Escapar, dejar todo atrás, huir del presente, huir de nosotros sin que nos importe lo que pasará, sentir un intenso dolor de estómago, manos completamente sudadas, sentir que nuestro corazón va a estallar, sensaciones que a veces nos carcomen a diario a causa de vivir encerrados en el pasado, sabiendo que será parte de nosotros hasta el día que dejemos de existir.
Un nuevo día empezaba, era viernes, y con ello, un mal propósito en la vida de Garry daría inicio, bueno, casi siempre las cosas tienen dos caras. El resto de la noche anterior nadie lo molestó, o quizás él no lo notó, estaba dormido. La mañana siguiente, Garry despertó a las seis, tenía miedo de salir de su dormitorio, tal vez sus padres no habían notado su llegada, solo se quedaría allí hasta las nueve, que esa era la hora cuando últimamente su padre se marchaba de casa.
Horas más tarde, Garry se encontraba recostado en su cama leyendo un libro que Marie le había prestado, el género romántico le había comenzado a enganchar bastante. De pronto, tomó su teléfono y miró la pantalla notando que eran las nueve de la mañana. El rubio rápidamente salió de su cama, al igual que de su habitación, después fue hacia el baño compartido y tomó una ducha rápida. Su madre seguramente estaría durmiendo, ella no notó cuando Garry se duchó, así que él aprovechó, fue hasta su dormitorio, se colocó su uniforme, tomó todas sus cosas y luego salió de la casa sin dejar rastro alguno.
Pensaba cosas como si debería ir a la secundaria, dudaba en hacerlo, solo quería huir de todos, evadir la realidad, pero, aunque lo quisiera, la verdad es que se le haría muy difícil. Estaba en la parada de buses mientras esperaba alguno, simplemente no llegaban, ya era algo tarde, quizás los conductores tomaron un descanso. Eso provocó que Garry tomara la precipitada decisión de irse hasta el otro suburbio abandonado de la ciudad, únicamente para esconderse en su preciada casa azul.
Caminó por casi dos horas, eran las once de la mañana y apenas se encontraba entrando a dicha casa. Ahí pasó el resto de la mañana mientras leía libros, bebía gaseosas y comía una pizza que había ordenado. Con sus audífonos puestos, escuchaba Take Me To Church de Hozier y escribía algunos versos que quizás más adelante podría usar en las letras de sus canciones. Sin embargo, el joven rubio de cierta forma se sentía mal, pero, hacía el intento de no demostrárselo.
Cuando se hicieron las doce del mediodía, Garry decidió que volvería a casa, su principal objetivo era convertirse en compositor, pero, para sacar el ritmo a sus canciones también tenía que aprender a tocar la guitarra. Su madre era la única persona en quien creía que lo iba apoyar con eso. Garry simplemente tomó sus cosas y se marchó de inmediato.
Por suerte, el rubio logró tomar un bus, y una hora más tarde, él se encontraba de pie frente a la puerta de su casa.
«¿Y si se enoja? ¿Y si le cuenta todo a mi padre? ¡Demonios! Él no estará de acuerdo con eso», pensó Garry antes de abrir la puerta.
Luego, no lo pensó más, solo abrió la puerta y entró. En la sala de estar no había nadie, en la cocina tampoco, él pensó que tal vez su madre estaría recostada viendo la televisión. De pronto, mientras se dirigía a la puerta del dormitorio de sus padres, escuchó que alguien introdujo una llave en la puerta de la casa y estaba por entrar.
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Diversos tonos azules | Primer libro
Teen FictionJacob Harper anhela ser feliz, pero debe lidiar con su segundo enamoramiento hacia un chico, que es nuevo en el suburbio. También, él tendrá que aprender a aceptar el hermoso y trágico pasado para intentar resistir ataques de pánico; causados por al...