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REPUTACIÓN

Es más valiosa que yo.

Es más útil sin mí.

Es lo mejor y lo peor.

Es lo que luchas por

conservar, sea cual

sea su precio. Tú

la preferirás a ella.

La protegerás tal

padre a su hijo.

Siempre será ella.

Aunque nos separe.




GRACE


Algo tan simple y estúpido como «solo me gusta el color de tus ojos» me produce insomnio. Sí, a mí, una chica que aparenta no tener sentimientos. Hecho que yo tampoco acabo de entender, porque es cursi y típico. Me rompo la cabeza intentando descifrar por qué ese comentario me ha «movido» por dentro. Por no añadir la manera en la que lo ha dicho.

Hago un repaso mental de mi día cuando estoy tumbada en mi cama de matrimonio con cortinas blancas, con el único sonido de fondo de la nieve repicando contra las ventanas. Lo más destacable, aparte del comentario de mis ojos, ha sido el desayuno que ha preparado para ambos después de que subiera hasta el quinto piso para coger las medicinas para curar el dolor de su mano, causado por mí el día anterior. El caso es que, al volver, lo he encontrado esperándome sentado en la larga mesa de madera de la cocina con diversos platos extraños que no he visto ni probado en mi vida. He de admitir que todo estaba delicioso, aunque obviamente no le he dicho nada al chico para que no se motivara y empezara a creer que íbamos a ser mejores amigos.

El resto del día ha sido tan monótono y rutinario como siempre.

Finalmente, logro dormir, pese a que no sé cómo lo consigo. Lo último que veo es un destello marrón.



Al día siguiente me levanto con ganas de ir al invernadero, que está cerca de la entrada del castillo, para ver cómo están creciendo mis plantas, ya que me fascina la botánica.

Pese a que hoy también nieva (típico del norte de Femtania), me pongo un abrigo blanco y piso la superficie del mismo color que mi ropa, dejando un rastro de huellas desde las puertas del castillo. No obstante, me interno en la calidez del invernadero, que incluso provoca que tenga que quitarme el abrigo.

Paso horas allí, quitando las malas hierbas, plantando nuevas especies y poniendo abono. Estas tareas me mantienen tan ocupada y entretenida que casi no soy consciente del paso del tiempo, así que continúo con mi trabajo, sumergida en una concentración pacífica que me apasiona y no cambiaría por nada del mundo. Estos momentos son los mejores de la vida, sinceramente, aunque pase excesivo tiempo conmigo misma y mis pensamientos.

Más tarde, después de ensuciar casi toda la ropa y de haberme quedado satisfecha con el trabajo realizado, decido volver al castillo para darme un baño relajante.

Las ventajas de tener un castillo son muy diversas, pero la más destacable es que todo es grande y hay mucho espacio, de tal modo que en el mío tengo una sala de baños, con una piscina y diversas saunas, situada en el octavo piso.

Nada más cruzar la puerta, subo todos los tramos de escaleras hasta llegar allí. Entonces enciendo el botón de climatización del agua de la piscina, otra de las escasas tecnologías avanzadas que posee este lugar, para que caliente su contenido. Inmediatamente después, para resguardarme del frío, me quito toda la ropa y me sumerjo en su calidez.

Siete díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora