la reducida cocina, donde podía escuchar el chisporroteo de los huevos friéndose en la sartén. Mi estómago rugió delatando mi presencia. Jug, quien estaba de espaldas, giró su cabeza y me saludó con una sonrisa. En la encimera había una taza de café y una tostada. Él terminó de hacer los huevos y los colocó en un plato junto al beicon que ya reposaba en este.

―Buenos días, dormilona ―dijo burlón.

Murmuré una respuesta y ataqué mi tostada con mermelada de frambuesa. Estaba demasiado hambrienta, como Jughead en un día normal. Se rio al ver que devoraba el desayuno.

―Luego te quejas de que yo como en exceso ―masculló.

Rodé los ojos fingiendo molestia, aunque todo lo que sentía era alegría. Me informó de que era la una del mediodía, lo que me estresó sobremanera. No me preocupaba la bronca de mi madre, pues ahora nos daba más libertad a Cheryl y a mí. Sabía que la tontería del linaje Blossom se había terminado; mi hermana y yo seguiríamos nuestro propio camino y ella no era quien de impedirlo. Además, las cosas se habían relajado entre todas. Nuestra relación era más bien cordial, como de dos simples conocidos a los que les había tocado convivir juntos. Al menos era mejor que nada.

La causa de mi estrés fue la poca antelación que tenía para prepararme para la jornada de puertas abiertas de los Lodge. Le había prometido a Veronica que me presentaría allí junto a Cheryl y quería estar decente. Todavía tenía que ir a mi casa, encontrar la ropa y maquillaje idóneos y, sobre todo, darme un baño que dejara mi mente en blanco.

No tenía ni idea de lo que había sucedido en el resto de la fiesta, ni me importaba averiguarlo. Lo único que me provocaba interés era el enfado de Betty. En parte estaba preocupada de que fuera por mi culpa, ya que era la causante de su ruptura con Jughead. Sin embargo, aquello no tenía sentido. La discusión había sido con Veronica y ella no había hecho nada malo.

Estaba bebiendo el último sorbo de café cuando casi me atraganté.

―¿Entonces nos vamos a casar en las Vegas y Pop oficiará la ceremonia? ―soltó Jug.

―¿Qué?

Por un momento sentí puro terror y empecé a toser incómoda. Él en seguida soltó una carcajada, riéndose de su chiste interno.

―Ayer me pediste matrimonio ―explicó aún entre risas mientras lo observaba perpleja―. Querías que Pop fuera el cura.

No recordaba esa parte de la noche, pero seguro que había sido muy bochornosa. Sentí mis mejillas arder debido a la vergüenza. Terminé de una vez el café y lo posé en la encimera. Esperaba no haberle dicho más cosas como aquella o, al menos, que tuviera la decencia de no comunicármelas.

Me quedé muda cuando miré en sus ojos. Hasta entonces todo había sido muy sencillo. Estando borracha había actuado sin temer las consecuencias y en el desayuno me había limitado a comer con gran ansia. Ahora había tantas cosas que decir y ningún comienzo adecuado. Me mordí el labio indecisa. ¿Le habría dicho algo relevante como que todavía estaba enamorada de él? Como si me leyese la mente, Jughead empezó a contarme lo que había sucedido la noche anterior.

BLOODY LOVE ; JUGHEAD JONES [2] ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora