Capítulo Tres

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— Hope, ¿Por qué tardaste tanto? — Preguntó Fiorella.

— ¿Y por qué estás sonrojada? — Se interesó Bianca.

— Es que estoy sorprendida, gratamente sorprendida. — Respondió Hope

— ¿Qué ocurrió?

— Damién me invitó a una cita.

— ¡Lo sabía!, ¡Lo sabía!, ¡Lo sabía! —Chilló emocionada Bianca.

— ¿Qué le respondiste? — Preguntó Fiorella ya que Bianca estaba saltando en el salón como una niña.

— Le dije que sí, saldremos el viernes que viene.

— Cásate con él. ¡Lo apruebo! — Gritó Bianca.

— Cierra la boca. — Se rió Hope.

Disfrutaron mucho su fin de semana de chicas. Fiorella les comentó todas sus incertidumbres y miedos, los cuales, las chicas se encargaron de disipar. Estar juntas era la mejor cura para un corazón roto. Aunque Fiorella tenía que pasar por su duelo de ruptura y superarlo, sus amigas, siempre la iban acompañar y apoyar en lo que pudieran.

El día viernes llegó y Hope estaba muy emocionada por su cita, A pesar de que ella no quiso admitirle a sus amigas porque sabía que se iban a burlar mucho, se sintió muy atraída por Damién desde la primera vez que lo vio, y cuando hablaron reparó en lo agradable y encantador que era, le tomó todo su autocontrol y madurez no gritar emocionada cuando le pidió salir, el hecho de que la invitara con esas fachas que llevaba ella decía cosas muy buenas de él.

Hope, para su cita decidió usar un pantalón oscuro y una blusa azul, su cabello oscuro suelto y con ondas, destacando con un poco de maquillaje, sus hermosos ojos azules. A las cinco de la tarde en punto, sonó el timbre de la casa de Hope, ella lista ya, fue abrir y se encontró a Damién que estaba frente a ella con un hermoso ramo de rosas rojas. Vestía una camisa blanco y unos pantalones oscuros, se veía impresionante.

— Buenas tardes, Hope. Éstas son para ti. — Dijo Damién con una sonrisa.

— Oh, que detalle tan hermoso, muchas gracias. — Le correspondió ella con una tierna sonrisa.

— Tú estás hermosa. — Hope se sonrojo agradeciéndole y fue a la cocina.

— ¿Nos vamos? — Hope asintió, colocando en la encimera de la cocina un jarrón con agua y el ramo, saliendo de su casa, él como todo un caballero le abrió la puerta de su auto.

— ¿Adónde iremos? — Él tenía planeado llevarla a un lugar que le gustaba mucho y hacía varios años que no iba.

— Es una sorpresa, espero te guste. — El transcurso del camino fue en silencio, tenía la radio puesta y se notaba el nerviosismo de ellos por la cercanía del otro. Al llegar al sitio el rostro de Hope se iluminó como las luces frente a ella. Él esperaba que le gustara el lugar. Y vaya que le gustó, la llevó a la feria, en ella se admitía público para todas las edades, a Hope le encantaba, le traía recuerdos maravillosos de su infancia. Damién acertó por mucho.

— ¿Te gusta aquí? O, ¿Prefieres ir a otro sitio?

— Aquí me encanta, en serio. — No sabía que elegir primero, estaba en el paraíso, según su opinión.

Estaban paseando por el lugar decidiendo por cual atracción comenzar. Mientras tanto Damién dijo. — Háblame de ti, Hope.

Ella lo pensó por unos segundos y le respondió sonriendo. — Tengo veinticuatro años, soy organizadora de bodas, amo los animales, me encanta leer, hacer ejercicio, ir a fiestas, amo la comida china e italiana, me encanta el chocolate, viajar, pasar tiempo con mis amigas y mi hermana. Ah, por cierto, me encantan las ferias, ¿Qué hay de ti?

Por siempre tuyo, mi amor ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora