Por siempre tuyo, mi amor ✔️

Capítulo Veinticuatro

Horas después, cerca de las tres de la mañana su teléfono empezó a sonar, se había quedado dormida esperando la llamada de su novio, era él en una video llamada, Hope encendió las luces de su habitación para poder hablar, es la hora de la verdad.

— Hola cariño. — Hope se sorprendió mucho al ver el estado de Sebastian, estaba ebrio evidentemente, lo notó en su voz, su forma de arrastrar las palabras cuando habló, además su camisa desabotonada y cabello despeinado como si hubiese pasado sus manos repetidamente, estaba en el hotel. Sentado en la cama, la llamó de su laptop por lo que pudo ver ya que una de sus manos se apoyaba en su estómago y en la otra sostenía un vaso de vidrio con lo que imaginaba que era bourbon.

Ella se sentó al estilo indio en su cama. — ¿Por qué estás ebrio? — Era la primera vez que lo veía así, pocas cosas hacían que él perdiera el control.

— ¿Por qué no?

— Esa no es una respuesta. ¿Qué ocurre?

Sebastian contempló absorto la pantalla, la veía fijamente y con una expresión tan fría que ella sintió miedo. ¿Se enteró de lo de Damién? Pensó angustiada. — Hoy se cumplen siete años de la muerte de mis padres.

Ella se relajó un poco. — Lo siento mucho, de verdad.

— Ojalá estuvieses aquí, me siento tan mal. Todo es un desastre.

— ¿A qué te refieres?

— El hotel es una locura, nada está saliendo como debería. — Rió amargamente. — Yo no tengo idea de lo que estoy haciendo, por eso es que Sawyer era el indicado para manejar todo esto.

— ¿Sawyer?

— Tengo... bueno, tenía un hermano gemelo, bonita.

— ¿Y dónde está?

— Muerto junto con mis padres, tenía problemas del corazón. Era una enfermedad degenerativa, vivió lo que pudo, hizo lo que pudo... Pero al final no resistió y murió. Soy el único que queda de la familia Rutledge y soy un asco.

El corazón de ella se rompió al verlo tan abatido. — No digas eso, estás haciendo lo mejor que puedes. Tu familia seguramente te amaba muchísimo, a ellos no les gustaría que estuvieses así, ten esperanza que todo va a mejorar.

Él sonrío sombrío... era tan extraño verlo así. Una cara, una faceta que ella no conocía. — Tengo la esperanza muerta, ¿Qué puede hacer uno cuándo está así? Toda mi vida ha estado de cabeza desde hace mucho tiempo, y no sé si me pueda recuperar.

— No desmayes, sé que no es fácil, nunca lo es. Pero has pasado por tanto... Ríndele tributo a tu familia siendo como quieras, haciendo lo que quieras.

— ¿De qué hablas?

— No eres nada feliz... lo he notado, estás viviendo por vivir. Y estás desperdiciando ese regalo tan hermoso que es despertar cada mañana. Empieza a cambiar tus perspectivas, piensa en lo que en realidad quieras hacer y hazlo. Busca cuál es tu pasión y vive de acuerdo a ella, cuando lo hagas tu vida valdrá la pena y estarás consciente de ello, te aseguro que tu familia estaría muy orgullosa de ti.

— No lo sé...

— ¿Qué es lo que no sabes? Si tienes miedo es normal y está bien. Lo que no está bien es que dejes pasar el tiempo, sí algo te asusta ve poco a poco, con pasos pequeños, todo a tu ritmo. Y va a llegar un momento en que vas a ser tan feliz, estarás tan satisfecho que las adversidades serán un motor de impulso. No todo es felicidad, pero tampoco todo es tristeza. En los momentos más lúgubres pensaras... Sin importar lo que pase, lo mejor está por venir, esto es solo una prueba que me va enseñar lo que necesito para salir adelante, que me hará ser más agradecido, a disfrutar todo lo que tengo cuando lo tengo y a darle la bienvenida con entusiasmo a cada día.