Capítulo Veintidós

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"Chameleons" daba mucho que hablar, se caracterizaba por cada semana hacer una temática distinta para impresionar a sus clientes, enfocándose y decorando específicamente como aquella época, a las personas les atraía su fascinante estructura y decoración, como si hubiesen viajado en el tiempo. En esta ocasión les tocó el imperio romano; los atuendos de los empleados constaban de unas largas túnicas blancas de corte elíptico, claro que eran un poco transparentes dejando poco a la imaginación, pero iban con la temática de la semana y todo se veía impresionante. Ese día fue de chicas, Fiorella y Bianca morían por ir a ese nuevo sitio. Ingresar a ese club nocturno no fue difícil, Fiorella tenía amigos muy influyentes entre ellos, el dueño de tan afamada discoteca. Esa noche las chicas curiosamente vestían de negro, Fiorella tenía una falda ajustada de cuero, una camiseta y una chaqueta encima, sus tacones de quince centímetros le hacían ver las piernas larguísimas, sus labios finos color cereza llamaban mucho la atención y su cabello rosado estaba en una trenza francesa. Bianca por su parte, vestía un hermoso vestido negro con lentejuelas, corto y con mangas largas, sus tacones plateados la hacían brillar, su media melena estaba semi-recogida y se hizo un flequillo que llamaba la atención a sus ojos verdes, su maquillaje ligero. Hope se veía radiante ella tenía un vestido corto vintage y sin mangas, con forma de corazón y la espalda la tela era de encaje, ella llevaba unos tacones plateados, su cabello suelto y lacio, su boca pintada de rojo fuerte. Las tres se veían impresionantes. Hope sin embargo no quería estar allí, ella estuvo entusiasmada al principio de la semana, pero justamente ese día no tenía ánimo para la música alta y el bullicio, ya se había comprometido con las chicas y no estaba interesada en arruinarles la noche, así que estaba sentada tomando un trago mientras Fiorella y Bianca encendían la pista con su sensual baile. No le ocurría nada fuera de lo común, es solo que estaba aburrida y agotada por tan larga semana, entre la mudanza, arreglar todo y organizar la boda, estaba exhausta. Fiorella se acercó y se sentó a su lado tenía una expresión extraña en su rostro.

— No vas a creer quien está aquí. — Hope la miró y alzó su ceja de forma interrogativa. — Damién... míralo está en la pista a tu lado derecho. — Efectivamente allí estaba bailando con una rubia, había familiaridad y confianza entre ellos, Hope lo pudo notar porque desde que su amiga le dijo los observaba atentamente que bien se veía con ese traje negro, tuvo una sensación extraña en el cuerpo... El fantasma de los celos salió a relucir, celos, algo que ella no debería sentir respecto a él. Damién dejó de bailar con la chica y le dio paso a otro hombre, Hope no le quitó la mirada de encima cuando él se dirigió al bar y ordenó una bebida. Por lo visto, él era muy perceptivo a la intensa mirada de ella, porque en un momento sus ojos recorrieron el lugar y se topó con la de ella, hubo electricidad allí y a pesar de la distancia se atrajeron como polilla a la luz, Damién emprendió un camino directo y firme hacia donde ella estaba sentada, a Hope le resultó imposible apartar la mirada, el ambiente estaba cargado de energía atrayente, cuando llegó a la mesa saludó. — Buenas noches, chicas. — Fiorella correspondió el saludo cortésmente aunque un poco incómoda, su amiga al ver como ellos se miraban fijamente decidió irse y dejarlos hablar.

— Buenas noches, Damién. — Por fin respondió.

Él inclinó la cabeza en modo de despedida hacía Fiorella, sentándose frente a Hope que no le pasó desapercibido la tensión que emanaba de él con respecto a su amiga, ellas no eran las personas favoritas de él, cuando intentó dar con Hope y les suplicó información ellas se negaron en redondo y aunque él entendía su lealtad, no dejaba de molestarle. Fijando un poco más la mirada vieron que Fiorella se acercó a Bianca y le dijo algo, inmediatamente su mirada feroz se dirigió a ellos e iba hacía ellos cuando Fiorella tomó su brazo y la detuvo. — Tienes unas excelentes amigas. — Y aunque había un timbre molesto en su voz, no hubo ni sarcasmo ni burla.

Por siempre tuyo, mi amor ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora