Capítulo Veintiséis

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El día del cumpleaños de Hope llegó. Su novio iba a llegar en la noche para la fiesta sorpresa que sus amigas le habían preparado. Bueno, no tan sorpresa porque Hope estaba al tanto de ello, no tenía corazón para decirles que ella ya lo sabía.

— Feliz cumpleaños, mi hermosa princesa. — Cantó Margaret cuando ella contestó el teléfono.

— Gracias mamá. ¿Y papá? — Respondió somnolienta.

— Te manda felicitaciones, ¿Qué tienes planeado para hoy? Te invitamos almorzar.

— Claro, muchas gracias. ¿A qué hora nos vemos?

— Estamos en tu puerta, cariño. — Hope casi se cayó de la cama en su afán por abrirle la puerta a sus padres.

— Lo siento, ¿Por qué no me dijiste antes que estaban aquí? — Su padre la abrazó muy fuerte y la cargó, ella no paraba de reír, la soltó y su madre la abrazó también.

— ¿Estabas durmiendo? Es tarde.

— Es que últimamente se me ha dificultado mucho conciliar el sueño en la noche. —No estaba durmiendo casi nada en la noche, a las cinco de la mañana era que cogía el sueño y se levantaba muy tarde, pero eso no lo iba a decir. — Me voy a duchar, quedan en su casa.

Se tomó su tiempo y se duchó, lavándose el cabello, el olor a flores impregnó el apartamento, era su champú favorito. Se vistió con una falda tubo larga de color negro y un crop top azul cielo, unos zapatos de plataforma negros. Su cabello lo dejó suelto para que se secara y se maquilló solo con labial rosado.

— Te ves hermosísima. — Le dijo su papá. — ¿Nos vamos?

— Gracias papi. Sí ya estoy lista.

Sus padres la llevaron a un restaurante muy hermoso; la comida era exquisita. Sus padres para el postre ordenaron un pastel de profiteroles cantándole feliz cumpleaños, Hope estaba un poco sonrojada por toda la atención recibida, sus progenitores sonriendo la dejaron tranquila y empezaron hablar de un millón de cosas, su madre revisaba constantemente el teléfono.

— Deberíamos irnos. — Dijo Margaret. — Tendrás otras cosas que hacer.

Hope hizo acopio de toda su fuerza para no reír. — No tengo planeado nada. Me encantaría pasar más tiempo con ustedes.

— Pero nosotros tenemos otras cosas que hacer cariño, vamos que te llevamos a tu hogar.

Emprendieron camino a la casa de Hope en un cómodo silencio. Cuando por fin llegaron a la casa de ella, se despidieron cariñosamente. — Espero que la sigas pasando excelente, princesa. Nos veremos en un ra... Digo, otro día. — Margaret miró de forma asesina a su marido. Hope aunque divertida se hizo la desentendida. — Claro, otro día. Los amo, gracias por hacer muy especial mi día.

Al entrar en su casa escuchó personas merodear, y aunque ya sabía que estaba pasando allí, el abrazo de oso si la sorprendió. — Te adoro florecilla, ¡Feliz cumpleaños! — Fiorella le gritó en el oído y ella no pudo evitar reír agradeciéndole, la emoción de Fiorella por los cumpleaños era contagiosa. Bianca, por su parte la abrazó y felicitó también, aunque con menos euforia, el mismo cariño.

— ¿Dónde estabas? — Preguntó Bianca casualmente como si no supiera.

— Almorzando con mis padres. ¿Qué están haciendo?

— Bueno tenemos planeado llevarte a una discoteca y así celebrar tu cumpleaños, ¿Te parece? — Propuso Bianca.

— Una excelente idea, pero recuerden que Sebastian viene y...

Por siempre tuyo, mi amor ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora