BLOODY LOVE ; JUGHEAD JONES [2] ✅

Capítulo 57

CAPÍTULO 57

    Las horas se me hacían eternas. Parecía que el tiempo se quería burlar de mí. Me habían dicho que Jughead estaba bien, pero aún así temía por su vida. Me pasé los segundos, los minutos y las horas a su lado, negándome a separarme de él incluso cuando FP insistía en tomarme el relevo. Quería comprobar con mis propios ojos que se encontraba en buen estado. Solo deseaba que se despertara ya y terminara esta agonía.

    Mis dedos agarraron su mano durante todo ese tiempo. De repente percibí un leve movimiento y mi corazón se aceleró. Miré el rostro de Jug, dormido, y me volví a hundir en mi asiento. Sin embargo, segundos después, escuché un gruñido débil. Apreté la mano de Jughead. Sus párpados se levantaron muy despacio y ahogué una exclamación. Mi rostro se inundó de lágrimas; era raro que tras todo este tiempo todavía me quedaran más lágrimas por llorar.

    ―¿Juggie?

     Su cuerpo se irguió poco a poco. Escaneó la habitación del hospital y finalmente sus ojos se posaron en mí.

   ―¿Blaze? ¿Qué...?

    Me lancé hacia él sollozando de felicidad. Intenté no hacerle mucho daño, pues tenía heridas por todas partes. Le habían tenido que poner puntos en la mejilla y un esparadrapo en la frente. Tenía el labio partido, además de múltiples moratones en toda la cara y el cuerpo. Pero estaba bien, sobreviviría, me dije a mí misma.

   Tomé su rostro con delicadeza y planté un beso suave en sus labios. A continuación, apoyé mi frente en la suya y cerré los ojos. No podía parar de llorar. De solo imaginarme una vida sin Jughead...

    ―Blaze, no te preocupes, estoy bien ―me consoló.

    ―¿Cómo se te ocurre hacer eso? ―pregunté al separarme―. Podrías haber muerto. Si... si hubieras... yo...

    ―Estoy bien, de verdad.

    Hizo una mueca al colocarse en la cama, señal de que no se encontraba completamente bien.

    ―Ven aquí ―me pidió.

    Me acosté en la cama a su lado. Su brazo derecho rodeó mi cuerpo. Me dejé caer sobre su pecho e inspiré. Olía a hospital, pero también a Jughead. Me agarré a su camisa como si así pudiera retenerlo para siempre.

    ―Siento haberte dado un susto ―dijo con la voz frágil―. Solo pretendía ayudar a los Serpientes.

    ―Lo sé. Y lo hiciste, Juggie: los Serpientes se animaron a luchar contra los Espectros.

    ―¿En serio? ¿Y están bien?

    Sabía que enfrentarme a esa pregunta tarde o temprano, era inevitable. FP me había prevenido. En su opinión, debía mentirle a Jughead. Su padre había propuesto decirle que los Serpientes habían desaparecido porque habían perdido la pelea. Era mentira: estaban instalados en el Whyte Wyrm, pues habían perdido su hogar. FP creía que Jughead tenía que alejarse de los Serpientes un tiempo, por lo menos hasta que estuviera bien. En eso estaba de acuerdo, pero no podía engañarle acerca de sus amigos.

    ―Fangs está vivo. ―Al menos eso era verdad―. Fangs y tú los inspirasteis para defenderse. Estarías muy orgulloso de ellos.

    ―Ya lo estoy ―admitió.

    Me acurruqué junto a él y disfruté de su calor. Tuve que autoconvencerme de que todo iba bien: Cheryl había sobrevivido al ataque de Capucha Negra, Fangs ya había salido del hospital, Jughead no había muerto. Habían sido un par de días difíciles y costaba creer que no habían tenido casi ninguna consecuencia negativa. Podíamos respirar tranquilos.