Capítulo 1 | Un corazón inocente

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Un día, que aparentaba ser común, terminó siendo uno de esos en el que el destino de nuestra vida es completamente incierto

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Un día, que aparentaba ser común, terminó siendo uno de esos en el que el destino de nuestra vida es completamente incierto. Aunque planeemos lo que haremos, solo estamos ahí, dudando de lo que pueda o no ocurrir con nuestras vidas en el futuro. Pero, además de ser ambiguo, ese día tuvo algo de especial.

Era la mañana de un día lunes en el suburbio Rainbluew. Jacob Harper, un chico castaño, de tez pálida, ojos café, delgado y alta estatura; dormía muy tranquilo en su dormitorio, aunque, él debía despertarse temprano para ir a la secundaria por el primer día de clases. A pesar de que todas sus vacaciones fueron aburridas, estaba esperando el nuevo año escolar, para de una vez por todas demostrar lo que él podía ser, una persona con una vida agradable, feliz y con muchas buenas vibras. Su año pasado no había sido del todo bueno, al contrario, él lo consideraba como el peor en toda su vida.

Por otro lado, se encontraban a finales del mes de octubre, se cumplía un año desde que todo se había arruinado. Jacob lo único que buscaba con el comienzo de clases era olvidar todo lo malo que en algún momento sucedió en su vida, para así poder ser feliz.

—¡Jacob! ¡Jacob! ¡Despierta, Jacob! —exclamó su madre, mientras lo agitaba.

—¿Qué pasa, mamá? —preguntó el castaño chico abriendo y frotando sus ojos.

—¡Levántate! ¡Vamos! Debes ir a la secundaria, ya es tarde —comentó ella con angustia, luego salió del dormitorio.

«Sí, al fin, estoy muy emocionado por el primer día, tal vez este año pueda ser mejor que el anterior, al menos eso espero», pensó Jacob levantándose con ánimo de su cama.

Luego de alistarse para ir a la secundaria, él seguía en su dormitorio. Jacob sacudió un poco su uniforme, peinó su cabello y después, por un momento, se detuvo a mirarse en el espejo; dejó de lado a su baja autoestima, por primera vez en su vida le gustaba como se veía.

Más tarde, llegó a la secundaria con mucha alegría, tal vez ese sería su año para al fin encontrar la felicidad. De pronto, se topó con su mejor amiga, Marie Morgan, una chica un poco más baja que él, de tez trigueña clara, cabello castaño ondulado muy largo, ojos color café claro y simpática sonrisa. Junto con ella, Jacob pasó el comienzo de la mañana charlando acerca de las vacaciones.

—¡Mis vacaciones fueron estupendas! Fui a Nueva York y me tomé fotos en la Estatua de la Libertad, ¡estuvo fantástico! —acotó Marie muy entusiasmada con su teléfono en la mano, mientras le enseñaba una de las fotos a Jacob.

—Que genial, me alegro por ti —contestó él mirando las fotos algo desanimado—. Bueno, las mías no estuvieron tan interesantes.

Luego de hablar por unos minutos, el timbre para entrar a sus clases sonó. Estando de camino al aula, Jacob y Marie vieron al director de la secundaria dirigiéndose igualmente al aula de clases, pero, no estaba solo, iba acompañado por un chico que jamás habían visto. Era un rubio de tez pálida, poseía una alta estatura, ojos pardos y un cabello algo largo, rizado y tan dorado como el oro.

—¿Quién será él? —preguntó Marie a Jacob, mientras ella iba algo confundida leyendo un libro de filosofía.

—Eh... no lo sé, pero, hacían falta personas nuevas por aquí —respondió Jacob.

—Es muy guapo —opinó Marie con una cara pícara—. ¿No crees?

—No lo sé, no logré verlo bien.

Al llegar al aula de clases, Jacob fue hasta un asiento, Marie se dejó caer en el de al lado. Jacob saludó a sus otras dos amigas, London Myers y Chloe Andrew; unas chicas que no vivían económicamente bien, ambas habían recibido una beca el año pasado en la secundaria y, desde ese entonces, gracias a la buena sociabilidad de Marie, todos eran amigos.

Por otro lado, antes de que el profesor comenzara a dar la clase, el director entró al aula siendo acompañado por aquel desconocido chico rubio. El profesor le dijo todos los alumnos que hicieran silencio porque el director daría un anuncio importante.

—Buen día, alumnos —dijo el director, luego de aclararse la garganta—. Estoy aquí para presentarles a su nuevo compañero de clases, su nombre es Garry Peters. —Señaló al rubio que estaba a un lado de él—. Quiero que le den un buen trato, recuerden que todos en algún momento fuimos nuevos en algo. Espero que sean buenos compañeros con él —impuso el director—. Después de haber dicho eso, me retiro —agregó observando al profesor, seguidamente, salió del aula.

Garry muy nervioso fue hasta uno de los últimos asientos, después se sentó y comenzó sacar sus cosas. Al acabar la clase, muy pocos lo saludaron. Pero, había alguien en especial que no dejaba de mirarlo, él la verdad no podía dejar de hacerlo, quería hablarle y conocerlo. No se explicaba que sentía hacia aquel chico, después de todo, Jacob no había querido volver a aceptar sus sentimientos por alguien, ya que estaban reprimidos a causa de muchos sucesos que ocurrieron en su pasado.

 No se explicaba que sentía hacia aquel chico, después de todo, Jacob no había querido volver a aceptar sus sentimientos por alguien, ya que estaban reprimidos a causa de muchos sucesos que ocurrieron en su pasado

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Diversos tonos azules | Primer libroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora