Capítulo Nueve

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 — ¿Ocurre algo, Florecilla? — Preguntó Bianca al ver a Hope contemplar absorta al vacío, era evidente que tenía su mente en otro lugar, el día estaba nublado.

Su amiga enfocó en ella su mirada antes ausente. — Oh, no te escuché entrar ¿Qué decías?

— ¿Te ocurre algo?

— ¿En dónde está Fiorella?­ — Se acomodó, estaba sentada frente a la ventana en una butaca.

— Muy ocupada en su trabajo, y no me has respondido.

Hope suspiró pesadamente. — Hace dos semanas que no veo a Damién.

— Eso es extraño, ¿Tuvieron algún problema?

— No, en realidad. Todo iba perfecto, o eso creía.

— ¿Probaste llamarle?

— Lo hice, no contestó y al rato escribió diciéndome que hubo un problema con un amigo, que luego me explica.

— Es eso, no hay de qué preocuparse.

— Tengo un mal presentimiento. — Se abrazó a sí misma.

— ¿Con Damién o es algo general?

— No lo sé. — Hope se levantó y se apoyó en la ventana. — ¿Te parece que estoy exagerando?

— Quizás es que estás muy preocupada después de la noche que pasaron, ¿Te sientes insegura de sus sentimientos hacia ti?

— De sus sentimientos no... Pero es muy extraño, la mañana siguiente se fue y no lo he visto más, solo hablamos por texto y es muy parco al responder... Bianca, no quiero pensar mal de él, en serio, no quiero. Pero todo es muy raro.

— Cariño, ¿y si de verdad tiene algún problema?

— ¿Entonces por qué no acude a mí? Soy su novia, debo y quiero estar para él si tiene algún inconveniente.

— No querrá preocuparte.

— Preocupada ya estoy, ¿Y si en realidad le ocurrió algo a él y no quiere decírmelo? ¿Y si está en un hospital solo?

— No seas pesimista, estoy segura que no es nada. El encierro te agobia, vamos a salir un rato y así te distraes.

Salieron y caminaron largo rato, Bianca iba parloteando sobre su semana pero Hope no la escuchaba, estaba tan distraída, su mente iba una y otra vez a Damién, ¿Qué habrá pasado? Él se alejó y nada que le explicaba, ella torturada pensaba en si había hecho algo que le molestara, está bien que alguno de sus amigos pudo haber tenido un problema, pero, ¿Era tan grave que Damién no podía ir hablar con ella? Hope, no conocía a los amigos de él, en una oportunidad salió el tema y él le dijo que pronto les hablaría de ellos y se los presentaría, pero con tantas cosas en su mente se le olvidó, estaba tan sumida en sus pensamientos que ni notó que Bianca se dirigió a un café, dejándose arrastrar entraron allí, no había mucha gente en la fila para ordenar, se sentaron en una mesa y cuando Hope estaba pensando en que pedir, se dio cuenta en lo tensa que estaba Bianca contemplando algo al otro lado del café. Con curiosidad se iba a girar cuando su amiga le tomó fuerte de la mano y siseó: — Tenemos que irnos, ¡Ahora!

Hope, totalmente sorprendida por su actitud le preguntó. — Pero, ¿Qué te pasa?, ¿Qué viste? — Se movió y lo que vió le hirió profundamente.

— No tienes porqué presenciar esto. — Le insistió su amiga. Hope con un atisbo de esperanza le susurró. — No es lo que parece, nos podemos estar equivocando. — Pero esa pequeña esperanza se fue al traste en pocos segundos.

Frente a ellas se encontraba Damién que estaba muy cerca de una chica, ella se colgó de su cuello besándolo de una manera intensa, aunque él tenía los brazos a los lados, en ningún momento se apartó de su toque y Hope espero, rogó internamente que se apartará, dame una razón para perdonarte, pensó, pero no lo hizo, estaba allí paralizado, y luego la chica se apartó dejando ver en su rostro una sonrisa. Cosa que a Hope le terminó de destrozar.

Samantha. Jodida, Samantha.

Damién contempló a Samantha con algo de sorpresa y luego negó con la cabeza, diciéndole a la chica algo que le borró la sonrisa de un plumazo, se levantó bruscamente y el también, le iba a decir algo, pero como si sintiera la mirada de Hope alzó la vista encontrándola con la suya. El reconocimiento y la sorpresa pasaron por el rostro de él, por el de ella, la tristeza, el dolor y la decepción. El abrió la boca pero no dijo nada. Los ojos de ella se llenaron de lágrimas, se giró de golpe mirando a su amiga y susurrando: — Salgamos de aquí, te lo ruego. — Apresurando el paso salieron del café.

Escuchó como él gritaba su nombre, llegaron a la calle y seguía escuchando los gritos de Damién, el corazón de Hope estaba acelerado y todo su cuerpo temblaba, gracias al cielo consiguieron un taxi, rápido y sin perder el tiempo se subieron en el que arrancó inmediatamente, cuando giró la vista se encontró a Damién corriendo para alcanzarla, no quiso ver más, no importaba, ya él no le importaba, lo perdieron de vista. No lo podía creer, que decepcionada, triste y enojada estaba. Todas las palabras de él eran mentira. Lo único que buscaba era acostarse con ella... Pensar en eso la destrozó. La utilizó y ella como una tonta creyó que era recíproco. Se enamoró como una tonta, ella lo amaba y él se divertía a sus expensas... ¿Qué iba hacer ahora con tanto amor? ¿Cómo podría recuperarse de tal decepción? Cubriéndose el rostro con las manos dejó escapar un fuerte sollozo que la dobló en el asiento. Dios, como dolía un corazón roto. 

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OH, mi Hope. Como me dueles, eres mi niña. :( :( 

¿Recuerdan que en el capítulo anterior les dije que iba todo muy perfecto? PUES, COMENZÓ EL DRAMA BEBÉÉÉS. No me maten, please.

¿Vieron la nueva portada? Está genial, ¿Verdad?

¿Les está gustando la historia?, ¿Qué creen que pasará?

Dejen sus sexys comentarios y votos, los leo. Besos de la autora. MUUUUUUAAAAACK.

Por siempre tuyo, mi amor ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora