Todo era como una cueva, todo era un oscuro pasado, todo era un secreto, todo simplemente estaba oculto, como muchas veces ocurre en nuestras vidas. Pero, en algún momento, en donde menos pensamos, en donde menos imaginamos, ahí, en ese lugar, es donde encontraremos la paz, donde con solamente palabras todo se reconciliara.
El sol se ocultó lentamente, un hermoso ocaso se pudo observar, los pájaros entraron a sus nidos para descansar y un silencio abrumador envolvió la llegada noche. No se veían estrellas por ninguna parte, algo no muy común en Deavenside, la ciudad donde se ubica el suburbio Rainbluew y algunos suburbios abandonados, que se encuentran al sur, donde las estrellas jamás se ocultan y la luna nunca deja de brillar.
La noche apareció en el suburbio de la casa azul, después de una encantadora tarde. Eran más o menos las siete. Jacob tomó sus cosas para irse a casa. La Sra. Harper de seguro estaría enojada, por lo que él decidió pensar una buena excusa. Garry salió de allí a su lado y, luego de un viaje en autobús hasta Rainbluew, los dos caminaban por las sombrías calles mientras charlaban; la única luz provenía la de las farolas amarillas.
—¿Tus padres no se molestan al verte llegar tan tarde? —preguntó Jacob.
—Ojalá lo hicieran.
—¿Por qué dices eso?
—Em... Mi madre está al pendiente, pero jamás lo suficiente. Y mi padre, él se la pasa cada día trabajando, pero es un odioso...
—Garry —interrumpió Jacob, conmovido—. Si te sirve de algo, tengo un padre casi igual. Él nos abandonó a mi madre y a mí solamente para irse con su otra «gran familia burguesa». Debemos aprender a querernos a nosotros mismos, a pesar de que nadie más lo haga.
—¿Sabías que eres el chico más lindo del mundo? —preguntó Garry, mirándolo directo a los ojos.
—Eh... —Las mejillas de Jacob se ruborizaron.
—Adoro hacer eso. —Se le dio natural sonreír.
—Eh... De acuerdo, aquí nos separamos. —enfatizó Jacob, nervioso, preparándose para cruzar la carretera.
—Lo sé.
—Entonces, nos vemos mañana en la secundaria, piu piu. —Puso sus manos en forma de pistolas, a la vez que enunciaba las últimas palabras.
—¿Qué crees que haces? —preguntó Garry entre risas.
—Eh... Eh... Nada —susurro Jacob, aún más nervioso.
—Eres un tonto —añadió el rubio halándolo del brazo, después rozó levemente sus labios con los de él—. Hasta mañana, prince. —Liberó al castaño con una sonrisa satisfecha en su rostro.
—Eh... Sí, nos vemos mañana —se despidió Jacob y, rojo como un tomate, se dio la vuelta. En lo que se iba, sonrió de forma tonta.
Poco después, llegó a su casa, abrió la puerta muy despacio, subió rápida y silenciosamente a su cuarto, entró a la ducha y tomó un baño con agua caliente para relajarse, luego salió y fue hasta su armario, donde se puso una playera blanca y un pantalón corto de dormir. Tras vestirse, se sentó en la cama y comenzó a revisar su teléfono. Vio una publicación de Marie junto a Ethan, en donde se les notaba muy felices. Eso lo hizo sentir mal, no soportar el hecho de que perdía a su mejor amiga, él en serio la quería.
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Diversos tonos azules | Primer libro
Teen FictionJacob Harper anhela ser feliz, pero debe lidiar con su segundo enamoramiento hacia un chico, que es nuevo en el suburbio. También, él tendrá que aprender a aceptar el hermoso y trágico pasado para intentar resistir ataques de pánico; causados por al...