Capítulo Veinte

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Días después, Hope estaba sentada en la cocina con un vaso de jugo de naranja y su laptop, vestida con su pijama revisaba atentamente todas las ideas y sugerencias de la novia, ya estaba lista para regresar a trabajar, la boda que iba a realizar contaba con un presupuesto increíble, los novios iban a tirar la casa por la ventana. La novia, llamada Hannah le había enviado todo lo que esperaba para el día de su matrimonio, quería una boda inolvidable y eso es lo que Hope iba a darle, el problema era el tiempo, ya que los novios querían contraer matrimonio en cuatro meses, y para el tipo de cosas que querían tenían que hacerse con mucha antelación, decidió concertar una cita con ellos para negociar lo que podía o no lograr para la boda. Esos meses iban a ser muy estresantes... Por fin consiguió apartamento y estaba próxima a realizar la mudanza. La casa de Sebastian es hermosa, espaciosa, agradable, además muy cómoda. Pero ella no quería abusar, y consideró que lo mejor era conseguirse un sitio propio, Hope apreciaba mucho su privacidad, pensó en vivir un tiempo a solas, y después si la situación se daba y su relación con su novio llegaba hasta el nivel como para casarse, decidiría entonces mudarse con él de forma definitiva.

De pronto, sintió unos labios recorriendo la piel de su hombro derecho, unos besos ligeros que le hicieron erizar la piel.

— ¿Qué está haciendo la mujer más hermosa del planeta? — Sebastian abrazó su cintura acariciándola lentamente él estaba sin camisa, solo unos pantalones oscuros lo cubrían y su cabello estaba muy desordenado como si se hubiera pasado las manos repetidamente.

Hope sonrió y se giró para quedar frente a él. — Buscando el sitio ideal para la ceremonia de mi nueva pareja. — Inclinó su cabeza a un lado para que el besara su cuello.

— Entiendo, pero asumo que debes tener toda la mañana en esa búsqueda, así que, ¿Me permites distraerte? — Él se alejó un poco y le sonrió con picardía.

Ella correspondió su sonrisa. — ¿Ah, sí? ¿Cómo me distraerás?

Acercándose nuevamente a ella, tomó su cara con sus manos, rozó sus labios con los de ella y allí susurró. — Tengo unas cuantas ideas muy interesantes. — Ahora sí la besó muy apasionadamente, Hope se dejó llevar y lo atrajo hacia ella. Pero unos segundos después fueron interrumpidos por una llamada en el teléfono de Sebastian. Él gimió apoyando su frente en la de ella. — Tienen que estar bromeando. Juro que los voy a despedir.

Ella rió sabiendo que bromeaba. — Anda, no los dejes esperando, que igual lo intentarán hasta que contestes. — Él salió hasta el jardín para hablar y ella lo observó. Un hombre tan guapo, pensó. Su rostro varonil, sus ojos grises que aunque notaba que escondían muchas cosas, eran de un color hermoso, su cuerpo musculoso y su cabello corto lo hacía ver más atractivo. Su personalidad agradable, es tan encantador y caballeroso. Pensando en todo eso y lo ideal que era ese hombre, ¿Por qué sintió alivio cuándo los interrumpieron? ¿Por qué estaba lista para irse a vivir a su propio hogar? Estaba cavilando y las respuestas con más sentido, no le estaban gustando. Ella estaba segura que lo quería, por Dios, estos últimos meses habían sido maravillosos. Regresar a su país no fue la mejor de las ideas, definitivamente.

Sebastian finalizó su llamada y se acercó, su rostro mostraba desconcierto. — Bonita, tengo una buena y una mala noticia, ¿Cuál prefieres?

— Dime la buena primero. — Respondió confundida.

— De acuerdo... La buena es que tu apartamento ya está listo para tu mudanza y mi asistente me dijo que quedó impresionante... la mala es que...— Respiró profundamente. — Me tengo que ir unas semanas de viaje, hay un problema con uno de los hoteles en Brasil.

Hope se sorprendió mucho. — ¿Por cuánto tiempo?­­

— No lo sé... ni siquiera estoy al tanto de la magnitud del problema, solo me dijeron que tengo partir hacia allá, hoy. ¿Quieres venir conmigo?

— Oh. Lo siento cariño, acepté realizar una boda... y la mudanza... lo siento de verdad.

Él sonrió tranquilizándola. — No te preocupes, mi vida. Te entiendo. Por otra parte. Hope, ¿Estás segura que quieres mudarte? Es que, no lo sé, estamos tan bien viviendo juntos, yo espero que nos casemos algún día. Y si ya nos habituamos sería excelente.

Hope enarcó una ceja, entendía lo que él quería decirle, pero no estaba de acuerdo. — Quiero mudarme Sebastian, no me malinterpretes, vivir contigo es genial y me siento muy bienvenida en tu casa, pero, necesito mi espacio, y pienso que vivir sola un tiempo me va ayudar a madurar en muchos aspectos. — Y a por fin salir de esta incertidumbre, pensó. — No te obligaré a entenderlo, pero me gustaría que lo aceptaras.

Él suspiró, cuando ella tomaba una decisión era muy difícil hacerla cambiar de opinión. — Está bien, cariño. No te molestaré más con ese tema.

Ella le sonrío. — Gracias.

Sebastian subió a la habitación para empacar su ropa para el viaje, Hope lo acompañó y ayudó. No sabían cuánto tiempo pasaría antes de volverse a ver, porque él estaría ocupado en sus asuntos y ella organizando la boda, acordaron visitarse en algún tiempo libre que tuvieran. 

Por siempre tuyo, mi amor ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora